Finaliza la restauración de la glorieta de Cervantes del Parque de María Luisa
Patrimonio
La actuación ha incluido dos reproducciones de las estatuas de don Quijote y Sancho sobre dos anaqueles, la ampliación del alcorque central o el tratamiento y rehabilitación singular de las piezas de cerámica vidriada que reproducen la obra
El Ayuntamiento de Sevilla, a través del área de Parques y Jardines de la delegación de Transición Ecológica y Deportes, ha culminado la restauración de la glorieta Miguel dedicada a Cervantes situada en la Plaza de América del Parque de María Luisa. Este espacio, que se sitúa ante el Pabellón Real, presentaba importantes desperfectos como consecuencia del paso del tiempo y de diversos actos vandálicos. La intervención, promovida tras una petición del cervantista Rafael Raya Rasero, miembro de la Asociación Internacional de Cervantistas, al director de Parques y Jardines, Fernando Mora-Figueroa, se ha enmarcado dentro del plan de mejoras de los espacios del Parque de María Luisa y ha contado con un presupuesto de 35.584 euros. Los trabajos han sido acometidos por Alféizar, empresa especializada en la restauración del patrimonio.
El estado de la Glorieta de Cervantes era bastante deficiente. Además de los problemas propios del paso de tiempo y la exposición de unas piezas tan delicadas a la intemperie, se sumaban los actos vandálicos que con relativa frecuencia asolan la zona. Además, las raíces del árbol situado en el centro de la glorieta había levantado el pavimento. La intervención ha consistido la apertura del alcorque, tratamientos de limpieza y restauración de las piezas perdidas, y de las fábricas aplantilladas deterioradas, la restauración desde el punto de vista conservativo de la azulejería existente, la reproducción de las piezas de azulejería perdidas, la colocación de las figuras que fueron retiradas de los anaqueles y que en la actualidad se encuentran en las dependencias municipales, y la reparación de los pavimentos de albero del los accesos.
El delegado de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara, ha visitado la glorieta tras su restauración y ha destacado que “esta intervención forma parte del programa que se ha venido desarrollando en los últimos años en el Parque de María Luisa con inversiones que mejoran su patrimonio histórico y natural, sus infraestructuras y viarios con más de 4,5 millones de euros. Continuamos apostando por el patrimonio y por el impulso de las zonas verdes de este parque potenciando su uso por las familias y por los visitantes que quieran conocer una parte de la historia de Sevilla”.
Diseñada por Aníbal González
La Glorieta de Cervantes fue realizada en 1913, al igual que la Plaza de América donde se sitúa. Fue proyectada por el arquitecto sevillano Aníbal González Álvarez-Ossorio. “Este homenaje cervantino-quijotesco es una obra del mejor exponente de la arquitectura regionalista”. Con una forma octogonal, y diez metros de diámetro aproximadamente, se dispone en torno a una frondosa araucaria australiana.
Cuenta con cuatro bancos, dos accesos en los lados cortos norte-sur y sendas librerías o anaqueles en los otros dos. El suelo presenta dos alturas, al elevarse a contra-octógono la base de los bancos. Los cuatro bancos de ladrillo tallados y revestidos de azulejos están realizados con la técnica de la cuerda seca. Miden 14 por 14 centímetros y están insertados en una trama de tiras de verde cobre de 3 centímetros. En las cenefas de la parte superior de los bancos figuran las iniciales EHA, que corresponden a Exposición Hispanoamericana, luego modificada a Iberoamericana, para dar cabida a países de habla no hispana.
La obra es del pintor ceramista Pedro Borrego Bocanegra y realizada en los talleres de Ramos Rejano. En los azulejos se desgranan, como si de un cómic se tratara, todas las escenas de la insigne obra cervantina, tan sólo en una de las esquinas vemos escrito D. Quijote de la Mancha – D. Miguel de Cervantes Saavedra, al lado un retrato de un busto de Cervantes, y en el ultimo hay una leyenda que aunque tremendamente deteriorada se lee el final de la novela.
Los suelos cuentan con una variada representación de personajes y motivos del Quijote. Dos leyendas se disponen alrededor del árbol central y en el perímetro interior. Los dos anaqueles están forrados de cerámica, en cuyos entrepaños figuran las fechas más importantes de la vida y la obra de Miguel de Cervantes. Sobre ellos se encontraban dos reproducciones ecuestres de las figuras de Don Quijote y Sancho Panza, obras de Eduardo Muñoz que lamentablemente fueron sustraídas.
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