Las Esclavas cumple 125 años: "Me fui del colegio, pero el amor a la Virgen siempre va conmigo, es una madre para mi"
Antiguos alumnos y docentes recuerdan sus vivencias en la antesala de un día grande para el Sagrado Corazón
La Inmaculada del Colegio Sagrado Corazón saldrá en extraordinaria por el 125 aniversario del centro
Sevilla/El Colegio Sagrado Corazón, conocido popularmente como Las Esclavas, cumple 125 años y lo celebra por todo lo alto.
El sábado 14 de diciembre de 2024, la Virgen Inmaculada saldrá en procesión extraordinaria hasta San Lorenzo para conmemorar una fecha muy especial para todas familias, los alumnos y la comunidad educativa.
La imagen hará lo propio tras una profunda restauración a cargo de Carmen Bahima y Alberto Pérez Rojas para que todo quede perfecto el día que se pone en marcha un cortejo que según lo previsto, estará formado por casi 1.000 personas.
La procesión irá acompañada de los sones de la Banda del Maestro Tejera, también antiguos alumnos de Las Esclavas.
Jesús Fernández, director de la etapa de Infantil afronta estos días únicos con mucha ilusión: "Nunca se ha vivido nada igual fuera del colegio centrado en nuestra Inmaculada, va a ser un día muy entrañable, una vivencia religiosa sin igual, está todo el colegio volcado", señala.
En un momento tan especial para toda la comunidad educativa, el profesorado, la pastoral y antiguo alumnado preparan una jornada con la mayor de las ilusiones.
"Es mi segunda madre, siempre me acompaña"
Rocío Benítez cuenta emocionada como su vida ha estado siempre vinculada a un colegio que se ha convertido en una familia para ella.
Salió de Las Esclavas en 1993, y desde entonces no ha perdido el contacto con la que para ella, sigue siendo "su madre".
En palabras de Rocío, "la Virgen salió en 2007, cuando mi hijo mayor acababa de nacer, hace ahora 17 años; no pude acudir porque acababa de dar a luz. Ahora, con mis hijos ya mayores, con 17 y 12 años lo disfruto ahora en otra etapa muy diferente de mi vida, pero con la misma ilusión", cuenta.
Como otras muchas familias, estos días todo son preparativos para que el sábado 14 la Inmaculada recorra una collación muy particular: "Estamos nerviosos y con un poco de preocupación incluso para que la procesión salga bien, todo está listo, con las estampitas incluidas para repartir", señala Rocío.
Según su relato, todo evoca a los tiempos en los que ella estudiaba en los pupitres de las Esclavas, cuando en el colegio solo había mujeres, y cuenta, que desde siempre se ha inculcado una forma muy especial de vivir la pastoral, como la Niña María en Infantil, las cartas a María y las imposiciones de las medallas.
"El colegio me enseñó a querer a la Virgen"
En palabras de Rocío, "todo se mantiene igual que antes, es como si no hubiera pasado el tiempo, son tradiciones muy bonitas que ahora revivo a través de mis hijos. A mi el colegio me ha enseñado a querer a la Virgen, es lo más significativo que me he podido llevar; y me emociona ver a mis hijos y la ilusión en ellos de participar en todo eso. Yo me fui del cole, pero el amor por la Virgen sigue conmigo, recuerdo hasta las canciones", cuenta Rocío emocionada.
En la familia reconocen que la semilla se puso cuando ella entró en el colegio, y apunta que para ella es un "pilar fundamental" donde se apoya siempre como una refencia clave en su vida: "La medalla siempre la tengo puesta, es protección, es mi madre".
"La Virgen mueve mucho"
Con la misma ilusión habla Manuel García-Pelayo sobre su cercanía con un colegio que siempre ocupará un lugar especial en su corazón.
Pelayo salió del centro en 2012, pero nunca se fue del todo, porque desde entonces forma parte de los Grupos Spínola, para realizar actividades sociales y labores de voluntariado, de forma que sigue involucrado en el espíritu más solidario del colegio.
Hoy, convertido en un abogado penalista, desarrolla su profesión recordando su paso por el colegio, y recuerda especialmente la salida procesional de la Inmaculada en el año 2007: "Ahora lo revivo todo de una forma muy especial, aquella vez me pilló adolescente, en 1º de ESO, y ahora lo revivo con el cariño que le tengo a todos. Acudiré a verla por las calles cercanas al colegio", apunta Pelayo.
"Tenemos ganas de reunirnos el sábado para comer todos juntos, y disfrutar de un día tan bonito, la Virgen mueve mueve mucho, y recomiendo a todos los niños que siguen en el cole que lo vivan todo intensamente, que luego se echa de menos", relata.
Por su parte, María del Carmen Martín, una de las docentes de los alumnos que cursan Secundaria y Bachillerato, imparte matemáticas y economía, y reconoce que vive este momento "con muchas ganas".
Es un día para "vestirse de bonito"
En el cole, todos la conocen como Uca y mantiene que este día viene a sumar porque "la devoción a la Virgen está todo el año. Desde los niños más pequeños hasta los mayores tenemos a la Virgen como referente, y como apoyo. Es un día de fiesta, al igual que el día de la Incumaculada; por eso tengo dicho a mis alumnos que hay que vestirse de bonito, porque los días importantes en casa uno se arregla para darle la importancia al momento", mantiene Uca.
Según cuenta, la Virgen salió hacia la Catedral en el año 2007, pero no la vio porque acababa de dar a luz, y echa en falta no tener una foto delante de la Virgen en su capilla con sus alumnos: "Este año me he quitado la espinita, y ya tengo una foto muy especial con la Virgen, tengo mucha ilusión; entre profesores lo vivimos también de una forma muy bonita, todos estamos trabajando mucho para que todo salga bien", apunta.
Uca lleva toda la vida entregada al colegio, entró con tres años, y desde entonces ha sido alumna, allí hizo la comunión, luego se casó también en la capilla ante la Inmaculada, es profesora de sus aulas, y madre de una alumna que también estudia en el colegio, toda una vida con las Esclavas y la Virgen Inmaculada.
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