El Rastro de la Historia
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Metro de Sevilla
Cerca de 200 personas de un centenar de empresas constructoras, consultorías y bancos se presentaron este miércoles para conocer los números de la línea 3 del Metro de Sevilla (Pino Montano-Bermejales) que la Agencia de Obra Pública de la Junta pretende sacar a concurso este verano, como muy tarde, para iniciar la obra en marzo de 2013. Algunas constructoras echaron en falta la presencia de altos directivos de las entidades bancarias, que enviaron a empleados menos conocidos. Los asistentes duplicaron la cifra de invitados al Convento de la calle Santiago, celebró el gerente de la Agencia, Rafael Blanco.
La opinión del sector de la construcción es que el Metro es "un buen negocio" y que la clave para que prospere la obra es el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que debe confirmar si cofinanciará los 1.179 millones que cuesta la obra. "La primera premisa es que haya dinero. La situación es mala porque hay problemas financieros claramente. Mientras no haya garantías de que el BEI lo apoyará no encontraremos financiación", declaró a la prensa el decano del Colegio de Ingenieros de Caminos de Andalucía, José Abraham Carrascosa, al término de la jornada.
Esta inquietud la comparte la concesionaria de la línea 1 que lideran Dragados y Sacyr y se planteó en el turno de preguntas al director financiero de la Agencia de Obra Pública, Jesús Cabanillas, quien respondió que el BEI se ha interesado por el Metro de Sevilla y que la Junta apuesta por que participará. Que la ex ministra andaluza Magdalena Álvarez ocupe la vicepresidencia da esperanzas.
El Banco Europeo es esencial dado que el modelo económico-financiero de la línea 3 tiene cambios respecto al de la línea 1, que se empezó a construir a finales de 2003, lejos de la crisis. Ahora, las constructoras deben asumir en solitario la inversión en la fase de obra (2013-2016) aportando el 20% de sus fondos propios de capital social y el 80% restante con créditos. La administración no paga nada en esta fase y sólo empezará a hacerlo en enero de 2017 cuando el primer tramo de la línea 3 se ponga en marcha, según el calendario de la Junta. En la línea 1 la obra se pagó a tres partes: un 20% de la concesionaria, un 33% de la administración y el resto del BEI.
Ese modelo financiero de la línea 3 no preocupa a los constructores, acostumbrados a usarlo en carreteras y otras obras. "El modelo de financiación no es lo que está en cuestión. Está rodado y se han corregido cosas que han fallado antes. El Metro está claro que es un negocio. Recuperar la inversión no es un problema", concluyó el decano.
Técnicamente, la mayor ventaja de la línea 3 es que está lista para su construcción y ha pasado el visto bueno medioambiental. El director técnico de Ferrocarriles, Juan de Dios Moreno, dejó claro que "no se admitirán cambios porque el proyecto constructivo redactado es de enorme calidad" y está concretado hasta el último detalle, a diferencia de la línea 1. Entre las magnitudes económico-financieras de la concesión a 35 años, los ingresos ligados a la demanda anual de viajeros (venta de billetes) serán para la administración y los extras para las empresas, a las que se penaliza si baja la demana. El concesionario recibe los pagos de la Administración si cumple el estandar de calidad y disponibilidad del servicio de Metro.
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