El colapso de la atención primaria provoca la diáspora de los médicos de familia: En Sevilla hay 145 facultativos menos que en 2019
Los datos oficiales del Servicio Andaluz de Salud muestran una reducción en la plantilla de facultativos de los equipos básicos de Atención Primaria en la provincia
Sí hay ahora 241 médicos especialistas y 1.296 enfermeras más en los centros sanitarios
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Es una percepción generalizada. También una crítica. Pero, por encima de todo ello, es una realidad. Las cifras oficiales desvelan que ahora la plantilla de médicos de los centros de salud de la provincia de Sevilla es inferior a la que había antes de la pandemia en 2019.
De hecho, es el colectivo que más ha sufrido la disminución de efectivos en todo este tiempo. Es más, los datos recogidos en la página web del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en su apartado de "plantilla de centros sanitarios" constatan que el crecimiento a nivel de recursos humanos de la sanidad pública del que presumen los dirigentes políticos se concentran en enfermería, auxiliares, personal no sanitario y médicos, pero no de Atención Primaria.
La razón de esa menor plantilla ahora respecto a la de hace cuatro años no es tanto el recorte de personal por parte de la Administración, sino las vacantes por diversos motivos a las que los propios profesionales no optan por las condiciones laborales que rodean en estos momentos a la llamada puerta de entrada a la sanidad pública, convertidas en el foco de la crítica de sindicatos y organizaciones sanitarias, huyendo a otras comunidades, e incluso al extranjero, o simplemente a la privada o a la puerta de Urgencias del hospital.
Las cifras distrito a distrito
Pero, mejor mostrar esta conclusión en números. En concreto, las cifras oficiales muestran que el total de facultativos de medicina de familia y comunitaria en los equipos básicos de atención primaria, es decir, de médicos de cabecera y pediatras en los centros de salud, ha descendido en 145, desde los 1.779 médicos contabilizados en 2019 a los 1.634 del último trimestre de 2024, que es el dato más actualizado que aparece en la web del SAS.
Por zonas, el descenso más acusado de médicos de familia se da, lejos de lo que cabría imaginar, en el Distrito Sanitario Sevilla, es decir, en la capital, donde en 2019 se contabilizaban 602 facultativos de cabecera y ahora son 525. Son 77 menos. Le sigue el Distrito Aljarafe, que ha pasado en cuatro años de 338 médicos de familia a 304. Y, por detrás, el Área Sanitaria de Osuna, donde se encuentra la zona básica de Estepa, que es la más deficitaria de personal de Atención Primaria en estos momentos, con 21 médicos de familia menos que en 2019; y el Área de Gestión Sanitaria Sur, donde se ha pasado de 154 a 133. El Distrito Sanitario Norte, que abarca toda la Sierra Norte de la provincia, es el único que se mantiene, e incluso ha ganado personal, con dos médicos más ahora que en 2019, siendo en la actualidad 317 los galenos de familia en activo en la zona.
"Estamos ante una huida de los médicos de la Atención Primaria", afirma rotundo Rafael Gómez, presidente de la rama de Atención Primaria del Sindicato Médico de Sevilla. "No quieren trabajar porque no están incentivados, tienen una peor retribución que los médicos de hospital, tienen peores condiciones de trabajo... La situación es catastrófica", sentencia.
Presión asistencial
Y, mientras hay menos médicos, la presión asistencial a la que se enfrentan ha crecido progresivamente en estos años, fundamentalmente, por el mayor número de consultas que provocó el Covid, pero no exclusivamente. Y es que, la población a atender también ha aumentado en la provincia donde viven ahora 26.686 personas más que en 2019, pasando de una población total de 1.942.389 hace cuatro años a los 1.969.075 residentes actuales, según las cifras provisionales de población del INE a 1 de julio de 2024. La principal consecuencia es el mayor número de tarjetas sanitarias asignadas a cada profesional, muy lejos de los 1.500 a los que se comprometieron las comunidades en 2019 en el Consejo Interterritorial de Salud, y que, además, se ven incrementados casi a diario por la asunción de los pacientes de los compañeros ausentes por bajas, salientes de guardia, vacaciones o incapacidades.
"Todavía hay pueblos en los que los médicos tienen asignadas más de 2.000 tarjetas sanitarias y eso es una salvajada. Hasta 2.300 en algunos puntos como Espartinas, Bormujos u Olivar de Quintos en Montequinto, por poner algunos ejemplos, cuando lo normal es que no pasen de 1.500. Se comprometieron a un desdoble de cupos en febrero de hace dos años y eso ni se ha cumplido, ni tiene visos de cumplirse. Así, hay ofertas, como las que han salido en la última OPE, que los médicos no las cogen. No quieren ir a esas zonas llamadas de difícil cobertura en las que los incentivos actuales no son para nada atractivos, ni incluso pudiendo acceder a una plaza en propiedad", dice Rafael Gómez.
"Por poner un ejemplo, hace unos días se han ofertado en el Distrito Norte 74 plazas de médico para interinidades o bajas de larga duración y puedo decir que los que las han cogido son médicos que ya estaban trabajando y apenas han llegado a 25. Las 50 restantes o están vacantes u ocupadas por extracomunitarios", añade.
Con todo, según los datos oficiales facilitados a este periódico por el SAS, la atención en los centros de salud empieza a dejar atrás el pico de actos médicos que se alcanzó en lo peor de la pandemia en el año 2021. Así, a fecha del pasado septiembre, en los ambulatorios de la provincia se habían atendido 8.446.000 consultas, teniendo a ello que sumar el periodo de alta frecuentación que arrancará en las próximas semanas con la llegada del frío y que, presumiblemente, engordará notablemente esa cifra.
El dato, no obstante, estará en la línea de los que se registraban antes de la crisis del Covid cuando en 2019, por ejemplo, o, incluso 2020, se atendieron en los centros de salud 10.771.387 y 10.486.316 pacientes, respetivamente. El mayor volumen de actos médicos en Primaria se cuantificaron por su parte en 2021 y 2022 con 11.263.149 y 11.208.419.
"Estamos muy lejos del pacto de los 35 pacientes diarios por médico. Es verdad que ya no llegamos a agendas de cien pacientes, aunque sí se pueden alcanzar en los servicios de urgencias, pero en la realidad cotidiana, los 60 pacientes prácticamente es una norma", indica Gómez, que, a su vez, critica otro escollo más al que hacen frente los médicos de Primaria en contraposición a sus compañeros de hospital. "Tenemos derecho, y viene en el estatuto marco, a tener tiempo para investigar y para formarnos. La del médico no es una profesión que ha terminado, siempre hay adelantos y nuevas técnicas y procedimientos que requieren de una formación continuada a la que no podemos dedicar tiempo", lamenta.
Más enfermeras y médicos especialistas
Por su parte, el número de médicos de familia decae, pero el de facultativos especialistas en el hospital y el del personal de enfermería, sí ha experimentado en la sanidad pública sevillana un crecimiento más o menos destacable, según el colectivo, con respecto a los datos de antes de la pandemia. Así, en los primeros, sin tener en cuenta los médicos en formación, se ha pasado de los 2.142 puestos a 2.383. Destaca el crecimiento en el Área de Gestión Sanitaria Sur, es decir, en el Hospital de Valme, con 80 especialistas más desde 2019 a la actualidad. También la plantilla de médicos ha crecido en 70 efectivos en el Hospital de Osuna, 64 en el Macarena y 26 en el Virgen del Rocío.
Las enfermeras por su parte, sumando en este caso a todo el personal de Enfermería, incluido el de Atención Primaria de los centros de salud y hospitalaria, cuentan en la actualidad con 1.296 efectivos más que en 2019, pasando de 5.245 a las 6.541 actuales, en una clara apuesta del Ejecutivo andaluz por potenciar la figura de este colectivo en la asistencia sanitaria como la llave para descongestionar la Atención Primaria con la puesta en marcha de la llamada consulta de acogida, en una especie de triaje similar al que se hace en las urgencias hospitalarias, a las que se derivan todos los pacientes que acuden diariamente al centro de salud, pero que carecen de cita previa con su médico de cabecera.
"Es verdad que han contratado a 6.000 sanitarios como tanto se dedican a difundir, pero lo que no dicen es que de esos 6.000, muy pocos, o ninguno, al menos en la provincia de Sevilla, son médicos de familia, que hubieran servido para desdoblar cupos y rebajar así el número de cartillas por profesional. Se han contratado muchas enfermeras para una consulta de acogida que resuelve un 2,5% de la demanda. Es un fracaso pretender que los enfermeros sustituyan a los médicos", critica Rafael Gómez. "La cuestión es que faltan médicos, faltan desdoblamientos de cupos en zonas masificadas y, además, falta educar a la población y darle consejos sanitarios y saber filtrar la demanda para no saturar las consultas con patologías banales", sentencia.
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