Espadas y otras claves de la conveniencia de aprobar los presupuestos municipales
El relevo en la Alcaldía
Sonia Gaya será alcaldesa en funciones y debe renunciar para facilitar el relevo
Juan Espadas esgrime un argumento para no abandonar todavía la Alcaldía de Sevilla que es de peso: la necesidad de cerrar la negociación que garantiza la aprobación de los presupuestos municipales para 2022. ¿Por qué es esto tan importante? Es fundamental para asegurar el funcionamiento del Ayuntamiento y de la ciudad y es su compromiso institucional y personal, pues su intención es dejar también un margen a su sucesor para que pueda concluir el mandato cerrando asuntos en marcha. Pero hay un detalle más que, sin ser decisivo, marcaría también el traspaso de poderes.
No hay precedente en el Ayuntamiento de Sevilla, pues todos los alcaldes democráticos han culminado sus mandatos, pero el relevo es un proceso que requiere de una nueva investidura. Por tanto, tras la renuncia del alcalde, son candidatos por ley todos los cabezas de lista, salvo que expresamente renuncien. Así se explica en la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General. En su artículo 198 se recoge que, salvo en caso de moción de censura, cuando se produce la vacante en la Alcaldía se resuelve conforme a lo previsto en el artículo 196. Esto es, pueden ser candidatos todos los concejales que encabecen sus correspondientes listas, considerándose a estos efectos que encabeza la lista en que figuraba el alcalde el siguiente de la misma, a no ser que renuncie a la candidatura. Y en el caso del PSOE es Sonia Gaya quien se convertiría en candidata y tendría que presentar su renuncia si no es la persona elegida por Espadas, como parece ser.
Se supone que esto es un trámite, necesario. El relevo estaría además garantizado al tener el PSOE mayoría. Pero se trata de una mayoría es simple. ¿Hay algún riesgo de que el PSOE sea desbancado de la Alcaldía? Los socialistas centan con 13 votos. Y exceptuando a Adelante Sevilla, los otros tres partidos que se alinean en el ala de la derecha suman 14 votos. Nada hace presagiar que pudiera haber un pacto para trastocar el poder y, además, sería imposible. ¿Por qué? Según la ley, si algún candidato obtiene mayoría absoluta, que en el caso de Sevilla se fija en 16 votos, queda proclamado alcalde. Si esta mayoría no se da, se proclama automáticamente al candidato de la lista más votada, que sería la del PSOE. La única forma de que este partido perdiera la Alcaldía sería que todos los demás grupos votaran al mismo candidato o, al menos, que dos de los ediles de Adelante Sevilla se unieran a ese acuerdo para llegar a los 16 votos, y no parece sensato pensar que la izquierda permitiera ese cambio.
De cualquier manera, al margen de los cálculos, evitar estas tensiones añadidas sería conveniente. Y cerrar un acuerdo en torno a los presupuestos favorece el clima de consenso y evita plantear otros escenarios.
Antes de llegar a esa votación el PSOE tendrá también que solventar otra cuestión, la gestión del candidato. Cuando Espadas renuncie la Alcaldía en funciones recaerá en la primera teniente de alcalde, que es Sonia Gaya. Si renuncia, como se espera, la edil bajará al final de la lista del grupo socialista perdiendo prácticamente toda las opciones de agarrar el bastón de mando en el hipotético caso de que hubiese un nuevo relevo. Para que Antonio Muñoz se convierta en el candidato del PSOE en la investidura sólo es necesario la renuncia de Gaya, pues éste la sucede como número 3 en la lista. Pero si fuese otro edil, Juan Carlos Cabrera como se ha especulado desde algunos sectores, tendrían que renunciar exactamente cinco concejales después del alcalde.
Son meramente cuestiones de trámite pero que recuerdan que el relevo lleva sus pasos y que la investidura del nuevo alcalde requiere sus días, pues deberá haber previamente un pleno para tomar constancia de la vacante.
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