La ciudad se reencuentra con Aníbal González

Una estatua en bronce del arquitecto mirando a su obra, con gafas, ataviado con abrigo y sosteniendo un sombrero en la mano izquierda, se enclavará en la cima de un mirador sobreelevado sobre el suelo al que se podrá acceder por una rampa y también por una suave escalinata. Ésta ha sido la propuesta ganadora del concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento de Sevilla para conmemorar el 80 aniversario de la inauguración de la Plaza de España, un boceto que finalmente se impuso entre los 18 admitidos a trámites y que ha contado con gran parte del respaldo ciudadano en los sondeos realizados por los periódicos de la capital, entre ellos Diario de Sevilla. Las dos propuestas finalistas han sido La Reflexión del Artista y Azulejo, premiadas con 6.000 y 3.000 euros, respectivamente. Los autores ganadores percibirán 12.000 euros.

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, dio a conocer ayer la idea ganadora del concurso en un acto celebrado en el Salón Colón al que acudieron familiares del arquitecto sevillano, entre ellos uno de sus nietos, Aníbal González Serrano, que formó parte del jurado que seleccionó el monumento firmado por Manuel Nieto, Guillermo Plaza y Manuel Osuna, y que se levantará en la glorieta que lleva su nombre, en la Avenida de Isabel la Católica tras su reurbanización y peatonalización, de cara a su monumento más destacado, la Plaza de España, construida entre 1912 y 1928.

Monteseirín se refirió a la iniciativa como "un acto de justicia que Sevilla hace con este gran arquitecto que fue un adelantado a su tiempo, una persona que no tuvo miedo a asumir las tendencias vanguardistas de la época sin renunciar a lo clásico". Para el alcalde, la elección del monumento ganador significará un reencuentro con la Plaza de España, actualmente inmersa en un plan integral de restauración que supera los 9,5 millones de euros. El bronce de González estará ubicado en una peana construida en granito y albero compactado con elementos antivandálicos que hará las veces de mirador.

Fallecido en 1929, año en que Sevilla acogió la Exposición Iberoamericana del Sevilla, Aníbal González dejó en su ciudad natal múltiples ejemplos de su maestría, entre ellos la Plaza de España, la Plaza de América, la Capillita del Carmen y el colegio José María del Campo, la primera obra que firmó en Sevilla en 1909.