San Leandro lanza un nuevo SOS
La situación de la clausura
Unos imprevistos durante las obras en las cubiertas de la Casa del Portero han duplicado el presupuesto inicial de 107.000 euros.
Las monjas no pueden afrontar este sobrecoste y solicitan ayuda.
Las monjas del convento de San Leandro vuelven a lanzar un angustioso SOS. Las religiosas agustinas se han encontrado con una desagradable sorpresa durante las tareas que están acometiendo para consolidar las cubiertas de la entrada al cenobio por el compás que da a San Ildefonso. Al iniciar estos trabajos se han encontrado con una estructura a punto de derrumbarse, y que ha necesitado el refuerzo de la cimentación, una intervención no prevista que ha duplicado el presupuesto inicial de 107.000 euros. La abadesa, sor Natividad Rodríguez, ha enviado una carta a particulares, entidades y hermandades en la que explica la complicada situación a la que se enfrentan y solicitan ayuda para sacar adelante este proyecto que, como avanzó este periódico, culminaría en la construcción de una hospedería monacal.
“La casa estaba para derrumbarse. El presupuesto se ha duplicado y el dinero que teníamos ya se ha terminado. Sólo se ha podido hacer uno de los tejados y faltan otros dos: los que dan a Caballerizas y a San Ildefonso”, explicó a este periódico la abadesa, sor Natividad. La religiosa se mostró bastante preocupada ante una nueva vicisitud que pone en jaque, una vez más, la supervivencia de esta comunidad de 18 religiosas.
La comunidad no sólo tiene que hacer frente a los pagos ordinarios de la luz, el agua o el teléfono, además surgen de manera más que frecuente diversas obras que hay que acometer para salvaguardar la integridad de un edificio que tiene unas enormes dimensiones. Gracias a la ayuda del Banco de Alimentos y a algunas entidades y hermandades, pueden comer y realizar sus tareas cotidianas, pero este nuevo revés les llega en una época en la que la venta de yemas y otros dulces, que es su principal fuente de ingresos, es prácticamente inexistente. Sor Natividad realiza un llamamiento a los sevillanos para que con una visita a su torno puedan ayudarlas a sobrellevar el enorme coste de la obra: “En esta época apenas vienen algunos turistas. Necesitamos que vengan a comprar para que también podamos trabajar”. La economía del convento se sustenta, casi en exclusiva, por las ventas que se producen durante la época de Navidad.
Las obras en la llamada Casa del Portero surgen después de que la Gerencia de Urbanismo obligara a apuntalar toda un ala hace más de dos años. El portero de la comunidad se tuvo que marchar en mayo de 2016. Urbanismo dio el visto bueno el pasado mes de abril a esta intervención que, además de reparar y sanear toda la zona y acabar con el riesgo de derrumbe hacia la calle, tiene como objetivo la realización de una pequeña hospedería de seis plazas con acceso común por el compás para albergar tanto a familiares como a grupos organizados de peregrinos o personas afines y vinculadas a la actividad religiosa. Además de la Casa de Portero, el convento cuenta con otros espacios que están en muy mal estado, como los tejados de la biblioteca, que tuvo que ser desalojada.
El convento de San Leandro es uno de los que más vicisitudes ha atravesado en los últimos tiempos. La comunidad ha tenido que afrontar un juicio por unas obras de reforma para construir un apartamento que se desviaron un 400%. Hasta hace poco han estado pagando parte de esa deuda de 39.000 euros a la federación de la orden, que les concedió un préstamo. Durante el mandato de Juan Ignacio Zoido Urbanismo arregló los tejados de la iglesia y la pintura de la fachada de la calle Zamudio. Esta actuación provocó algunos daños en el coro alto. Por si esto fuera poco, la obra dejó una importante e inesperada factura que pagar por las religiosas: 8.600 euros.
Además de comprando dulces, ropas litúrgicas o imágenes que pintan las monjas, se puede ayudar a San Leandro con donativos a la cuenta número 0075-0327-06-0600213682 del Banco Popular.
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