El clima en Sevilla en 2100: 65 noches tropicales y 42 días a más de 40 grados
Meteorología
La temperatura media subirá más de cinco grados en algunos puntos de la provincia, según el Mapa del Clima de la Junta
Las precipitaciones serán escasas y reducirán su aportación en 100 litros de agua por metro cuadrado
Sevilla se queda a medias en las medidas para mitigar el cambio climático
El cambio climático condiciona desde hace años las políticas que se llevan a cabo en los más diversos ámbitos. Desde la esfera mundial -ahí está la Cumbre del Clima celebrada en Dubái- a la municipal, donde los ayuntamientos intentan (algunos de forma más acertada que otros) adaptarse a las indicaciones de los expertos para frenar los efectos perniciosos de esta tendencia, que supone un calentamiento global. Fruto de esta preocupación, la Junta de Andalucía ha puesto en marcha recientemente un geoportal llamado Mapa del Clima, en el que se publican las proyecciones meteorológicas en la comunidad autónoma para lo que queda del siglo XXI.
Este informe aborda varios ámbitos: la temperatura media, las precipitaciones, días de calor (con más de 40 grados), las noches tropicales y las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, se parte de unos datos históricos (hasta 2014) y se toman varias referencias por tramo de años para la presente centuria. Hay información relativa a 278 localidades andaluzas.
En este debate sobre el cambio climático sigue existiendo una legión de negacionistas que ponen en duda sus efectos. Muchos de ellos aseguran que lo que ocurre ahora ya sucedió en épocas anteriores. Lo cierto es que los últimos años se han sufrido veranos cada vez más largos, con sucesivas olas de calor a más de 40 grados, falta de precipitaciones y máximas por encima de lo habitual en ciertos periodos, como el actual. No en vano, en esta semana se han rozado los 25 grados en algunas provincias españolas, algo inusual.
El Mapa del Clima elaborado por la Junta de Andalucía vaticina que estos episodios serán más frecuentes en años venideros. Este geoportal detalla a nivel municipal, mediante mapas y pantallas de datos que se visualizan en el visor, cifras históricas y proyecciones de variables climáticas procedentes del Visor de Escenarios Locales de Cambio Climático de Andalucía, correspondientes al sexto Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
En el caso de Sevilla, donde se han sufrido dos veranos con hasta cinco olas de calor, todo indica que este panorama se agravará en las siguientes décadas, con un mayor número de días a más de 40 grados, muchas noches tropicales (en las que las mínimas no bajan de los 22 grados) y poca lluvia. Para ello, conviene analizar esta proyección según sus variables.
Temperatura media
El calentamiento global tiene una incidencia directa en la temperatura media anual, que se incrementará en el presente siglo. A finales de la pasada centuria, en 1990, este registro era en la capital andaluza de 18,4 grados. En 2014 -último dato de la serie histórica- subió a 18,6. Pues bien, en 2050 llegará a los 20 y en 2100 a los 23. Es decir, en un siglo se incrementará en casi cinco grados.
La ciudad hispalense se sitúa, en esta variable, por encima de la temperatura media de otros puntos de la provincia. De hecho, supera a Écija, la conocida como sartén de Andalucía, donde dicho registro se quedará en 22,7 grados. La mayoría no llega a los 23, como si se prevé que ocurra en la capital.
De los municipios analizados por este periódico, la temperatura media más fresca se logrará en Constantina, en la Sierra Morena de Sevilla (antigua Sierra Norte), donde los termómetros se quedarán en 20,9 grados. No obstante, esta marca también supone un considerable aumento, pues en 1990 no superaba los 15,5, por lo que en un siglo el cambio climático hará subir el mercurio más de cinco grados, una escalada mayor que la de la capital.
Precipitaciones
Es otro de los efectos a tener en cuenta, especialmente en la provincia sevillana, que sufre desde hace un severo periodo de sequía. Las últimas lluvias caídas en el otoño no paliarán lo suficiente la situación de los embalses. El fantasma de las restricciones amenaza ya a la propia capital si el invierno no viene acompañado de precipitaciones abundantes. Algunas de las borrascas del último trimestre se han presentado en forma de grandes temporales, que han causado importantes destrozos en el arbolado y el mobiliario de las ciudades, situación que los expertos también relacionan con el cambio climático.
En 1990, en Sevilla capital, se recogían de media 498,4 milímetros de lluvia (un milímetro equivale a un litro de agua por metro cuadrado) al año. Ha de observarse que dicho año fue anterior a la importante sequía que sufrió la provincia a mediados de esa década, que acabó con restricciones en la ciudad. La situación mejoró a partir de 1996. En el final de la serie histórica, en 2014, esta cifra se quedó ya en 466,4 mm al año. A mitad del presente siglo bajará a los 433,4 y en 2100 se quedará en los 403,8, prácticamente 100 milímetros de lluvia menos en un siglo (cien litros menos de agua por metro cuadrado), con todo lo que eso entraña para el consumo humano y la agricultura.
En la provincia la situación no pinta mejor. Sirva el ejemplo de Constantina, una de las localidades donde tradicionalmente más ha llovido de Andalucía. En 1990 se recogían en este municipio de la Sierra Morena 695,9 milímetros de lluvia anuales. Dentro de 27 años serán 607,9 y en 2100, unos 567,7. Una drástica reducción para una comarca donde el sector ganadero y agrícola basa buena parte de su supervivencia en las precipitaciones.
Por encima de la marca de la capital en cuanto a precipitaciones (de los municipios analizados) se encuentra, junto a Constantina, Morón de la Frontera, en la Sierra Sur, la otra punta de la provincia. Aquí en 2100 se llegarán a los 424,5 milímetros de lluvia al año. Sin olvidar que en 1990 se recogieron 528,6. En las otras localidades no se alcanzarán ni los 400: Alcalá de Guadaíra (399,3 mm/año), Dos Hermanas (375,3), Utrera (375,2) y Écija (355,6).
Cifras que han de llevar a las autoridades políticas a promover importantes planes para garantizar el abastecimiento de agua en las próximas décadas y a concienciar a la ciudadanía sobre el uso responsable de este bien que cada vez será más escaso.
Días de calor
Los últimos veranos han sido muy calurosos en la provincia. Esta tendencia será lo habitual las próximas décadas, en las que los días a más de 40 grados se anticiparán en el calendario y también demorarán su marcha. Sirva de ejemplo lo ocurrido este 2023, con alerta amarilla por altas temperaturas en la Feria de Abril y con el termómetro disparado el último fin de semana de septiembre. El frío, de hecho, no se percibe hasta mediados de noviembre, con el efecto que este retraso tiene en la industria textil y los comercios de ropa.
Aunque los 40 grados nunca ha sido una temperatura extraña en la ciudad hispalense, la acumulación de periodos con este registro ha empezado ya a incrementarse y no parece que vaya a revertirse los próximos años. En 1990, la media era de tres días al año a más de 40 (por entonces no era frecuente hablar de alertas amarillas, naranjas y rojas cuando se presentaba el verano). En 2014 ya llegaban a seis y a mediados de este siglo ascenderán a 15. Y atención, porque en 2100 la capital andaluza sufrirá 42 días superando esta temperatura, es decir, casi mes y medio (en cómputo global) en el que salir a la calle en las horas centrales del día se hará bastante difícil, además de suponer un gran riesgo para la salud.
Estos días de calor intenso constituyen el ejemplo más certero del cambio climático, lo que debe llevar también a los responsables políticos municipales a plantear un urbanismo que combata este calentamiento, lejos del modelo de plazas duras que han proliferado hasta ahora, carentes de sombra y vegetación. También aquí desempeña un papel fundamental el tráfico rodado, que en la mayoría de las ciudades tiende a disminuirse y ser sustituido por medios de transporte más sostenibles. En este punto, los representantes mundiales de la Cumbre del Clima en Dubái han acordado iniciar un periodo de transición para dejar atrás los combustibles fósiles.
En la provincia, sólo supera a la capital -en cuanto a días de calor a más de 40 grados en 2100- Écija, que en este caso sí ejerce su papel como sartén de Andalucía. Se prevé que 56 jornadas superen esta marca. Casi dos meses soporíferos y en alerta. En el resto, el número de días con esta situación oscilará entre los 30 y 40.
Noches tropicales
Fue a comienzos del siglo XXI cuando esta denominación comenzó a escucharse con mayor frecuencia. Se trata de las noches en las que las mínimas no bajan de los 22 grados, lo que hace difícil conciliar el sueño, a no ser que se haga uso de la refrigeración mecánica o eléctrica. Su nombre se debe a que en los trópicos sí es habitual esta temperatura nocturna, que se ha extendido a otras zonas del planeta, como Sevilla.
Si hay un incremento considerable en este análisis, uno de los más destacados, sin duda, lo protagoniza esta variable. Lo constata la referencia histórica y su proyección. En la capital, hasta 1990, sólo se registraban de media cinco noches al año con mínimas de 22 grados o por encima de esta marca. Es decir, podría hacer bastante calor durante el día, pero al irse el sol el termómetro se moderaba y facilitaba la conciliación del sueño. En 2014 esta variable seguía mostrando un valor "normal", con unas ocho noches. Pero ya en 2050 la cifra se dipara a 23, situación que no debe resultar extraño tras lo vivido los últimos veranos, en los que las mínimas no han descendido de los 20 grados muchas jornadas. En 2100 serán 65 noches tropicales (más de dos meses) las que sufran los habitantes de la capital andaluza.
Esta cifra no varía mucho de la que se alcanzarán en otras ciudades de la provincia, como Alcalá de Guadaíra (62 noches tropicales), Dos Hermanas (53), Utrera (54), Morón (69) y Écija, que bate récord con 71. La prospección "más fresca" la conseguirá Constantina, con 37, aunque esta marca entraña un considerable aumento, pues hasta 1990 sólo tenía una media de una noche tropical al año.
Para hacer más soportable este calor nocturno, los especialistas en arquitectura sostenible llevan años aconsejando una buena distribución de las dependencias del hogar a la hora de construir las viviendas, de manera que las habitaciones se encuentren en zonas no expuestas al sol durante el día. Asimismo, recomiendan el uso de jardines verticales (también son válidos los balcones con mucha vegetación de antaño) y una buena ventilación para rebajar las temperaturas.
Medidas a tomar
La mayoría de las ciudades han optado ya por tomar medidas para combatir los efectos del cambio climático. Aunque no en todas se llevan a cabo de igual modo ni de la manera más eficiente. En el caso de Sevilla capital, se cumplen cuatro de las diez recomendaciones establecidas por el Foro Internacional de Transportes (ITF) de la OCDE, que persigue una descarbonización de las urbes.
La ciudad sale bien parada en cuanto a líneas rápidas de autobús, lanzaderas y aparcamientos disuasorios en el Metro. Pero debe mejorar mucho aún en otras medidas de movilidad, como la apuesta por transportes sostenibles (bicicleta y monopatín) y el ferrocaril urbano, donde sigue siendo insuficientes la única línea de Metro existente hasta ahora y el tranvía, que no llega a los núcleos más poblados de la capital.
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