Convivir con la migraña: de enfermedad banalizada a enfermos incomprendidos

semana del cerebro

La neuróloga Carmen González Oria pone el foco en la celebración de la Semana del Cerebro en la banalización de esta enfermedad que es la segunda causa de discapacidad en el mundo

El Virgen del Rocío aplica la estimulación cerebral para tratar la cefalea más invalidante

Ilustración de Daniel Rosell
Ilustración de Daniel Rosell

El dolor de cabeza se ningunea. Es invisible y, por eso, es siempre sospechoso, para desgracia de los afectados, que se sienten unos incomprendidos.

Uno de sus tipos más conocidos, la migraña, es altamente incapacitante. Pese a ello, se utiliza frecuentemente como chiste chusco para eludir el sexo o para escaquearse del marrón de turno en el trabajo. Pero la migraña no es ninguna broma. El desconocimiento social que existe sobre ella, tampoco.

En la Semana del Cerebro que celebra cada año impulsada por la Sociedad Española de Neurología, la doctora Carmen González Oria, neuróloga coordinadora de la Unidad de Cefaleas del Hospital Virgen del Rocío, quien es además coordinadora del Plan Andaluz de cefaleas de la Consejería de Salud, pone el foco en la alta prevalencia de esta enfermedad, que afecta fundamentalmente a mujeres y que tienen relación con la menstruación, lidera las tablas de las principales enfermedades neurológicas que causan discapacidad en España y, pese a ello, no se libra de los estigmas.

"La migraña es una enfermedad que no es considerada por la sociedad como tal. Su sintomatología es invisible. No puede cuantificarse y los pacientes se sienten frustrados cuando se minimiza los síntomas que padecen. A veces, incluso, ni los mismos pacientes creen que es una enfermedad y lo identifican más como un síntoma. Esto lleva a que se banalice, a que se le quite importancia, incluso culpando de ello a quienes la padecen, considerando que la usan como excusa para no hacer algo o eludir una responsabilidad", afirma la especialista que insiste en que, pese a ser la primera causa de discapacidad en adultos jóvenes demostrado con investigaciones científicas, "los afectados tienen que escuchar como sus compañeros de trabajo y a veces familiares y amigos les recriminen sus quejas por lo que consideran un simple dolor de cabeza".

Pero la migraña es mucho más que eso. Se trata de una enfermedad que condiciona la vida de las personas. La doctora González Oria lo explica. "No son sólo dolores de cabeza, son cefaleas acompañadas de otros muchos síntomas, que llegan a altera el bienestar del paciente", aclara.

Durante una crisis de migraña un paciente puede estar en cama, lejos de luces y ruido, con alteraciones en la visión, con vómitos... Cuando se le pasa y retoma su vida, no lo suele hacer desde cero. "El estigma asociado a la migraña puede tener efectos negativos significativos en la vida personal y profesional de los individuos, generando sentimientos de soledad, frustración y tristeza. Puede llevar al aislamiento, a no hablar de su patología o no consultar a su médico, a sentir vergüenza o sentirse culpables por tener migraña y agravar su malestar y generar problemas añadidos de salud mental", sostiene. 

Con todo, pese a ser una enfermedad que no tiene cura, sí se pueden controlar los síntomas. La neuróloga del Virgen del Rocío apunta que un diagnóstico adecuado y su tratamiento farmacológico personalizado "cambia de forma radical la vida del paciente". "Si un paciente tiene un tratamiento sintomático adecuado con antiinflamatorios y triptanes, y conoce que tiene que tratarse las crisis pronto, puede llegar a controlar el dolor de forma adecuada", explica. "Si las crisis son frecuentes habrá que pautarles un tratamiento preventivo que le disminuya la frecuencia de sus cefaleas, pasando a una migraña episódica de baja frecuencia, que le generará una baja repercusión y discapacidad", añade. 

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