Así será el nuevo curso escolar en Sevilla: las claves de la Lomloe
Educación
Los cursos impares estrenan la octava ley educativa de la democracia y su desarrollo será pleno en septiembre de 2023
Habrá más horas de Lengua, Matemáticas e Inglés
Las claves del nuevo curso escolar en Sevilla
El nuevo curso escolar que ha arrancado esta semana en Sevilla tiene una clara protagonista: la Lomloe. Se trata de la octava ley de enseñanza de la democracia española que entró en vigor a finales de 2021. Es fruto de la actual Ejecutivo de Pedro Sánchez y sus socios de Gobierno, sucede a la Lomce (aprobada en la legislatura de Rajoy) y tiene como principales objetivos reducir el fracaso escolar que sufre el país, disminuir la tasa de repetición y establecer una nueva forma de aprendizaje, basada en la adquisición de competencias por parte del alumno.
Su implantación comenzará este ejercicio académico en los cursos impares. Esto es, primero, tercero y quinto de Primaria; primero y tercero de la ESO; y primero de Bachillerato. De esta forma, los estudiantes que el curso pasado iniciaron un ciclo (se divide en dos cursos) pueden terminarlo con las directrices de la antigua ley, la Lomce.
No obstante, en Sevilla y, por tanto, en Andalucía, este desarrollo será muy leve, pues la Junta de Andalucía no tendrá listos hasta el curso 2023/24 los decretos autonómicos para implantar esta ley. De hecho, los centros la aplicarán en el actual ejercicio académico a través de unas instrucciones. Se trata, por tanto, de un curso de transición que ha llevado a la Consejería de Desarrollo Educativo y FP a no renovar los libros de texto dentro del programa de gratuidad andaluz. Sólo se ha hecho en primero y segundo de Primaria, como todos los años.
El Ejecutivo andaluz ha argumentado para no tener preparada la normativa autonómica con la que se desarrolla por completo la Lomloe la tardanza del Ministerio de Educación en ultimar la reforma educativa, que no estuvo pefilada hasta abril. No ha ocurrido igual en otras 13 comunidades españolas que ya cuentan con sus decretos. Debe recordarse que el Gobierno de Juanma Moreno siempre ha mostrado su rechazo a esta ley que, en su opinión, ataca "la cultura del esfuerzo". Detrás de esta dilación podría estar un intento por ganar tiempo, ya que en otoño de 2023, a lo más tardar, habrá elecciones generales que pueden cambiar de signo político el Gobierno del país y poner fin a esta reforma que, como todas las anteriores, ha salido adelante sin el consenso necesario.
Aprendizaje y asignaturas
La Lomloe supone un cambio drástico en el modelo de aprendizaje que hasta ahora ha imperado en la mayoría de colegios e institutos de Sevilla. La enseñanza dejará de ser memorística. No se trata de que el estudiante retenga una ingente cantidad de contenidos "enciclopédicos", sino que los conocimientos adquiridos en el aula los sepa aplicar a realidades concretas.
El menor saldrá de la educación con una serie de habilidades que le permita un desarrollo, lo más autónomo posible, en su futuro académico y laboral. El aprendizaje por competencias no es nuevo. Se viene hablando de él desde finales de los 80, cuando entró en vigor la rupturista Logse, y pese a que todas las reformas posteriores lo han incluido entre sus principios, no ha sido hasta ahora cuando se ha apostado explícitamente por su aplicación. Puede considerarse como una de las grandes revoluciones del sistema educativo español de las últimas décadas.
Toda nueva ley de enseñanza entraña cambios en las asignaturas. Una de las novedades la protagoniza Educación en Valores Cívicos, que resucita la polémica Educación para la Ciudadanía que introdujo el Gobierno de Zapatero en la primera década de este siglo. Tendrá que estudiarse de forma obligatoria en el último ciclo de Primaria y también en algún curso de la ESO, un encaje que queda al arbitrio de cada comunidad.
Filosofía, en Bachillerato
Uno de los temas más polémicos ha sido la eliminación de Filosofía como materia obligatoria en el currículo de la ESO. Sí será obligatoria en los dos cursos de Bachillerato, con independencia de la modalidad que se elija, algo que no ocurría con la ley educativa del PP, que sólo mantenía esa condición en primero. Esta asignatura ha sufrido numerosos cambios con las distintas reformas, que han ido arrinconándola en la organización horaria de los institutos. La Junta, dentro del margen competencial que tienen las comunidades para elaborar el currículo educativo (del 40% en las que no poseen lengua cooficial), hace una apuesta por las Humanidades y la digitalización.
Dentro de este margen, Javier Imbroda, consejero de Educación en la anterior legislatura andaluza, ya adelantó que la intención de esta comunidad, cuando la Lomloe se desarrolle por completo, es aumentar las horas de las asignaturas troncales: Lengua, Matemáticas e Inglés. Así, a lo largo de la Primaria, Lengua Española pasa de tener 945 horas durante todo el curso a 980, mientras que el Idioma Extranjero (por regla general, el Inglés) en esta etapa se mantiene con la misma carga (525) y Matemáticas pasa de 892,5 horas a 980. En la ESO la Lengua Castellana ganará 35 horas a lo largo de toda la etapa, el mismo incremento que el Inglés (una hora más a la semana) y Matemáticas continúa con 560 horas. Por tanto, en toda la enseñanza obligatoria, la impartición de Lengua Castellana e Inglés se incrementará en 105 horas, mientras que Matemáticas lo hará en 90, de manera que tendrá una carga horaria que no poseía desde 1990.
El Bachillerato General
Otra de las novedades importantes concierne al Bachillerato, que cuenta con una nueva modalidad, la General, pensada para aquellos alumnos que con 16 años aún no tienen claro qué carrera estudiar ni se han decidido por una rama del saber: ciencias o letras. No obstante, varios directores de institutos sevillanos han puntualizado que esta modalidad también servirá para los estudiantes que no han alcanzado la nota necesaria para entrar en un grado medio de FP o que se matriculan en Bachillerato para luego cursar un grado superior de la Formación Profesional.
En la provincia de Sevilla se han seleccionado 20 institutos para implantar esta modalidad. Se tuvo como criterio que todos los centros tuvieran cuatro líneas de Bachillerato. Para que se ponga en marcha ha de matricularse un mínimo de 10 alumnos. Los IES son Miguel Servet (Sevilla Este), San Isidoro (Casco Antiguo), Murillo (Nervión), Martínez Montañés (Ciudad Jardín), Politécnico (Los Remedios), Margarita Salas (Sevilla Este), Chaves Nogales (Sevilla Este) y V Centenario (Sevilla Este). Todos ellos en la capital. A este listado se añaden otros 12 en la provincia: Cristóbal de Monroy (Alcalá de Guadaíra), Maese Rodrigo (Carmona), Alixar (Castilleja de la Cuesta), Virgen de Valme (Dos Hermanas), Vistazul (Dos Hermanas), Blas Infante (El Viso del Alcor), Al-Mudeyne (Los Palacios), Juan de Mairena (Mairena del Aljarafe), Heliche (Olivares), Carmen Laffón (San José de la Rinconada), Lucus Solis (Sanlúcar la Mayor) y Ruiz de Gijón (Utrera).
También el Bachillerato Artístico (el de menor oferta) se divide en dos especialidades: una dirigida a la danza y arte dramático; y otro al dibujo y el diseño gráfico.
Titulación con suspensos
Uno de los asuntos más polémicos de la Lomloe es el de las condiciones de titulación y para pasar de curso, que no estará basada en un número de asignaturas supensas, sino en el dictamen del grupo de profesores que ha evaluado al alumno. Lo que se desea es rebajar la tasa de repitición en España, una de las más altas de la OCDE. Por tal motivo, ya el pasado curso hubo estudiantes que acudieron a la Selectividad, pese a no haber superado todas las asignaturas de segundo de Bachillerato.
Precisamente la Selectividad protagonizará uno de los cambios más importantes que incluye la ley. El Gobierno ha establecido un modelo transitorio para el final del curso 2023/24, que irá encaminado a una prueba de "madurez general", acorde con la enseñanza por competencias que determinará todo el sistema educativo obligatorio. El rector de la Universidad de Sevilla (US), Miguel Ángel Castro, ya ha solicitado que se cree a nivel estatal una comisión de académicos universitarios y de la ESO para configurar los nuevos exámenes.
El aprendizaje de los menores será diagnosticado periódicamente. Para ello, en cuarto de Primaria y en segundo de la ESO los alumnos se sometarán a unas pruebas diseñadas por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa con la colaboración de las autonomías. A ellas se sumará una evaluación del sistema de enseñanza a través de pruebas para las que se seleccionará a estudiantes de sexto de Primaria y cuarto de Secundaria.
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