De la cola del Inem a la del teatro
calle rioja
Reestreno. Tres actores en paro acuden a un director desempleado y muy activo, que los ha dirigido en una obra que Antonio Onetti estrenó hace veinte años y reestrenan mañana

Teatro de invierno en una calle con nombre de cine de verano. En la calle Arrayán, donde tiene su sede la Agrupación Álvarez Quintero, una nueva compañía, 2PKDOS, formada por actores en paro ultima los ensayos para estrenar mañana en el Teatro Cajasol (21:00) La rumba del maletín, obra que Antonio Onetti estrenó hace veinte años. Los parados en movimiento, guiño a Paco Gandía, buscaron un director, Manolo Gómez Kaki, histórico del teatro sevillano que en junio se jubiló de su otra faceta, la fontanería. "Me contrató la primera empresa española, el Inem".
La obra es un triángulo poco amoroso. En la vida real, a los intérpretes que encarnan al matrimonio, Pepe Rodríguez Quintos (Constantina, 1954) y Esther Argüelles (Trigueros, 1978) no les diferencia sólo la distancia generacional. Esther (Araceli y la loba en la obra) estudió hasta quinto de Ballet Clásico. Pepe (Jorge Malabares y el butanero) es cinturón negro de taekwondo. El triángulo lo completa Pepe Poley.
Van a estrenar en el antiguo teatro Álvarez Quintero, un aliciente añadido para quien dirige una compañía con el nombre de los dramaturgos utreranos, de los que hace dos obras anuales, amén de sainetes y entremeses. "Ahora mismo soy el director que más estrena en Andalucía". En noviembre, la Agrupación puso en escena Maribel y la extraña familia, de Mihura. Ahora la rumba de Onetti, que girará por diversos teatros andaluces y de Madrid, y en abril El Nido, de los Quintero.
Pepe Rodríguez Quintos es un caso de vocación tardía que le convirtió en uno de los actores más populares del cine español. Es Fermín, el empresario arruinado que llega a una entidad bancaria y amenaza con hacerla saltar por los aires en El mundo es nuestro. Los directores le ofrecieron el papel de director del banco, un oficio que ejerció en la realidad después de empezar con 14 años de botones de Emilio Botín en el Banco de Santander. Antes de revelarse como actor ejerció distintos oficios: regentó un polideportivo, un gimnasio que convirtió en ágora cofrade con incienso y saeteros en el que se musculaban Zamorano, Prieto y Dassaev y montó una empresa de intermediación financiera.
Esther Argüelles es un ejemplo de vocación temprana. "Con nueve años, tras la separación de mis padres, llegué a Lebrija". Allí descubre el Teatro Lebrijano, con Juan Bernabé y Benito Zambrano muy joven". Con 15 años se fue a Madrid: por la mañana estudiaba BUP y por la tarde en la Escuela de Teatro. Compañera de curso de Antonio de la Torre, Willy y Goya Toledo, Goya de actriz revelación por Más allá del jardín, primer trabajo de su marido en La rumba del maletín. "Tengo una secuencia con Concha Velasco", dice Rodríguez Quintos, "y si por algo me fastidia que no se acordaran de El mundo es nuestro en los Goya es porque no podré decirle a Concha que seguí su consejo de meterme en el cine".
Pepe y Esther hicieron la aventura madrileña. Ella volvió con un paréntesis en Tenerife, en Iguiste de Candelaria, donde nació su hijo Yeico, 10 años. El hijo de Pepe y su nuera son directores de banco, tradición familiar. Esther trabajó en Educación Social, la crisis la apeó de sus proyectos con colectivos desfavorecidos. Pepe hizo seis películas en 2011 y ninguna en 2012, año en el que sólo tuvo un spot de KIA para la Eurocopa y una figuración como Gandall, el de El señor de los anillos, en Punta Umbría para una empresa francesa de maquinaria. El elenco lo completan Antonio González, técnico de sonido, y Mayte Gallego, relaciones públicas. El Fermín de la película ensaya en Arrayán y trabajó en Arrayán. Los dirige el actor-fontanero. "La crisis", dice Kaki, "hace que un profesional cuando no tiene trabajo, se lo inventa".
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