La conservación preventiva del Alcázar se amplía a nuevas zonas
El nuevo contrato, por un importe de 338.000 euros, incorpora las techumbres, azoteas, los caminos o los pavimentos
La minuciosa restauración de los alfarjes mudéjares del Alcázar
El Real Alcázar de Sevilla continúa extendiendo y aumentando las labores de conservación preventiva a nuevas zonas del monumento. Con ese objetivo, ha sacado a licitación un nuevo contrato que, con un presupuesto de 338.000 euros y un plazo de ejecución de 12 meses, busca garantizar la permanente disponibilidad y operatividad de las estancias y espacios del conjunto palaciego, tanto los visitables por parte del público como los de acceso privado, en condiciones de máxima seguridad para las personas, así como para garantizar la estabilidad de los materiales que constituyen el bien cultural el mayor tiempo posible sin que se produzca su deterioro, y en las debidas condiciones de ornato. En definitiva, se trata de identificar, evaluar, detectar y controlar los riesgos de deterioro del monumento.
La zona de actuación comprenderá la totalidad de espacios habitables, tanto los de acceso público como privado, así como aquellos que se encuentren clausurados, incluyendo la totalidad de las construcciones, patios, portadas, caminos y jardines de todo el conjunto del Real Alcázar.
En primer lugar, se contempla la inspección de espacios o elementos, tanto interiores como exteriores, toma de datos, imágenes mediante reconocimiento organolépticas o mediante técnicas no destructivas o invasivas (por ejemplo, mediciones de temperatura con cámara termográfica). Estos espacios son: cubiertas planas e inclinadas, adarves, portadas, camaranchones, espacios de difícil acceso (torres, aljibes, etc.), techumbres, bóvedas, artesonados, cornisas, o elementos ornamentales.
En segundo lugar, se llevarán a cabo las tareas de conservación preventiva. Tienen como objetivo fundamental detener y controlar el deterioro producido por el paso del tiempo y el uso de las distintas dependencias, sistemas y elementos constructivos, así como dar cumplimiento a las intervenciones recogidas en el Plan de Conservación Preventiva del Real Alcázar. Abarcará las fachadas y portadas, las distintas estructuras (metálicas, hormigón o madera), las cubiertas (inclinadas, planas, lucernarios, etcétera), las particiones verticales, los pavimentos, las carpinterías y cerrajerías, los artesonados, los techos (escayola, estucos, enfoscados, etcétera), los revestimientos verticales (azulejos), las yeserías, los revestimientos verticales interiores (enfoscados, estucos, enlucidos, etcétera), las fuentes, los bancos, las columnas, así como la limpieza y mantenimiento de todas las instalaciones.
En tercer lugar, el contrato contempla las actuaciones de emergencia. Debido a la diversidad constructiva y funcional del monumento y a los distintos niveles de exposición a los riesgos de diverso tipo pueden producirse situaciones que obliguen a garantizar provisionalmente la estabilidad del elemento afectado de forma inmediata, en tanto en cuanto se disponga de tiempo suficiente para la redacción del proyecto de intervención necesario. Entre estas situaciones se encuentran: la retirada de elementos con riesgo de desprendimiento (yeserías, cornisas, cerrajerías, elementos ornamentales, fábricas vistas, columnas, carpinterías, etcétera). La reparación de filtraciones de agua a través de cubiertas, canalones, o cornisas. Y el apuntalamiento y/o apeo de elementos de cualquier naturaleza que se encuentren deteriorados, desaparecidos, etcétera, hasta que se elabore el correspondiente proyecto para su restauración o restitución en casos de obra mayor.
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