El cementerio de Sevilla se hace más sostenible: féretros ecológicos para las incineraciones
Todos los Santos
El Ayuntamiento obliga a utilizar este tipo de ataúd en los hornos crematorios
No contienen barnices ni elementos metálicos que provoquen contaminación
Llega noviembre y con él la tradicional visita a los cementerios. Estos días se adecentan tumbas, panteones y nichos para celebrar la festividad de Todos los Santos y los Fieles Difuntos. Un ámbito, el de la muerte, en el que también imperan las normativas del mundo de los vivos. La de la ecología no podía faltar, de ahí que los ayuntamientos cada vez tengan más en cuenta la repercusión en el medio ambiente a la hora de gestionar los camposantos.
En el de Sevilla hay una condición vigente desde el pasado 5 de mayo, cuando se estableció la obligación de que todos los féretros que se incineren en el crematorio municipal sean ecológicos. La capital andaluza se suma, así, a otras ciudades españolas, como Córdoba, que desde 2006 tiene fijado dicho requisito para los ataúdes que vayan a pasar por los hornos de su cementerio.
La adopción de esta medida se viene potenciando desde la propia Unión Europea, que aconseja el uso de materiales ecológicos a la hora de tratar restos cadavéricos. De esta forma, se evitan los humos contaminantes que provocan las lacas y el zinc que contienen los féretros tradicionales. Además, se contribuye a reducir la tala de árboles. Según un informe de la UE, en el viejo continente se sacrifican al año más de un millón de ejemplares para fabricar ataúdes.
Este requisito supone una clara advertencia a las empresas funerarias, que deberán comunicarlo a los clientes que opten por la incineración de un ser querido. La principal diferencia de un atáúd clásico a uno ecológico radica en que éste último sustituye el barniz por tintes al agua, no lleva herrajes metálicos y el interior de la caja es de algodón 100%. En su materia prima se apuesta por maderas que procedan de cultivos renovables. El precio, por lo general, resulta más económico que los tradicionales, pues se emplean elementos mucho más baratos.
Las últimas semanas se ha convertido en noticia una funeraria de Manresa por sacar al mercado funerario un ataúd de cartón que, por ahora, supone la alternativa más ecológica y con un precio bastante asequible:entre 100 y 300 euros, frente a los mil que llega a costar uno tradicional. Su diseñador es el madrileño Javier Ferrándiz, quien lo ideó en 2009, pero no ha podido comercializarlo hasta ahora.
El auge de las incineraciones
Se trata de un ejemplo de que el mercado relacionado con la muerte también se rige por normas y tendencias ecológicas. Las incineraciones tienen cabida también este apartado, pues su afección al medio ambiente es mucho menor que en los enterramientos tradicionales. Las estadísticas del Cementerio de San Fernando lo constatan cada año. En 2020 los difuntos que recibieron sepultura tradicional (inhumaciones) alcanzaron los 1.386, mientras que los que fueron incinerados llegaron a 3.248, más del doble.
Unos datos en los que, por otra parte, apenas ha tenido incidencia el Covid si se compara con ejercicios anteriores. Las cifras se mantienen más o menos estables, con un leve repunte: 51 inhumaciones y 196 incineraciones más respecto a 2019. En lo que va de 2021 se han contabilizado 1.128 enterramientos tradicionales y 2.501 incineraciones.
Mejoras acometidas
La obligación de que los féretros que vayan a incinerarse estén catalogados como ecológicos forma parte de las novedades introducidas por el Ayuntamiento de Sevilla el último año para la mejora del camposanto. En este recinto se han invertido 316.373 euros, un importe que ha ido destinado, entre otras mejoras, a instalar una cubierta de acero en una de las rotondas para resguardar a los ciudadanos del sol.
Se han demolido 420 osarios y 936 nichos de la calle San Hermenegildo. Se ha mejorado el funcionamiento de los tres hornos crematorios, en uno de los cuales se renovará el revestimiento refractario la próxima semana.
Próximos proyectos
También en la primera quincena de noviembre comenzará a construirse el Jardín del Recuerdo, un espacio dedicado al depósito de las cenizas no custodiadas de los difuntos. Estará ubicado a la entrada del cementerio y en él se invertirán casi 70.000 euros.
Actualmente se redacta un proyecto de construcción de 1.068 osarios y 160 columbarios, que se levantarán en la zona de ampliación del camposanto, cerca del tanatorio de la SE-30. También se estudia la ampliación del cementerio musulmán (en la zona más cercana al barrio de San Jerónimo). Por último, se encuentra en fase inicial un expediente para digitalizar el archivo del Cementerio de San Fernando, que contiene datos de todos los entierros que ha acogido desde el 1 de enero de 1853.
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