El corazón de las Tres Mil tiene rostro de mujer

Polígono Sur

Mujeres del Polígono Sur crean Yiló, una asociación para dar voz al barrio

Patrocino Amaya, tesorera; Raquel Gabarre, presidenta; y Rocío Suárez, vocal de Yiló
Patrocino Amaya, tesorera; Raquel Gabarre, presidenta; y Rocío Suárez, vocal de Yiló / Juan Carlos Muñoz

Yiló, es corazón en romanó, caló o romaní. Da igual con qué nombre se llame al idioma.Pero además, Yiló es es el alma de unas mujeres de las Tres Mil Viviendas que quieren dar vida al barrio, su barrio y abrir caminos para las niñas: sus hijas y nietas. Tienen un largo camino y lo saben, quieren que sus calles y avenidas sean como las de cualquier otra zona de Sevilla. Desean vivir y no "infravivir" y para conseguirlo saben que es necesario hacerse oír.

Raquel Gabarre Borja es la presidenta de la asociación, Patrocinio Amaya Navarro, la tesorera y Rocío Suárez Suárez, la vocal de un proyecto que cuenta con la asesoría de Sandra Heredia Fernández, María Jesús Albor Marín, Belén Soto Ponce, Manuel García Ramírez y Daniela Eugenia Miranda.

Presidenta, vocal y tesorera son mujeres comprometidas por encima de todo. Patrocinio Amaya, Patri, explica que desde hace años ha participado en varios proyectos para mejorar la vida en su barrio. "Empezamos con el tema de la salubridad: la situación de las tuberias, la cantidad de insectos que hay, las ratas, etc. Hemos ido a todos los sitios que se nos ha ocurrido para reivindicar vivir mejor", explica. Simplemente eso es lo que quieren: vivir como cualquier otro ciudadano de Sevilla. Reconocen que algunas cosas han ido mejorando en el barrio, "pero quedan muchas cosas por hacer".

Raquel Gabarre, presidenta de Yiló
Raquel Gabarre, presidenta de Yiló / Juan Carlos Muñoz
"Te levantas contra la injusticia, contra la precariedad, porque no eres tratado igual que otro vecino de Sevilla"

Porque las tres son "del barrio de toda la vida y vemos la precariedad en la que está". Sin embargo, llega un momento en el que estar inmerso siempre en la misma realidad "hace que te acostumbres". Raquel Gabarre, la presidenta de Yiló, recuerda que comenzó a sentir que era "inhumano" como vivían en el barrio al participar en la investigación realizada por Cespyd (Coalición para el estudio de la salud, el poder y la diversidad), de la Facultad de Psicología de Sevilla. "Te levantas contra la precariedad movido por la lucha contra la injusticia porque no somos tratados como otros ciudadanos de Sevilla", añade la presidenta.

"Alzamos la voz ante la injusticia y preguntamos en qué podemos ayudar. Ninguna queremos quedarnos con los brazos cruzados", asegura. "Hemos visto muchos proyectos para el barrio que no se han finalizado", añade. Rocío Suárez, la vocal de Yiló apunta como ejemplo las obras del parque cercano al edificio de Factoría Cultural. "Esrán gastando un dineral en eso y los pisos que están enfrente estánmuy mal y se podrían arreglar".

Patrocinio Amaya, tesorera de Yiló
Patrocinio Amaya, tesorera de Yiló / Juan Carlos Muñoz
"Alzamos la voz para mejorar el barrio en el que vivimos"

Las tres hicieron un curso de agentes de salud y ahí fue cuandose unieron para llevar la voz del barrio a las diferentes administraciones para reivindicar que las Tres Mil también son Sevilla, algo que a veces se olvida.

Pero entre sus objetivos no están solo las infraestructuras del barrio, también, y sobre todo, los habitantes de las Tres Mil Viviendas. Sobre todo, la juventud y las niñas. "Queremos explicarles con sus palabras la necesidad de que estudien y se elaboren un futuro a su medida", explica Patrocinio Amaya. En este punto, Daniela Miranda, del equipo de la Facultad de Psicología que está asesorando técnicamente a la asociación, explicó que se va a poner en marcha el proyecto (J)itana, financiado por la Junta de Andalucía y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Está funcionando ya en Pamplona y comenzará en breve en Polígono Sur, Torreblanca y Los Pajaritos.

(J)itana

En Sevilla el proyecto está coordinado por Manuel García-Ramírez y Virginia Paloma. El 70% de las adolescentes gitanas abandonan la escuela alrededor de los 12 años en España. Esto influye en gran medida, según indican en el resumen del programa, en el mantenimiento de las condiciones de exclusión y pobreza que sufre la población gitana en su conjunto. La clave de (J)itanas está en identificar y adaptar los recursos y herramientas de las asociaciones gitanas y transferir a las comunidades gitanas de España las lecciones aprendidas en el proyecto Romomatter financiado por la Dirección General de Justicia de la Comisión Europea.

Desde el proyecto se indica que la literatura científica es consistente en afirmar que bajo circunstancias de marginalización, las adolescentes que eligen la maternidad en edad temprana se ven expuestas a más riesgos de sufrir violencia doméstica, discriminación en los sistemas de protección social; bajo condiciones de precariedad laboral y explotación económica. Se trata de que las asociaciones creen espacios para que las familias y las adolescentes reflexiones sobre las distintas opciones que tienen las jóvenes hoy en días e imaginen posibilidades de vida adulta más allá de ser exclusivamente madres y esposas. El objetivo es empoderar, una palabra que aquí tiene más sentido que nunca, porque se trata de que tomen el poder de decidir por ellas mismas.

Rocío Suárez, vocal de Yiló
Rocío Suárez, vocal de Yiló / Juan Carlos Muñoz
"Queremos que las niñas de 12 a 14 años sepan que pueden seguir estudiando, que hay un futuro"

"Queremos que las niñas de 12 a 14 años sepan que pueden seguir estudiando", afirma Rocío Suárez. "Nos criamos de una forma determinada, metidas en un círculo en el que algunas niñas no ven más allá de casarse y tener niños, pero también hay más mundo, nosotras tenemos experiencia porque hemos pasado por eso, podemos hablar en su idioma y que nos entiendan", razona una ilusionada Patri.

Las tres han luchado durante toda su vida con una triple "carga": ser mujer, gitana y vecina de las Tres Mil Viviendas. "He notado rechazo por ser gitana, lo he vivido en mi carne y en algún que otro trabajo", asegura Patrocinio con cierta pena en la voz. Raquel Gabarre añade que tampoco pueden decir que viven en las Tres Mil, algo que todos los presentes en el acto de constitución de la asociación asienten. Todos tienen una experiencia similar. "Sé cómo piensan las niñas que están en riesgo de abandonar los estudios porque he sido una de ellas", afirma Patrocinio.

No están solas en este difícil camino, cuentan con la asistencia técnica de la Coalición para el Estudio Salud, Poder y Diversidad de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla, que las ayudará a deifinir los problemas que tan bien conocen y poner en marcha la solución que ellas mismas descubran.

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