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El Cenador de Carlos V del Alcázar de Sevilla escondía un gran palacio almohade con función lúdica

Las primeras investigaciones de los arqueólogos descartan la función funeraria del edificio, tal y como se creía hasta ahora

La restauración completa del pabellón se quiere tener para 2026, cuando se cumple el 500 aniversario de la boda del emperador e Isabel de Portugal

El Real Alcázar de Sevilla profundiza en su pasado

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Trabajos arqueológicos en el Cenador de Carlos V del Alcázar de Sevilla / José Ángel García

El cenador se asienta en una construcción islámica anterior. El palacio islámico precedente es almohade y sus dimensiones eran mayores. Tenía una función lúdica y recreativa, por lo que se descarta el espacio como un lugar de enterramiento. La huerta islámica del Alcázar disponía de edificios de recreo. Estas son algunas de las conclusiones a las que han llegado los arqueólogos tras realizar una serie de sondeos y catas en el pabellón renacentista de cara a su futura restauración.

El Real Alcázar ha dado a conocer este lunes las conclusiones preliminares de la actividad arqueológica llevada a cabo en las últimas semanas en el conocido como Pabellón de Carlos V, un espectacular edificio renacentista situado en los jardines del monumento que fue construido en el siglo XVI con motivo de la boda entre el emperador e Isabel de Portugal, todo un acontecimiento en su momento. Hasta ahora, se daba por cierto que el edificio había tenido una función funeraria durante época islámica y que se habría adaptado posteriormente a pabellón de recreo o cenador.

Los sondeos han descartado por el momento que este fuera el lugar de enterramiento de los reyes islámicos, pero sí ha confirmado la preexistencia de un edificio, en este caso almohade, de finales del siglo XII o principios del XIII. Así lo ha explicado el arqueólogo Miguel Ángel Tabales, directo de los trabajos: "Siempre hemos pensado que el pabellón era la reutilización de una tumba almohade o abbadí. Los sondeos que hemos hecho son relativamente humildes, pero han deparado mucha información. El cenador se construye en el siglo XVI retocando de manera amplia un edificio anterior que sería almohade pleno".

Este edificio, según las conclusiones preliminares expuestas por Tabales, tendría originariamente cuatro grandes arcos. El arranque estaría 2,5 metros por debajo del nivel actual, por lo que la qubba era mucho más esbelta. Se han localizado restos de ventanucos que se destruyeron posteriormente. Y se descarta, al menos en su parte exterior, la existencia de enterramientos. "El interior tiene uno de los pavimentos más espectaculares del renacimiento español. No lo podemos tocar, pero cuando saneemos la fuente veremos qué hay", ha añadido Tabales.

Las estructuras halladas en el Cenador de Carlos V. / José Ángel García

Este complejo palatino con función lúdica, quedó inundado en los primeros momentos, por lo que hubo de subirse la cota que fue la que se consolidó en el resto de los jardines con el paso del tiempo. "Sabemos que es un palacio porque lo rodean una serie de estancias con muros que tienen mayor espesor que la qubba. Es decir, está rodeada de habitaciones. Hay incluso una letrina. Más allá había otra estancia con sus enlucidos. También hacia el este y el oeste. Hacia el sur habría una galería y un sistema de albercas y estanques", ha señalado Tabales.

El catedrático de la Universidad de Sevilla ha revelado que el tipo de edificio que se han encontrado es muy novedoso. "Parece un prototipo". Como análogos ha identificado el Cuarto Real de Santo Domingo o algunas edificaciones en Marrakech. Tabales ha insistido en pedir prudencia a la hora de valorar los hallazgos y ha abundado en que cuado se acometa la restauración integral y se llevan a cabo los controles arqueológicos de la obra se podrá completar la morfología del palacio hallado.

El estudio de las huertas islámicas

El hallazgo de este palacio almohade abre un nuevo horizonte para el estudio de las huertas islámicas del Alcázar, donde se asientan los actuales jardines. Su estudio desde el siglo XVI son amplios, pero todo lo anterior prácticamente se desconoce. "Ahora las huertas comienzan a entrar en juego para la investigación. Hablamos de todo un mundo de recreo que iremos estudiando y analizando. Tenemos que ir completando el puzle. La gran edificación almohade quedaba huérfana cuando nos adentrábamos en las huertas. Ahora podemos ver que también tenían una función recreativa", ha puntualizado Tabales.

El arqueólogo ha señalado que, en cualquier caso, las tumbas islámicas están en las huertas, aunque habrá que buscar en otras localizaciones: "Pensábamos que este pabellón como el del León podían ser antiguas alcobas funerarias. Esa visión ahora se desmonta". Durante la excavación ha aflorado mucho material del siglo XI, de la época de Al Mutamid. "Eso indica que también debió haber algo importante en ese momento", ha concluido Tabales.

La presentación de estos importantes hallazgos ha corrido a cargo del alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz. El primer edil ha asegurado que se trabaja para que el Cenador esté "en las mejores condiciones para el aniversario de la boda de Carlos V. "El Alcázar es un monumento vivo y estamos siendo proactivos para impulsar estudios que estaban paralizados, trabajando y buscando otros aspectos históricos que se desconocían; no nos conformamos con conservar el Alcázar, y los estudios que se han visto en estas catas van a redundar en futuras intervenciones de manera que se pueda ir completando la información que se ha obtenido", ha asegurado el alcalde. 

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