Concluye el juicio del amaño de las oposiciones de la Policía Local

El caso queda visto para sentencia después de casi tres meses de sesiones y un centenar de declaraciones

Ninguno de los policías acusados ha querido hacer uso de su derecho a la última palabra

La sala de vistas en la que se celebra el juicio de las oposiciones.
La sala de vistas en la que se celebra el juicio de las oposiciones. / Belén Vargas

El juicio del presunto amaño de las oposiciones de la Policía Local de Sevilla ha quedado este jueves visto para sentencia en el juzgado de lo Penal número 10 de Sevilla. Lo ha hecho tras casi cuarenta sesiones en las que han declarado los 45 acusados del caso, así como decenas de testigos y peritos. Ninguno de ellos ha querido hacer uso de su derecho a la última palabra.

Entre los acusados hay 37 policías locales sospechosos de tener acceso a los exámenes antes de las pruebas. El resto son los miembros del tribunal, cuyo presidente era el superintendente Juan José García, y en el que había otros agentes veteranos y componentes del sindicato mayoritario, el Sppme. También hay dos funcionarios investigados, así como el delegado de la empresa que surte de material a la Policía Local, cuyo hijo accedió al cuerpo en las oposiciones.

Durante la última sesión del juicio han presentado sus informes los abogadores defensores que no lo habían hecho aún. Todos han solicitado la absolución de sus representados y la condena en costas para los denunciantes. Los informes han coincidido en un argumento utilizado por las defensas a lo largo de todo este proceso: la falta de competencia de la unidad que investigó el caso, la Gepol, en materia de Policía Judicial, así como la falta de indicios y pruebas de que la plantilla de respuestas se hubiera filtrado.

Los letrados han cargado contra la arbitrariedad de los investigadores de la Gepol para seleccionar a los acusados por el mero hecho de ser familiares de policías locales. "Las acusaciones se basan en caprichos o en venganzas personales, no en medios de prueba", ha dicho Rocío Carnerero, abogada defensora del hijo del presidente del Sppme. La letrada ha criticado que el criterio para acusar a su cliente sea simplemente ser hijo de un dirigente sindical enfrentado a los miembros de la Gepol, y ha recordado que también hubo hijos de policías que suspendieron.

Uno de los abogados defensores ha lamentado que el juicio se haya convertido en un proceso mediático y que condicionará a los policías locales en el caso de que sean absueltos, así como al juez a la hora de dictar sentencia. El magistrado, David Candilejo, le respondió al final de la vista que "dictará la sentencia ajustada a derecho, como hace siempre" y que si estos policías le multan cuando aparque la moto, "será porque está mal aparcada".

También ha presentado su informe el abogado del Ayuntamiento de Sevilla, que ha calificado de "sofisma" la investigación llevada a cabo por la Gepol. "Que sean torpes en la investigación no convierte sus sospechas en pruebas, siguen siendo sospechas. El delito está en la mente de los investigadores y de las acusaciones, pero no se desprende de las pruebas practicadas", ha dicho el letrado.

El juicio arrancó el 11 de septiembre y durante la primera semana se presentaron las cuestiones previas. Toda esta primera fase del juicio estaría marcada por el duro enfrentamiento entre la fiscal, Ana Linares, y las defensas. La representante del Ministerio Público llegó a calificar la estrategia de los abogados de los policías acusados como "la máquina del fango", en referencia a una expresión acuñada por Umberto Eco, y a comparó a los agentes investigados con la Camorra napolitana.

Durante los tres meses que ha durado la vista se han repetido estos momentos de tensión entre la fiscal y los abogados defensores, sobre todo después de que la representante del Ministerio Público calificara el caso como "gigantesco fraude" y defendiera a los agentes de la Gepol como personas que fueron "crucificadas por investigar". Para las defensas, en cambio, eran "aprendices de Elliot Ness", llegó a decir el abogado Agustín Martínez Becerra.

Quizás temiendo la agresividad de la Fiscalía, los 45 acusados declararon sólo a las preguntas de sus abogados. Todos ellos coincidieron en negar que tuvieran acceso previo al examen y algunos alegaron la inquina de los miembros de la Gepol contra ellos por tener enfrentamientos previos con familiares suyos, también policías locales.

La declaración más completa fue, sin duda, la del superintendente Juan José García. Durante más de tres horas, negó cualquier irregularidad y entró punto por punto en cada cuestión de la que se le acusa. Al juicio le ha faltado quizás una declaración clave, la de uno de los agentes de la Gepol que no acudió a declarar.

Al filo de las dos y cuarto de la tarde, el juez ha pronunciado "las tres palabras mágicas: visto para sentencia" y ha deseado unas felices fiestas a todos. Antes, ha explicado a los acusados que quería tener lista la sentencia para el mes de enero, pero para ello dependía de que le pusieran un juez de refuerzo para el resto de asuntos de su juzgado, algo que de momento no se ha producido. "Estará cuando pueda, porque hay juicios señalados de hace dos años que son igual de importantes que este caso".

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