El cierre perimetral hunde en la agonía a comercios, hoteles y agencias de viaje de Sevilla
Las medidas de la Junta para Semana Santa
Los tres sectores exigen que se pueda viajar entre zonas con baja incidencia del Covid
La caída de la facturación supera cualquier registro anterior en estos colectivos
Decepción, desconcierto y desilusión. Son las tres d que describen el estado de ánimo de los sectores más perjudicados por el cierre perimetral de la provincias andaluzas, que se mantendrá, al menos, hasta el 9 de abril, según anunció el pasado miércoles el presidente de la Junta, Juanma Moreno, en su comparecencia para informar de las medidas que estarán vigentes en Semana Santa. Un anuncio que supone un "jarro de agua fría" para comerciantes, hoteleros y empresarios de agencias de viaje, que comprueban cómo las expectativas puestas para las próximas fechas saltan por los aires, tras un año en que la facturación ha bajado más del 50% en la mayoría de estas actividades.
Desde este fin de semana los bares y tiendas podrán estar abiertos hasta las 22:30, pues el toque de queda se retrasa a la 23:00. Sin embargo, dicha ampliación horaria apenas repercute en unos negocios condicionados por la llegada del turismo, prácticamente nulo en Sevilla con las fuertes restricciones establecidas por la pandemia del Covid. La apertura del cierre perimetral resulta fundamental para la supervivencia.
Así lo reconoce Tomás González, presidente de Aprocom, la federación de comerciantes de Sevilla y provincia, quien recuerda que el 95% de las tiendas cierra entre las 21:00 y 21:30, excepto algunos hipermercados y grandes superficies que lo hacen a las 22:00. Por tanto, las nuevas medidas de la Junta apenas tienen incidencia en este sector, que exige la apertura de las fronteras entre las provincias andaluzas, ya que el turismo es clave para unos negocios -especialmente los del centro de la ciudad- orientados desde hace años a la llegada de visitantes.
"Un mínimo flujo de turismo"
"Pedimos un mínimo flujo de turismo para salvar nuestra actividad", refiere González, quien señala que "debe buscase el equilibrio entre la salud y la economía para seguir viviendo". Unas declaraciones que cobran sentido si se tienen en cuenta las cifras de las últimas rebajas de invierno, cuyo adelanto en muchos establecimientos no ha evitado "un auténtico desastre": la facturación ha bajado, respecto a las de 2020 (antes de que estallara la pandemia), un 48%. "Han sido las peores rebajas desde que se crearon en la década de los 70 del pasado siglo", añade el presidente de Aprocom, que recuerda que en ediciones anteriores "nos echábamos las manos a la cabeza cuando las cifras bajaban un uno o dos por ciento, así que ahora podemos decir que estamos en la UCI".
Una campaña de rebajas que ha coincidido con un periodo de restricciones fuertes a consecuencia de la tercera ola de contagios. Cierres perimetrales en muchos municipios (incluida la capital) y horario de apertura restringido hasta las 18:00. Unas condiciones que echaron por tierra cualquier expectativa de recuperación en la temporada de descuentos. "En aquel momento pedimos ampliación horaria para que no se concentrara público en la franja de apertura, pero hicieron oídos sordos a nuestra solicitud", destaca González, que advierte de la necesidad de "un mínimo de turismo" para que las tiendas puedan obtener unos ingresos que hagan rentable su apertura durante esta primavera, en la que las ventas también están fuertemente condicionadas por la ausencia de cofradías en la calle durante la Semana Santa y la Feria de Abril, ambas celebraciones suspendidas por segunda vez consecutiva.
Una afección que se evidencia en informes como el publicado esta semana por la consultora Inerzia, que refleja que el precio medio del alquiler de locales en Sevilla cayó un 7,2% en 2020 y que los negocios situados en el Casco Antiguo de la capital son los más afectados por la crisis económica provocada por el coronavirus, frente a los que se encuentran en los barrios que, al estar orientados a una clientela de proximidad, han logrado resistir mejor los envites de la pandemia. La debacle ha sido tal que en algunas calles principales, como Cuna, hay más de una cuarta parte de los locales vacíos por el cierre definitivo de los negocios.
Un trimestre nulo en los hoteles
No mucho mejor es la situación de los hoteles, donde el primer trimestre de 2021 ha sido prácticamente nulo. El anuncio de que el cierre perimetral entre provincias se mantendrá en Semana Santa ha supuesto "un jarro de agua fría" para este sector, según señala el presidente de la asociación que defiende sus intereses, Manuel Cornax, que advierte que se está llegando "a una situación límite". "Confiábamos en que nos pudiéramos, al menos, mover entre provincias", afirma Cornax, quien pide a la Junta que se permitan los desplazamientos entre zonas con un nivel de alerta bajo. "Esta restricción sólo debe estar vigente en comarcas o zonas donde exista un alto riesgo", abunda.
Pero la intención del Ejecutivo andaluz parece, por ahora, inamovible. La curva de descenso de la tercera ola de la pandemia se ha detenido y hay territorios de la comunidad con datos bastante preocupantes, por lo que el Gobierno regional ha optado -siguiendo el criterio de la comisión de expertos- por la precaución, que conlleva un gran sacrificio para los sectores que viven del turismo. No queda otra opción que esperar al verano para intentar salvar un año que, de momento, pinta tan oscuro como 2020.
"Puede ser que para entonces muchas tiendas hayan tenido que cerrar", asevera el presidente de los comerciantes. Una advertencia que también realiza su homólogo en los hoteles, que indica que sólo el 42% de estos establecimientos en Sevilla se mantiene abierto. A ello hay que añadir otro dato preocupante: la ocupación de los que están en activo no supera el 15%, porcentaje que se alcanza los días laborables, por clientes desplazados a la capital andaluza por motivos de trabajo. Los fines de semana las cifras son mucho más reducidas.
Para Cornax hablar del verano, en las actuales circunstancias, es "arriesgado". "Antes de que estallara la pandemia habíamos conseguido una ocupación media en los meses estivales del 70%, por lo que logramos superar el estigma de que Sevilla no era una ciudad para visitar con el calor", refiere el presidente de la asociación de hoteles, quien destaca que se mantiene el contacto con el Ayuntamiento hispalense y la Diputación provincial para que, en el momento que se permita la movilidad, activar campañas de promoción. No obstante, admite que las pérdidas ocasiones por la suspensión de los cortejos penitenciales y la Feria no se podrán suplir durante el año.
"Mucho tiempo con el agua al cuello"
Las restricciones anunciadas el pasado miércoles continuarán hasta el viernes 9 de abril. "Tres semanas para nosotros, después del año que hemos sufrido, supone estar mucho tiempo con el agua al cuello", admite Cornax, quien cuestiona que las medidas de la Junta se tomen sólo desde un punto de vista sanitario y no se tenga en cuenta "el empresarial".
Respecto a las alternativas que se están barajando en el centro de Sevilla para la semana en la que se hubiera celebrado la Feria, el presidente de los hoteleros defiende que esta propuesta se lleve a cabo "de cara al exterior", con la intención de que los futuros visitantes "no se olviden de la ciudad". Ahora bien, son planteamientos que, de hacerse realidad, en poco repercutirían en los hoteles, pues quienes participarían de tales actividades serían "los propios sevillanos".
Un "mazazo" para las agencias de viaje
Si hay un sector que se ha quedado con el contador a cero desde que a mediados de marzo de 2020 se decretara el primer estado de alarma por la pandemia, ése es el de las agencias de viaje. José Manuel Lastra, el presidente de la asociación empresarial que representa a este colectivo (Aevise), califica de "mazazo" la decisión tomada por la Junta de Andalucía. "Estábamos confiados en activar el turismo de proximidad", confiesa Lastra, que asegura que ya se habían realizado reservas en playas del litoral andaluz, una operación que ha tenido que cancelarse, lo que supone "el doble trabajo". "Pueden decirnos que nos hemos precipitado, pero tras el año sufrido, nos aferramos a un clavo ardiendo", apostilla.
En este sector la facturación ha caído más del 90% por las continuas restricciones aplicadas a la movilidad. "Siempre hemos sido respetuosos con las medidas que se han tomado, pero ahora observamos que hay cierta disparidad, pues se impide viajar entre provincias pero se permite tener los bares abiertos hasta las diez y media de noche", plantea Lastra, que considera que, con este tipo de decisiones, se "estigmatiza" cada vez más al sector turístico.
El presidente de Aevise mantiene que "está demostrado que esta actividad, si se hace de forma prudente, no provoca contagios". "Desde el primer contagio que se produjo en un hotel de Canarias, antes de que se decretara la alarma por la pandemia, no ha habido ninguno más en hoteles, aviones o autobuses", defiende Lastra, cuya asociación ha enviado una carta de queja a la Delegación territorial de Turismo por la decisión de mantener los cierres provinciales.
Otro motivo de crítica es la falta de ayudas a este sector, pese a los continuos anuncios por parte de la Junta de Andalucía. Un malestar dirigido al consejero de Turismo, Juan Marín, que en diciembre prometió una partida de 47,3 millones de euros para las empresas vinculadas con dicha actividad. Tres meses después, ese dinero no ha llegado a las agencias. "Nos incluyeron con otros sectores para recibir estos fondos, a los que nos ha sido imposible acceder por las condiciones establecidas", detalla Lastra, que explica que uno de los grupos más castigados han sido los autónomos.
Más del 70% están sin actividad
El panorama de las agencias de viaje que operan en Sevilla resulta bastante desolador. Según el registro de la Consejería de Turismo, en la provincia hay 363 empresas que se dedican a esta labor. La información que maneja Aevise constata que más del 70% se encuentran ahora mismo cerradas por falta de actividad. Muchas de ellas afronta esta situación de manera "temporal", pero es muy probable que un 20% no vuelva a abrir, lo que provoca una nefasta consecuencia en el mercado laboral. De esta forma, de las 2.000 personas que trabajan en este sector, un 30% lo hace como autónomo y un 70% por cuenta ajena. Dentro del primer grupo, el 90% se ha declarado en cese de actividad, mientras que el 80% está acogido a un ERTE.
Al contrario de lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la hostelería, en este sector no se ha podido recuperar a nadie por las continuas limitaciones a la movilidad, motivo por el cual se pide que se acabe con los cierres perimetrales. La buena noticia, al menos, llega de la Comisión de la Unión Europea, que presentará al parlamento comunitario el certificado verde digital, o lo que es lo mismo, el pasaporte Covid, que permitirá el libre desplazamiento entre lo estados miembros de los turistas que estén libres del virus.
Los hosteleros esperan cerrar a las 23:30 con el horario de verano
La hostelería, al menos, ha visto satisfechas una de sus reclamaciones: la apertura de los bares hasta las 22:30, al retrasarse el toque de queda a las 23:00. Para el presidente de la asociación que representa este colectivo, Antonio Luque, dicho cambio supone "un balón de oxígeno" que permite la contratación de numerosas personas que estaban en el paro o en ERTE.
Pese a esta mejora, la asociación reclama también que una vez se realice el cambio de hora el próximo 28 de marzo, aumente también el horario para el sector y se pueda cerrar a las 23:30 para dar el servicio de la cena completo.
Luque, además, ha hecho un llamamiento a los hosteleros de la capital y la provincia para que se trabaje con "máxima responsabilidad" y bajo las "estrictas normas sanitarias" con el objetivo de evitar la propagación del Covid19. La patronal, en este sentido, ha recordado a sus asociados que no respaldará al empresario que incumpla las medidas porque supondría un riesgo para la salud y provocaría un nuevo cierre que el sector no puede permitirse.
También te puede interesar
Lo último