Las comidas de Navidad regresan con fuerza a Sevilla: todo completo desde un mes antes

Hostelería

Los restaurantes acogen desde este fin de semana reuniones de empresas y amigos para celebrar las próximas fiestas

El precio medio por persona ronda los 40 euros y se reservan salas enteras para evitar contactos con otros grupos

El amplio salón del restaurante Lalola, con sus mesas reservadas para el almuerzo.
El amplio salón del restaurante Lalola, con sus mesas reservadas para el almuerzo. / Juan Carlos Vázquez

Desde este fin de semana acudir a un restaurante de Sevilla capital sin reserva se convierte en una auténtica odisea. En fechas previas también resultaba complicado encontrar una mesa si días antes no se había solicitado, pero a un mes de la Navidad dicho intento llega a ser una misión casi imposible. La razón de este overbooking no es otra que las comidas que empresas y amigos organizan de cara a las fiestas y que este año, tras las severas restricciones de 2020 por la pandemia, vuelven a situarse en los niveles 2019, el último ejercicio libre de Covid.

El restaurante La Azotea, uno de los más conocidos y con mejor crítica de la capital andaluza, es un ejemplo de este anticipo. Su dueño, Juan Antonio Gómez, reconoce que "la campaña de Navidad ha empezado antes". Desde la semana pasada están atendiendo a grupos de compañeros de trabajo y amigos. Los jueves y viernes son las jornadas con más reservas. El número de comensales que componen estas reuniones oscila entre los 10 y 15.

Uno de los datos más curiosos a la hora de gestionar la reserva en este establecimiento, situado en el Casco Antiguo, es que muchos de los solicitantes piden tener un salón en exclusiva para ellos, es decir, que no se comparta con otros grupos de clientes. Gómez relaciona tal solicitud con la "conciencia" creada durante la pandemia, a raíz de la cual se intenta evitar el mínimo contacto con personas que no pertenezcan al entorno más cotidiano.

Otra de las características propias de estas comidas y que ya se impuso antes de que apareciera el coronavirus es la de acudir al restaurante con un menú cerrado y no a la carta, como ocurría en la época de mayor bonanza económica (previa a la crisis de 2008). Esta modalidad facilita la labor de restauración y con ella también se acuerdan los platos a elaborar, teniendo en cuenta que cada vez son más los comensales que presentan algún tipo alergia a determinados productos.

Una camarera atiende a un grupo de clientes en La Azotea.
Una camarera atiende a un grupo de clientes en La Azotea. / Juan Carlos Vázquez

La carne y el pescado frito son los platos estrella de estos días, en los que el marisco queda reservado para los encuentros familiares de las fiestas navideñas propiamente dichas. El precio también suele incluir una o dos copas tras el postre, lo que evita que los participantes tengan que buscar luego otro local donde consumirlas.

En el Grupo La Raza esta modalidad también se ha impuesto. Los grupos de empresas y amigos quieren "barra libre" y música en un mismo salón. El precio medio del cubierto para quienes se anticipan a la Navidad en sus salones del Parque de María Luisa y del Puerto ronda los 40 euros. Sin obviar que también hay quien llega a pagar 70 euros para celebrar la inminencia de las fiestas en su restaurante Ispal, aunque aquí se trata de reuniones más reducidas. La gran avalancha de comidas empieza el 25 de noviembre, a un mes de la Nochebuena. "Cada vez se adelantan más", refiere Aurelio del Pozo, director comercial de esta empresa hostelera, donde el inicio de la campaña navideña coincidirá con la víspera de la jornada de descuentos del Black Friday.

En sus establecimientos la media de personas que integran estas reservas se sitúa entre las 15 y 20. Aunque también se han recuperado este año las reuniones multitudinarias, con hasta 120 asistentes. Algunas de estas celebraciones las organizan los empleados de las consejerías de la Junta de Andalucía y departamentos de otras administraciones públicas.

Triunfan los almuerzos

El 90% de las comidas son almuerzos, por lo que las cenas quedan relegadas cada vez más. Las carnes y arroces son los platos que más triunfan a la hora de cerrar un menú. No obstante, en La Raza vuelve a tener presencia, tras el paréntesis de 2020, la modalidad cóctel, mediante la cual los comensales no permanecen sentados a mesa y mantel, sino que se sirve un amplio surtido de aperitivos mientras los participantes se encuentran de pie y pudiendo hablar unos con otros en un recinto delimitado.

La demanda hostelera también se refleja en la contratación temporal de las fechas navideñas. En el restaurante Lalola, situado en la calle Conde Torrejón, se amplía la plantilla para atender las comidas de esta época con hasta cuatro trabajadores más. Dicho establecimiento se ha convertido en tiempo récord en uno de los referentes de la hostelería sevillana. El responsable de tan súbita fama es Javier Abascal, uno de los chefs locales más reconocidos. La campaña navideña comenzó en este negocio a mediados de noviembre. "Estamos con las reservas a tope todos los fines de semana que quedan del año, desde el jueves al domingo, mañana y noche", asevera su responsable.

"No tiene nada que ver con lo que ocurrió el año pasado, que, pese a las restricciones por el Covid, también resultó bueno, aunque ni de lejos se puede comparar con la demanda que registramos ahora", refiere Abascal. En su restaurante los menús que se cierran tienen un coste medio por cliente de entre 40 y 45 euros. En ellos abundan las carnes, chacinas y, por supuesto, su famosa ensaladilla, elaborada con langostinos y huevo frito, uno de los platos que más demanda tiene en este negocio de la zona norte del Casco Antiguo.

Mesa preparada para un grupo de clientes en la terraza del Becerrita.
Mesa preparada para un grupo de clientes en la terraza del Becerrita. / Juan Carlos Vázquez

Un clásico de la hostelería sevillana es el Restaurante Becerrita, cuyo dueño, Jesús Becerra, también percibe la "vuelta a la normalidad" en las comidas navideñas. "Se ha recuperado el nivel de 2019", afirma este profesional de la restauración, quien, contra lo expresado por otros compañeros, constata que tras años en los que las cenas de amigos y trabajadores habían "casi desaparecido", ahora se retoman y adquieren mayor presencia en las reservas.

La campaña de Navidad en este establecimiento de la calle Recaredo comienza el jueves 25 de noviembre, con los primeros encuentros. Los días "más fuertes" en cuanto a reservas son los viernes y sábados. También aquí el número de componentes de los grupos oscila entre las 10 y 12 personas. "Los más numerosos acuden en vísperas de las fiestas. A partir de Nochebuena son ya más reducidos y familiares", detalla Becerra. El precio medio por cubierto para un menú cerrado es de 50 euros y atención a este dato: las reservas confirmadas se gestionaron con bastante tiempo, hace más de un mes. Cada vez antes.

Temor en el sector a nuevas restricciones

Es algo de lo que no quieren oír hablar pero que está "en el aire". La subida de contagios de Covid-19 que ha acumulado Sevilla la última semana comienza a preocupar en el sector hostelero, que teme que dicho repunte conlleve nuevas restricciones a una de las actividades más perjudicadas por la pandemia. Una situación que ya se vivió el año pasado por estas fechas y que puso freno a la campaña navideña, que representa un porcentaje muy importante en la facturación anual de bares y restaurantes.

Jesús Becerra, en este sentido, se muestra franco: "Si los contagios siguen subiendo, lo más probable es que aumenten las cancelaciones de las reservas". Una afirmación que realiza cuando la evolución pandémica constata que ha comenzado una sexta ola en la provincia, la cual, por ahora, no se traduce en un aumento de la presión hospitalaria, gracias al alto porcentaje de vacunados.

En el Grupo Robles prefieren ser "cautos" con este asunto. "No queremos ni pensarlo", expresa Pedro Robles, propietario de este referente de la hostelería sevillana, que insiste en que en 2020, por estas fechas, no había comenzado la campaña de vacunación, mientras que ahora "casi el 100% ha recibido las dos dosis". El hecho de tener que establecer de nuevo límites de aforo y de comensales obligaría a dividir los grupos que ya han reservado en dos o tres mesas. Una operación logística complicada de acometer a estas alturas.

Un "fastidio" que, en palabras de Juan Antonio Gómez, responsable de La Azotea, conllevaría a reorganizar las celebraciones concertadas con escaso margen de tiempo. "Dividir a los asistentes en más mesas de las previstas resulta ahora muy complicado", advierte este profesional, quien insiste, no obstante, en que tras el duro año y medio vivido por la hostelería, ahora el sector "está más preparado" para hacer frente a la pandemia.

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