El eterno debate en Sevilla: ¿Rosco o roscón de reyes?

Sevilla/Con la llegada de la Cabalgata, adelantada excepcionalmente al día 4 de enero por las inclemencias meterológicas, los sevillanos ya tienen en sus neveras el dulce típico de la festividad de Reyes Magos.

Es un bollo dulce relleno de nata, aunque a estas alturas, hay quien los rellena de trufa o cualquier otro añadido para impacto de los amantes de la versión más tradicional.

Hay quien tiene su confitería de confianza cada año a la que no falla, quien apuesta por probar en nuevos establecimientos en la búsqueda del mejor, y quien incluso organiza catas para degustar cuál es el mejor de esta Navidad.

Conocido en toda España como roscón de Reyes, en Sevilla, buena parte de la población lo conoce popularmente como rosco de Reyes; por lo que nos encontramos el entrañable día de la cabalgata con debates familiares que se alargan a la hora de merendar para comprobar quién utiliza la expresión más común, y quién apuesta por la palabra sevillana por excelencia.

¿Rosco o roscón?

Probablemente, el que cualquier sábado por la mañana desayune churros, también tome esta tarde roscón; y quién apueste por los calentitos, hoy pedirá un trocito rosco de relleno de nata.

En cualquier caso, el roscón o rosco de Reyes es un dulce que nunca falta en una tarde como la de hoy, y este año, con motivo del adelanto de la Cabalgata de Reyes de Sevilla, tenemos un día más para degustar un manjar que pone el broche final a la Navidad.

Los días cuatro, cinco y seis de enero se convertirán en un remate de los atracones navideños, donde los roscos o roscones se darán por terminadas las fechas para devorar los mazapanes, turrones y polvorones.

¿Qué dice la RAE?

Lo cierto es que ambos términos son correctos porque la Real Academia de la Lengua Española (RAE) contempla las dos acepciones:

1. Roscón o rosca de pan o de bollo.
2. coloq. cero (‖ puntuación mínima) no comerse un rosco1. loc. verb. coloq. no comerse una rosca.

Historia del roscón de reyes

El origen de este dulce es en el siglo II a.C. cuando se celebraban 'Las Saturnales', un festejo pagano en honor a Saturno, el dios de las cosechas. Todas las personas, tanto ricos como esclavos, celebraban el final del período más oscuro del año y el inicio de una época llena de luz. En aquella época era frecuente preparar diversos platos para la celebración, aunque de todos el más popular era una torta a base de miel en la que se introducían algunos frutos secos, dátiles e higos.

En el siglo III, se introdujo la tradición de esconder en el rosco un haba seca. Ésta era símbolo de la prosperidad y el afortunado que la encontraba era nombrado 'rey de reyes' durante un tiempo establecido. Un premio exclusivamente destinado a los esclavos, quienes si encontraban el haba quedaban libres durante 'Las Saturnales'.

Luis XV dio el empujón definitivo a la tradición del roscón, escondiendo una moneda dentro y extendiéndolo entre la corte. Su tío Felipe V introdujo la tradición en España, convirtiéndose en una fiesta popular. Con los años se convirtió en una figurita de cerámica, a la vez que el haba se convirtió en un símbolo negativo. En el siglo XIX se decide hacer coincidir la ingesta del roscón de reyes con el día de la epifanía, día de reyes.