La comisionada ve "escandaloso" el nivel de pobreza en el Polígono Sur
Una nueva mesa de trabajo se creará en los próximos días y se pedirá al alcalde refuerzos del personal de los servicios sociales en un barrio con más de 2.000 familias en situación crítica.
En el Polígono Sur viven más de 2.000 familias en unas condiciones de pobreza extremas. "La exclusión aquí es escandalosa", dijo este jueves la comisionada para regenerar el barrio, María del Mar González, en el balance de su primer año al frente de este departamento. La comisionada admitió que hace falta un trabajo intenso con estas familias y poner en marcha algún tipo de iniciativa que ayude a paliar la situación actual. Para ello, anunció la creación de una mesa de inclusión en la que participará su equipo y el personal de las distintas áreas implicadas en el trabajo en el barrio, como los servicios sociales, educación, salud o empleo, así como las organizaciones que colaboran en el reparto de alimentos y la atención más básica a las familias más necesitadas.
La lucha contra la exclusión constituye el eje sobre el que girará el plan integral del Polígono Sur en las próximas semanas. La comisionada aprovechará que tiene una reunión con el alcalde, Juan Ignacio Zoido, el próximo lunes para pedirle un refuerzo de personal en los servicios sociales municipales y un mayor compromiso en esta materia. "Le voy a pedir muchas cosas a Zoido, por supuesto que refuerce el personal y que apueste por la inclusión". También hizo lo propio con los representantes de la Junta con los que se reunió recientemente.
La crisis económica ha supuesto un golpe muy duro para todo el trabajo que se llevaba a cabo en el barrio. La inversión y el personal se ha recortado, y el desempleo ha crecido en una zona que ya era la que más paro padecía de Sevilla. Actualmente no hay programas de empleo en el barrio y sólo se mantiene una escuela taller pero con unos resultados que son insuficientes. "Se ha incrementado la demanda y han disminuido los recursos".
La comisionada lucha ahora para que se incluyan las llamadas cláusulas sociales, por las que se contrataría a personal del barrio en las obras que se están ejecutando en el mismo. "No podemos dejar pasar esta oportunidad, porque ya se han hecho obras en el barrio en las que ha participado el personal de aquí y las empresas han quedado muy contentas. Tenemos un personal muy cualificado porque todos los años que lleva el plan en marcha -desde 2005- han servido precisamente para eso". En las obras públicas no ha sido posible hasta ahora incluir estas cláusulas por el reparo del interventor del Ayuntamiento. Para rebatirlo prepara un informe basado en la normativa europea y que argumenta el carácter excepcional del barrio. "Ya se nos han escapado obras grandes, pero todavía quedan muchas pequeñas".
La pobreza extrema afecta a un porcentaje importante del barrio, en el que residen oficialmente 30.200 personas pero que posiblemente tenga una población real de 40.000. Es hora de impulsar nuevas líneas de trabajo, de darle alguna vuelta a un plan que se concibió entre los años 2003 y 2004, cuando no sólo el Polígono Sur, sino la ciudad entera, eran lugares muy distintos a los actuales.
La comisionada no fue crítica. Alzar la voz, enfrentarse a los políticos o amenazar con irse no parece ser su estilo. Al menos de momento. Prueba de ello es que se ha pasado un año casi sin hacer declaraciones públicas, aun a riesgo de agravar ese "problema de comunicación" que reconoció que ha existido entre su oficina y las administraciones y los vecinos del barrio. Piensa que puede conseguir más por la vía de la negociación o el diálogo y que de momento puede bastar el mensaje de alerta ante la pobreza para que las administraciones se impliquen en su lucha, "aunque a veces cueste".
En el año que lleva en el cargo de comisionada ha tenido tiempo para comprobar que un trabajo de meses en la sombra se puede ir al traste por una pelea política. Tenía motivos para hablar de la comisaría de la Policía Nacional, para exponer cómo la dejaron vendida los políticos cuando decidieron no incluir el edificio en los Presupuestos Generales del Estado, pero se limitó a dar una explicación tan elegante como inteligente. "Aquí no llega la confrontación política. El revuelo mediático que se generó -el Gobierno acusó a la Junta de paralizar el proyecto- no se correspondía con la apuesta de las tres administraciones que aquí había, con técnicos trabajando para desbloquear el asunto. Sentimos mucho aquello. Fue muy triste, pero creí que era mejor no intervenir porque es cierto que hubo un obstáculo técnico, pero que creemos que se puede resolver pronto".
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