Una clínica dental se hace con el único local libre de la Campana

La firma Dentiestetic arrienda por doce años el bajo comercial donde ha funcionado un 'Pans & Company' durante diecisiete años.

El local de la Campana donde finalmente abrirá una clínica dental.
El local de la Campana donde finalmente abrirá una clínica dental.
Carlos Navarro Antolín

15 de mayo 2013 - 05:03

De negocio de bocadillos a clínica dental. La firma Dentiestetic, de Madrid, se ha hecho finalmente con uno de los locales más cotizados del centro de la ciudad. En plena plaza de la Campana y con tres plantas: una planta baja de 90 metros cuadrados, una entreplanta de 26 metros y una primera planta de 104 metros cuadrados. Fuentes autorizadas confirmaron este martes la operación, al mismo tiempo que admitieron que la cadena Restalia, tal como avanzó Diario de Sevilla, estuvo a punto de hacerse con el contrato de arrendamiento. De hecho, llegó a colocar carteles anunciando la apertura de uno de los negocios de su cadena de restauración low cost, a pesar de que la operación no se llegó a cerrar en ningún momento. El local será reformado para acoger las instalaciones propias de una clínica dental, lo que se prevé que tarde no más de dos meses.

Dentiestetic explotará el local durante doce años, por el que pagará una renta superior a los 10.000 euros. La firma Pans & Company, especializada en una oferta de comida rápida basada en los bocadillos, echó el cierre a su establecimiento de la plaza de la Campana a pocos días del comienzo de la pasada Semana Santa tras 17 años de actividad en este lugar privilegiado del centro comercial. Pese a que parecía que el cierre se iba a producir en junio, determinadas circunstancias de la compañía catalana aceleraron el cese del negocio. Anteriormente al Pans & Company han operado en este sitio firmas franquiciadas como La Ibense (especializada en helados y dulces), el Burguer Alameda (uno de los primeros establecimientos locales de comida rápida) y hasta una boutique. En este edificio estuvo también La Coruñesa, donde se vendía pescado fresco por la mañana y frito por la noche, y el aún recordado bar El Tropical, que formaba parte del conjunto de establecimientos que abrían hasta entrada la madrugada con la cocina funcionando, como era el caso del bar Flor, en el entorno también de la misma plaza de la Campana, o el Málaga, que llegó a abrir hasta finales de los años 90.

La tendencia habitual de los últimos años por la que los nuevos negocios son mayoritariamente de la hostelería, se rompe en esta ocasión en favor de una actividad sanitaria en pleno corazón comercial de la ciudad.

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