Las continuas plagas dejan vacío el parque periurbano de La Corchuela

"Estuvimos el domingo pasado y nos sorprendió que estuviera vacío. Con el paso de las horas nos notamos que teníamos picaduras y tuvimos que llevar a nuestros niños a Urgencias para que les inyectaran algún medicamento. En el hospital nos dijeron que podía tratarse de pulgas". Éste es el testimonio de Antonio Martín que, junto a varias familias, fue a celebrar un cumpleaños en el parque periurbano de La Corchuela. El hombre advierte de las plagas en el entorno y cuenta que, tras la visita, los padres enviaron una queja al servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla.

"Después entendimos por qué el recinto estaba vacío", explica Martín, quien cree que habrá habido muchos más usuarios que hayan estado en su misma situación. "Además de que se trata de una negligencia clarísima por parte del consorcio, nos cobraron dos euros por la entrada", manifiesta. Martín explica que los adultos tenían ciertas picaduras, pero que la reacción que le había dado a los más pequeños era "denunciable".

El escaso público que transita el parque provocó que David Serradilla casi tuviera que cerrar su empresa el verano pasado. Aventura Sevilla organiza actividades de ocio en el parque de La Corchuela, pero Serradilla advierte que cada vez son más las reservas que se cancelan. "Hace tres años, los aparcamientos se llenaban los fines de semana. El domingo pasado no vi más de dos coches en la puerta del parque", anuncia.

Serradilla no tiene constancia de la presencia de pulgas en este enclave, pero asegura que sigue habiendo plagas de orugas. El problema de la procesionaria del pino, cuenta, ha estado presente desde octubre de 2013 y critica la falta de compromiso de las administraciones que forman parte del órgano de gestión del parque. Este pulmón verde pertenece al consorcio en el que participa con un 76% el Ayuntamiento de la capital hispalense, así como el de Dos Hermanas, con un 10%, Los Palacios con el 4% y la Diputación de Sevilla con otro 10%.

"El pelo de la oruga presente en el parque es muy tóxico, sobre todo, para los niños", afirma Serradilla. El dueño de Aventura Sevilla destaca que a principios de este año denunció a Fitonovo, la concesionaria que gestionaba estas 84 hectáreas, que equivalen a 85 campos de fútbol, pero añade que de momento no tiene ninguna respuesta.

El afectado también presentó varias peticiones de fumigación y solicitó que se mejorara el estado de este parque marcado por el abandono: "Los cuartos de baño llevan años sin funcionar y los caminos son intransitables". No obstante, reconoce que desde que Diego Tamayo dirige esta zona verde parece que el entorno está empezando a cuidarse. "Es la primera vez en ocho años que se está haciendo algo por sacarlo adelante", afirma.

"Hace unos días me sorprendí al ver que iban a fumigar", explica Serradilla. Pero los resultados todavía no son suficientes. El propietario de Aventura Sevilla ha contratado los servicios de una empresa privada para que se aplique "un método innovador" en los árboles de la zona donde trabaja para erradicar las plagas. Aunque de momento no está descontento con la nueva concesionaria, no se fía de que los tratamientos que están aplicando sean sólo un "apagafuegos".

"No me la puedo jugar más veces", sentencia. Serradilla lucha por mantener su negocio a flote y reconoce que tanto él como el resto de trabajadores tienen que ir a menudo a urgencias por la presencia de ronchas y medicarse con antihistamínicos.