Dos clanes de carteristas rumanas y bosnias operan a diario en el centro de Sevilla
Cada día se denuncia una media de 20 hurtos en el casco histórico, la mayoría de ellos a extranjeros
Las mujeres se visten como turistas y se infiltran entre los grupos que visitan la zona monumental
En el último mes y medio hubo cuatro operaciones policiales contra este tipo de delincuentes
Así roban las carteristas en la plaza de España
Dos clanes de carteristas rumanas y bosnias están operando actualmente en el centro de Sevilla todos los días. Entre ambos grupos hay más de 20 mujeres repartidas estratégicamente por la zona monumental de Sevilla, infiltradas entre los grupos de turistas a la caza de algún bolso, cartera, cámara de fotos o teléfono móvil que sustraer. Las principales víctimas son los visitantes de origen asiático, si bien cualquier persona, incluso los sevillanos, pueden sufrir los robos de estas especialistas. La Plaza de España, el barrio de Santa Cruz y los jardines de Murillo o el Paseo de Colón, donde suelen parar los autobuses turísticos que dejan cada mañana a decenas de viajeros, son las principales zonas de influencia de estas delincuentes.
Los grupos de carteristas funcionan como verdaderas organizaciones criminales. Las ladronas se conocen perfectamente los horarios de los turistas y los lugares en los que los dejan los autobuses. Buscan sobre todo a los de origen asiático porque son los que suelen llevar más dinero en efectivo. Sin embargo, como este año no ha habido muchos grupos de turistas procedentes del Extremo Oriente, las delincuentes no dudan en abordar a cualquiera que lleve un bolso o mochila en el que meter la mano, sea de la nacionalidad que sea. Recientemente hubo un caso de una joven sevillana a la que intentaron robar haciéndose pasar por turistas en la calle Pureza, en Triana.
El grupo de rumanas está formado por unas 15 mujeres, que se reparten en distintas zonas en grupos de tres o cuatro. Van vestidas como turistas, por lo que no es fácil identificarlas para las posibles víctimas. Llevan gafas de sol, sombreros y en sus manos suelen portar pañuelos o prendas similares que les permitan cubrirse las manos cuando las introducen en los bolsos, mochilas o bolsillos de sus víctimas.
Las bosnias son menos en número pero hay al menos ocho y suelen operar entre la plaza del Pan y las calles Francos y Alemanes. Estas vías forman parte del itinerario habitual de los grupos que visitan primero las Setas de la Encarnación y se dirigen después hacia la zona de la Catedral y el Alcázar. Las carteristas bosnias suelen estar al acecho y se infiltran en los grupos en este lugar de paso.
Todas las ladronas son mujeres. En estos dos clanes hay algún hombre, pero sólo trabajan para proporcionarles apoyo o seguridad a las mujeres, que son las que cometen los robos. En un reciente vídeo que se ha hecho viral, y que se puede ver en esta información, un hombre y una mujer van cerrando un grupo de turistas asiáticos por una callejuela estrecha del barrio de Santa Cruz. Una persona graba desde la última posición de la fila. El hombre lleva la mano posada en el hombro de la mujer mientras caminan. Ella cubre sus manos con una especie de pañuelo o pashmina para que desde lejos no se vea que está intentando robar a la turista que camina delante suya, metiéndole la mano en el bolso.
Finalmente, la víctima se percata y la carterista se da cuenta de que alguien la está grabando. Intenta disimular y saluda a la persona que porta el móvil. Incluso le pregunta si graba y sonríe. Se mueve con una impunidad y descaro que tienen desesperados a los guías turísticos, que no saben ya qué hacer para denunciar la presencia de carteristas en el centro de Sevilla.
Fuentes del sector lamentan la escasez de personal especializado con el que cuentan tanto la Policía Nacional como la Policía Local. El primer cuerpo tiene un grupo de hurtos, pero actualmente ha quedado muy reducido después de que varios agentes hayan salido del mismo. El segundo cuenta con la Policía Turística, antiguo Grupo Giralda, que cuenta con una pareja por turno, aunque también se dedica a otras cuestiones como la vigilancia de los apartamientos turísticos y hoteles, entre otros asuntos.
A pesar de ello, en el último mes y medio, la Policía ha desarrollado al menos cuatro operaciones exitosas contra los carteristas en el centro de Sevilla. La primera de ellas se produjo el pasado 8 de agosto, cuando la Policía Local abrió diligencias contra dos personas de 24 y 36 años, que fueron imputadas como presuntas autoras de hurtos en establecimientos del centro. La visualización de las cámaras de seguridad por parte de los agentes permitió la identificación de una de ellas cuando sustraía artículos en un establecimiento de la calle Francos. La segunda persona fue sorprendida cuando salía con las prendas de un establecimiento de la calle Tetuán.
Una semana después, el 15 de agosto, la Policía Local detuvo a un hombre de 30 años que acababa de sustraer una riñonera a un turista alemán en las inmediaciones de la glorieta de los Marineros. Gracias a la descripción aportada por la víctima y testigos, el dispositivo desplegado en zona centro localizó al autor en el Paseo Marqués del Contadero. El detenido contaba con cinco detenciones anteriores. El turista recuperó todas las pertenencias sustraídas y se mostró muy agradecido por la rápida actuación de los agentes, según informó Emergencias Sevilla ese mismo día.
El 1 de septiembre, cuatro mujeres de 19, 21, 42 y 44 años procedentes de Bosnia fueron identificadas después de una llamada de alerta de los comerciantes de la calle Francos. Todas tenían antecedentes por hurto. Trataban de mezclarse con los turistas y aprovechar algún descuido para robarles sus pertenencias.
La última intervención que ha trascendido se produjo el 13 de septiembre, cuando la Policía Local de Sevilla detuvo a dos carteristas tras sustraer una cartera con 600 euros a una turista en la calle García de Vinuesa. Las dos mujeres, de nacionalidad bosnia, robaron a una turista de Barcelona, de 73 años. Ocurrió a las doce del mediodía, cuando un grupo de turistas paseaban por esta calle tras apearse del autobús en el Paseo de Colón.
Según la información que facilitó la Policía, las sospechosas estaban ocultas tras unos escaparates a la espera del "turista adecuado" y se incorporaron al grupo. Tras esto y utilizando ciertos elementos de distracción, accedieron al bolso de la turista, extrayendo un monedero con toda la documentación personal de la víctima y 600 euros en metálico. Los agentes de paisano de la Policía Local presenciaron todo lo sucedido y detuvieron a estas mujeres. A su vez, recuperaron todo lo sustraído y lo devolvieron a su propietaria, que no se había percatado del robo. Las detenidas, de 23 y 42 años, cuentan con 17 y dos detenciones anteriores respectivamente.
Cada día se presentan entre 20 y 25 denuncias por hurtos en el centro de Sevilla. Para la Policía, estos delitos suponen un verdadero problema porque, si recuperan los objetos, los turistas suelen renunciar a denunciar. Al fin y al cabo vienen a Sevilla por un periodo corto y no quieren pasar tiempo en comisaría si han recuperado sus pertenencias. Los agentes suelen intervenir lo que se llaman prendas de disfraz, es decir, las gafas de sol, el pañuelo y el sombrero, para al menos molestar de alguna forma a las carteristas. Lo hacen porque así se los permite la ley 4/2015 de protección de la seguridad ciudadana.
Las detenciones de poco sirven si no vienen acompañadas de medidas más contundentes. Al tratarse de hurtos o de robos sin violencia, siempre quedan en libertad y vuelven a reincidir una y otra vez. Hace unos años funcionó una medida que sirvió para alejar a carteristas y delincuentes del centro de Sevilla, y que podría suponer una buena alternativa para luchar contra estos clanes organizados. Los jueces comenzaron a emitir órdenes de alejamiento del casco histórico de estos ladrones especializados, de manera que la Policía los podía detener por quebrantamiento de medida cautelar sin necesidad de que cometan los robos. Ahora, sin embargo, estas órdenes no se están emitiendo. Esta medida estaba inspirada en la orden de alejamiento del Metro de Madrid que se expidió contra un clan de carteristas bosnias en el año 2013.
Los guías de los grupos de turistas suelen ir grabando con sus teléfonos móviles para tratar de hostigar de alguna forma o espantar a las carteristas. En un vídeo de la pasada primavera, grabaron una secuencia ocurrida en la Plaza de España, donde dos rumanas fueron sorprendidas echando mano a un bolso de un turista japonés. Otro miembro del grupo se percató y llamó la atención de su compañero, momento en el que las carteristas comenzaron a disimular haciendo fotos a la plaza como si de visitantes se tratara.
Las estadísticas oficiales de criminalidad muestran un repunte importante de los hurtos en Sevilla capital. En el último balance publicado por el Ministerio del Interior, en Sevilla se denunciaron 4.753 hurtos en los tres primeros meses del año 2023. Estas cifras suponen un crecimiento del 20,9% en relación con el mismo periodo del ejercicio anterior, que se cerró con 3.931 casos.
El problema no se da sólo en Sevilla, pues en los últimos meses se han viralizado vídeos e imágenes tomadas en otras ciudades andaluzas, como Córdoba, y españolas. Un grupo que sufrió un intento de robo en Sevilla había venido de pasar unos días en Madrid, donde uno de sus miembros pudo captar con una cámara de 360 grados a una mujer que intentaba meterle la mano en la mochila.
En Sevilla, concretamente en Dos Hermanas, cayó hace unos años la reina de las carteristas españolas, María del Carmen Tehijovich, conocida como la abuela Carmen. Tiene 73 años y 60 detenciones en su historial. Es la matriarca del clan salmantino de las Tehijovich, también de origen balcánico y formado por especialistas en los hurtos al descuido. La abuela Carmen domina como nadie la técnica de la muleta, que consiste en colocarse una chaqueta o prenda sobre el brazo con el que comete los robos.
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