La comisaría del distrito Sur estará terminada antes de la primavera de 2021
Seguridad
Unos amplios ventanales permitirán que la iluminación natural llegue hasta el sótano
La construcción del inmueble cuenta con un presupuesto de 4,5 millones
Los operarios realizan los primeros trabajos, entre ellos un gran socavón
Arranca la construcción de la polémica comisaría de la Policía Nacional en el distrito Sur. Desde hace unos días trabajan operarios que realizan las primeras labores como un socavón de grandes dimensiones. El Ministerio del Interior adjudicó la obra a la empresa Seranco S. A., que levantará un edificio abierto a la luz natural. Esa es una de las principales características del diseño de la futura sede policial.
Quince años después, la ciudad contará con la cuarta de las cinco sedes policiales contempladas en el acuerdo que firmaron en 2005 el gobierno del socialista Alfredo Sánchez Monteseirín y el Ministerio del Interior, que entregó a cambio el inmueble que ocupaban las oficinas policiales en la céntrica Plaza de la Gavidia. La construcción cuenta con un plazo de ejecución de 18 meses, por lo que la intención del Estado es que esté terminada en la primavera de 2021.
El aprovechamiento de la luz solar marca el diseño de un edificio que contará con grandes ventanales en la fachada. Incluso las dependencias implantadas en el sótano estarán dotadas de iluminación y ventilación natural a excepción de las dependencias de detenidos, que por razones obvias de seguridad carecen de ellas, pero si tienen asegurada su ventilación con medios mecánicos como el resto de un inmueble que estará ubicado en la calle Manuel Laffón, muy cerca del apeadero de Renfe junto al Hospital Virgen del Rocío. Aunque esté a 120 metros del límite del barrio, la comisaría estará finalmente fuera del Polígono Sur, un hecho que ha generado una oleada de protestas entre los vecinos y partidos políticos como el PSOE e Izquierda Unida.
Los trabajos para levantar el inmueble de 3.088 metros cuadrados repartidos en dos plantas y un sótano cuentan con una inversión de 4,5 millones. La mayor parte del dinero se irán para levantar la estructura, la instalación eléctrica, carpintería y elementos de protección, cimentación y climatización. Comenzando por la planta inferior, el sótano será destinado para aparcamientos y tres zonas diferenciadas con accesos indistintos. La primera son los calabozos, que cuentan con dos partes: una zona más pública destinada a los procesos que no son estrictamente de retención de las personas, como el reconocimiento de retenidos y la inspección de guardia; y otra propiamente de retenidos. Un segundo espacio será para vestuarios, almacén general y cuarto técnico. A estas dos zonas se accede desde los aparcamientos. La tercera discurre paralela a la rampa de acceso al sótano, separada por un patio al que ventilan las dependencias de armero, sala de descanso, almacén de objetos recuperados y cuartos de instalaciones.
En la memoria elaborada por los arquitectos Fernando Carrascal Calle y José María Fernández de la Puente Irigoyen se describe que la disposición lineal de la planta baja permite un acceso prácticamente central que distribuye claramente el programa en dos crujías desiguales. El acceso principal es atravesado por un patio que separa el área más pública de la interna. La zona para los ciudadanos está dividida por el vestíbulo y control de acceso. A su izquierda se encuentra el espacio dedicado al DNI, pasaportes y archivo; a la derecha, denuncias. En la otra crujía de la planta se localizará el acceso de los funcionarios y de los vehículos al sótano. Además, están previstos despachos para la Policía Judicial y Seguridad Ciudadana, una sala polivalente y otra de brifing (instrucciones).
Una planta más arriba (en la primera) estará el área administrativa y los despachos para los distintos departamentos de la Policía Nacional. A la izquierda del vestíbulo se colocará el secretario de distrito, la unidad de gestión (Secretaría General), el jefe de comisaría de distrito, la jefatura operativa y la sala de escuchas. Al otro lado, los aseos y todas las instalaciones de aire acondicionado. Tanto en la planta baja como en la primera se han previsto en los espacios exteriores cubiertos áreas de descanso para los funcionarios. Dos núcleos de escaleras y uno de ascensor son los elementos de comunicación entre ambos niveles superiores del edificio. La luz natural será de nuevo la protagonista.
La Gerencia de Infraestructuras de la Seguridad del Estado (Giese) detalla en el programa de necesidades de la futura comisaría del distrito Sur varios departamentos. La jefatura de comisaría se situará en la primera planta y constará de sala de juntas, jefe de comisaría de distrito, unidad de gestión (secretaría general), secretario de distrito, jefatura operativa, almacén de material y reprografía. La zona de atención al público de la planta baja estará compuesta por tres áreas: control de acceso, oficina de documentación (DNI, pasaportes y extranjería), y oficina de denuncias.
El Gobierno ha insistido en los últimos meses en que la comisaría no podía ya cambiarse de ubicación. Los socialistas continuaron adelante con la localización elegida por el anterior Ejecutivo del Partido Popular, un solar de la calle Manuel Laffón, fuera del Polígono Sur. Para el PSOE aquella decisión supuso una “traición” para los vecinos del barrio, que sin embargo los socialistas han mantenido cuando han llegado al poder. Desde el ministerio alegan que el proyecto se encontraba ya en una fase cuya reversión era “imposible” y su suspensión acarrearía unos “elevados costes”, ya que habría que redactar un nuevo proyecto y otorgar unas “indemnizaciones millonarias” a las empresas que se presentaron al concurso público.
El equipo de Juan Espadas mantuvo también su misma postura al reconocer que se trata de una oportunidad perdida, si bien en el plano jurídico el Gobierno de Pedro Sánchez no tenía posibilidades de revertir la licitación promovida por los populares. El alcalde reconoció a finales de enero que la construcción de la comisaría fuera de los límites del Polígono Sur constituye “una mala noticia” para el barrio, una “oportunidad perdida” para que la zona contase con “un equipamiento que cohesionase mejor” el entorno y “rompiese barreras”.
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