Centro Comercial Plaza de Armas, un fracaso de 25 años en Sevilla
La antigua estación de trenes se ha convertido un edificio gafado para los negocios
Adif ha intentado tres veces buscar un operador que se haga cargo de su gestión
El alcalde de Sevilla negocia con Adif para crear un museo en la Plaza de Armas
Se reinauguró en 1999 y en estos 25 años apenas ha levantado cabeza. Es la historia, a grandes trazos, del centro comercial Plaza de Armas, un proyecto para el que su propietaria -la empresa estatal Adif- no encuentra inversor que quiera gestionarlo y al que el alcalde desea dotar de uso cultural, siempre que pase a manos municipales. Su posición estratégica (situado en una de las entradas principales de Sevilla) no ha evitado que la mayoría de sus locales se encuentren cerrados y que su actividad más destacada sea la del cine de su segunda planta, así como la de un negocio de comida rápida, que registra clientes a cualquier hora del día. La intención -frustrada- de Primark por abrir aquí su primera tienda en la capital andaluza y el hecho de que sea Bien de Interés Cultural (BIC) han jugado en contra de su porvenir.
De gran belleza y en una localización inmejorable. Cualquiera que vea la antigua estación de trenes de Córdoba no da crédito al fracaso del centro comercial que abrió sus puertas en este edificio hace un cuarto de siglo. El último ferrocarril que partió de sus andenes fue en 1991, un año antes de la Expo'92. Durante la muestra universal se convirtió en sede del Pabellón de Sevilla. Acabados aquellos fastos, transcurrieron siete años sin actividad alguna en este edificio. Se lo dotó de un nuevo uso en 1999, cuando reabrió como centro comercial. Para ello, se realizaron una serie de intervenciones, como el cierre trasero (desde donde antes salían los trenes) con acero y cristal.
Este proyecto iba en sintonía con la fiebre por los centros comerciales que existía en aquellos momentos en la ciudad. Previamente se habían inaugurado el de Los Arcos y Nervión Plaza. Para ello, se instalaron módulos en la antigua zona de andenes. Lo tenía todo a su favor para convertirse en un éxito. Por un lado, como se ha mencionado antes, la localización: estar en el Casco Antiguo y a pocos metros de una de las principales entradas a la capital por la A-49. Por otro, el edificio, de estilo neomudéjar, muy del gusto historicista de la época en la que fue construido, entre finales del siglo XIX y principios del XX. De hecho, está protegido como BIC.
Dar un paseo por el interior de Plaza de Armas es evidenciar el constante declive en el que ha vivido estos 25 años. La mitad de la planta a ras de suelo aparece estos días cerrada al tránsito de personas. Sólo está abierta un ala. El acceso principal, el de la Plaza de la Legión, cuenta con un punto de información turística. Los visitantes son los principales usuarios de estas instalaciones, como se constata en el recorrido. Una cafetería tiene cuatro veladores ocupados. La mayoría de sus clientes son extranjeros. Como los del local de Mc Donald's, establecimiento que dispone de una amplia terraza en el exterior. Son poco más de las once de la mañana y ya degustan en sus mesas los famosos helados que elabora la cadena norteamericana de comida rápida. Otra pareja de guiris descansa en dos de los tres sillones de masajes colocados junto a la puerta por la que se llega a los aseos, donde varios agentes de seguridad vigilan la zona.
"No se pueden hacer fotos", advierte uno de ellos al fotógrafo de este periódico. En esos momentos el pasillo habilitado lo recorren no más de diez personas. La mayoría de ellas, turistas. Sólo dos son nativos. Las bolsas del cercano Mercadona que portan hacen pensar que se trata de vecinos que usan el centro comercial como atajo para llegar a sus casas. Un paseo bastante fresco. La diferencia de temperatura con el exterior resulta más que notable a esta hora de la mañana. En la única ala abierta -la otra está precintada con cintas- se suceden los locales cerrados con los abiertos. Estos últimos los ocupan pintores, a modo de pequeñas galerías donde exponen sus obrás más recientes. Las hay para todos los gustos (y calidades).
Sólo una tienda permanece abierta como tal. Se trata de la firma Décimas, dedicada al calzado deportivo. De aquí sale en estos momentos una pareja de turistas. Acaban de efectuar su compra. Hablamos con el encargado del establecimiento. Reconoce que "las ventas van regular". Se sostienen, principalmente, por los guiris que acuden a comprar botines de repuesto y calcetines para continuar su estancia en la ciudad. En este sentido, les beneficia la cercanía con la estación de autobuses que lleva el mismo nombre que el centro comercial. Clientes locales casi ninguno. "Las ventas no van como en las otras tiendas de Décimas. Ni de lejos", asegura este empleado, que señala que cuando se incorporó a trabajar en este negocio, el resto de locales ya estaba cerrado. "El centro comercial de Torre Sevilla hace mucha competencia, especialmente el Primark", añade. "Lo único que permanece abierto son el McDonald's, una cafetería y los cines. No sé por qué el resto de establecimientos cerraron", expresa.
El otro negocio con actividad en el edificio es la discoteca Uthopia, ubicada donde antes se encontraba el Buddha, que acogía también un restaurante. Ocupa una de las esquinas de la antigua estación de trenes, junto a Torneo. Se trata de uno de los locales con acceso directo al exterior. Éste y el de la enseña de comida rápida son los únicos de esta tipología con actividad actualmente. Los demás se encuentran vacíos. Por Plaza de Armas han pasado reconocidas cadenas hosteleras. Estuvieron Gambrinus, los 100 Montaditos y la Sureña, entre otras. Todas se marcharon al no resultarles rentable el negocio. Y ello, pese a contar con una superficie conjunta de terrazas de 1.279 metros cuadrados. Un recinto gafado para el comercio.
En la segunda planta se mantienen los cines. Cinco salas y otra dedicada al teatro. Este espacio lo gestiona actualmente Odeón Multicines, una de las principales empresas nacionales del sector, de gran presencia en el norte de España. Desembarcó en Plaza de Armas en 2019, cuando se lo traspasó Cinesa. Previamente, desde que se puso en marcha el centro comercial, los cines estuvieron en manos de Warner Lusomundo. Tras una importante reforma, Odeón los reabrió en noviembre de 2019. Lo hizo aportando una novedad aún no superada en Sevilla: una de sus salas cuenta con la única pantalla led 4K en la ciudad, con sonido envolvente y butacas reclinables.
A los cuatro meses de la reinauguración llegó la pandemia, por lo que hubo que aguantar "el tirón" lo mejor que se pudo. En 2023 aparecieron los primeros síntomas de recuperación, como señala Luis Millán, gerente sevillano de esta empresa. El Covid se convirtió también en un acicate para que las pocas firmas comerciales y hosteleras que allí quedaban echaran el cierre definitivo.
Millán precisa que los únicos locales con contrato a largo plazo son los que ocupan Décimas, McDonald's y la discoteca. Estos arrendamientos supusieron en su momento uno de los impedimentos para que el proyecto planteado por Primark en Plaza de Armas saliera adelante. A mediados de la década pasada la cadena irlandesa de ropa low cost intentó hacerse con todo el edificio. Con tal fin llegó a un principio de acuerdo con Riofisa, la empresa que explotaba los centros comerciales en las estaciones de trenes controladas por el ente estatal Adif. Para ello, se pidieron informes a la Gerencia de Urbanismo. Dentro de esta operación -precisa Millán- se incluyó el traslado de Mercadona al nuevo edificio construido en la plaza trasera de la antigua estación. Aquel plan no salió adelante. Primark finalmente abrió su primera tienda en la capital andaluza dentro del centro comercial de Torre Sevilla, que ha acabado por matar a Plaza de Armas.
Uno de los motivos que provocó que la firma irlandesa desistiera de este edificio es su declaración como BIC, que requiere del permiso de la comisión de Patrimonio, órgano perteneciente a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. "Una licencia de obras puede demorarse dos años, demasiado tiempo para un inversor, que finalmente descarta cualquier proyecto aquí", lamenta Millán, quien añade que una de las principales vías de ingreso del centro comercial proceden del parking conjunto con el Hotel NH y el Mercadona, “que siempre está lleno”.
Los factores negativos provocaron que ningún operador mostrara interés en la oferta presentada por Adif el pasado otoño para hacerse con este edificio hasta 2069. Era la tercera vez que el concurso se quedaba desierto. El precio mínimo ha sido de cinco millones de euros. El concurso se incluye en el plan de racionalización de activos que lleva a cabo Adif con el objetivo de mejorar su eficiencia, la generación de ingresos y la reducción de costes.
Ante este desapego, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, anunció recientemente que mantiene conversaciones con Adif para que la antigua estación de trenes pase a ser de titularidad municipal. El objetivo del gobierno local es potenciar este edificio monumental al convertirlo en un museo. Para los empresarios que aún mantienen sus negocios en esta instalaciones, como Luis Millán, sería "una buena noticia" que Plaza de Armas "siguiera adelante" con una propuesta relacionada con el ocio y la cultura.
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