Los colegios podrán retrasar una hora la entrada de los alumnos para evitar aglomeraciones
Educación
Los centros educativos deberán habilitar varias vías para el acceso y salida de los estudiantes
Se recomienda el uso de la mascarilla para los desplazamientos entre aulas y en el recreo
El próximo curso escolar vendrá marcado por el coronavirus. La pandemia que provocó el cierre de colegios e institutos a mediados de marzo y que obligó a toda la comunidad educativa a instalarse en la enseñanza digital condicionará la vuelta de los menores a las aulas. La Junta de Andalucía ha apostado por las clases presenciales. A diferencia del planteamiento de las universidades -que sopesan combinar este modelo con el telemático-, en las etapas obligatorias el escenario principal es el de la vuelta a la normalidad, aunque, eso sí, acompañada de unas medidas de seguridad que conllevarán cambios de importancia en el día a día de los centros.
La primera de estas alteraciones se notará en el acceso a las aulas. Para evitar aglomeraciones, las instrucciones enviadas por la Consejería de Educación y Deporte a los colegios, institutos y conservatorios permiten que la entrada de los niños a los centros pueda retrasarse o adelantarse hasta una hora, sin que ello suponga una reducción de la jornada lectiva.
Se trata, en todo caso, de flexibilizar al máximo este horario -en función de la cantidad de alumnos que acojan- para intentar mantener la distancia de seguridad tanto en la entrada como en la salida, que también contará con dicha posibilidad. Así se determina en la instrucción novena, donde se recomienda, dentro de las posibilidades de cada centro, establecer varias vías. Además, siempre que se pueda, el acceso y la salida deben articularse según los grupos de convivencia escolar en los que se haya organizado el colegio o instituto, un nuevo concepto sobre el que se sustenta el sistema de seguridad frente al Covid diseñado por el Ejecutivo andaluz.
En el caso de que dos hermanos de distinto curso acudan a un mismo colegio, ambos llegarán a la hora en que se produzca la entrada más temprana. Cada centro deberá contar con un profesorado que atienda al alumno que debe esperar para su incorporación al aula, y a la inversa en el caso de la salida.
Una nueva unidad de seguridad
Una vez dentro del aula cobra especial relevancia el grupo de convivencia escolar, que puede abarcar desde un aula, un curso, un ciclo, una etapa educativa completa o todo un centro (como las escuelas rurales). No es algo obligatorio, pero sí aconsejable para que, ante la posibilidad de un contagio, ceñir los posibles contactos directos a un entorno concreto. Esta nueva unidad de seguridad permite, por ejemplo, que un colegio mantenga la disposición habitual de los pupitres de acuerdo con su proyecto educativo y, por tanto, no sea necesario adoptar medidas específicas de distanciamiento entre los alumnos en el aula.
Si no hubiera grupos de convivencia escolar, la distribución en clase se llevará a cabo mediante filas individuales, orientadas en la misma dirección y con una separación mínima entre estudiantes de un metro y medio. En caso de que, por razones físicas, esta distancia no fuera posible, el uso de la mascarilla será obligatorio. De igual modo, en tales casos los movimientos de los menores dentro del aula han de limitarse al máximo.
La mascarilla está recomendada también para los movimientos dentro de los centros. Así lo aconsejan las instrucciones de Salud para los servicios educativos. Esta recomendación se hace extensiva a los recreos y en los tiempos de espera para pasar al comedor. Eso sí, se podría prescindir del uso de este material si en el patio se garantiza "un claro distanciamiento" entre los grupos de convivencia referidos antes.
Otro elemento de seguridad será el gel hidroalcohólico, que se colocará a la entrada de los centros y de las aulas. Los alumnos están obligados a usarlos cada vez que entren o salgan de las instalaciones. Se aconseja que, para los niños acostumbrados a meterse la mano en la boca, se sustituya este tipo de líquido por el lavado de manos con agua y jabón.
El uso del comedor
Entre los distintos servicios que ofrecen los colegios, uno de los más demandados para hacer posible la conciliación familiar es el comedor. Las instrucciones de Salud obligan a respetar el metro y medio de separación entre los comensales, por lo que la distribución de las mesas y sillas debe pensarse para tal fin. Una exigencia que no se tendrá en cuenta para los grupos de convivencia escolar, que sólo tendrán que guardar la distancia de seguridad entre ellos.
Deberá establecerse un "flujo adecuado" para la entrada y salida de los usuarios del comedor, que contará con un itinerario para evitar la concentración de alumnos en determinadas zonas. Este servicio ha de disponer de un plan de limpieza y desinfección. Los manteles serán de un solo uso. La vajilla, cristalería y cubertería se almacenarán en recintos cerrados o, en último caso, en zonas alejadas del contacto de alumnos y empleados. Una vez usado el menaje, se desinfectará en el lavavajillas a temperaturas altas.
Encima de las mesas sólo podrá haber servilletas (sin recipientes que las contengan), mientras que los artículos de autoservicio (jarras de agua, vinagreras, aceiteras y saleros) los servirá el personal encargado del comedor, que atenderá a los alumnos con mascarillas y guantes.
Si hubiera varios turnos de comedor, la instalación donde se presta el servicio deberá ventilarse entre cada uno de ellos, además de proceder a la desinfección de sillas y mesas. Esta labor se realizará también en todos los espacios del colegio o instituto -incluyendo mobiliario, instalaciones y diversos equipos- antes de la apertura diaria.
Los grupos de convivencia escolar, el fortín en las aulas
Si hay un elemento que destaca en el plan de seguridad diseñado por las consejerías de Salud y Educación para el próximo curso es el de los grupos de convivencia escolar, un concepto nuevo que sirve de organización y prevención en los centros educativos frente a un posible contagio de coronavirus. Como se dijo antes, los equipos directivos no están obligados a configurarlos, pero sí resultan muy recomendables como garantía sanitaria y, especialmente, para que el regreso a las aulas pueda efectuarse dentro de la mayor normalidad posible, por lo que se evita, así, el uso continuo de las mascarillas y el distanciamiento entre los alumnos.
Los estudiantes que formen parte de uno de estos grupos se relacionarán entre ellos de modo estable, como se venía haciendo hasta el estado de alarma. La única limitación es la interacción con otros grupos, que ha de reducirse al máximo.
De igual forma, utilizarán una o varias aulas de referencia, donde desarrollarán toda la actividad lectiva. Por tanto, serán los docentes los que se desplacen por el centro y no los alumnos, que recibirán en dichas aulas los refuerzos y apoyos pedagógicos recomendados. El número de maestros y profesores que atienda a un grupo escolar será el mínimo posible. Se aconseja, en este sentido, que los tutores en Primaria impartan el mayor número de áreas que puedan.
En caso de que los institutos opten por este modelo, el agrupamiento de materias se realizará por ámbitos y las optativas serán impartidas por los docentes del mismo grupo. Durante los cambios de asignaturas, los estudiantes permanecerán en el aula y no se permitirá el tránsito por el centro, salvo razones justificadas. En los recreos se reducirá el contacto con otros grupos de convivencia escolar, para lo que un tutor deberá vigilar tal extremo.
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