La nueva ‘catedral’ del consumo
Primark en Sevilla
La primera mañana de sábado transcurre con normalidad en el centro comercial de la Torre Sevilla.
Miles de personas acuden al sur de La Cartuja seducidas por la novedad
La nueva catedral del consumo ha superado, con nota, una prueba de fuego en su primera mañana de sábado, con miles de visitantes. A las once de la mañana y a pocos metros de Torre Sevilla, los coches avanzan a ralentí, tras superar el Puente de la Expiración. Sin prisa, pero sin pausa, numerosos grupos de personas se dirigen, atraídos por la novedad, al recién inaugurado centro comercial. Varios profesionales dan la bienvenida a los visitantes desde la propia rampa del parking. Cada detalle ha sido cuidado: jardines; bancos en espacios a la sombra, donde se refugian del calor varios ancianos; música en las tiendas; globos de colores. Es el nuevo latido de La Cartuja.
Guardias de seguridad repartidos por el recinto e interconectados velan por que la primera jornada no laborable se desarrolle con normalidad, a la sombra del rascacielos. Numerosos curiosos pasean por la nueva galería comercial, familias con niños, ancianos, jóvenes, personas en sillas de ruedas. Algunos llevan bolsas de papel; otros, simplemente pasean y curiosean.
La tienda estrella, Primark, no necesita presentación. Una larga cola de clientes aguardan, bajo los impertinentes rayos de sol, el turno para entrar en este coloso de la moda low cost. Todo está pensado para agradar al cliente: varios trabajadores facilitan paraguas negros a los que aguardan. El calor no impide que, llenos de paciencia, un nutrido grupo de personas esperen una cola que supera los 50 metros. La moda a precios reducidos tiene el éxito garantizado.
En la cola, muchos jóvenes, pero también familias, esperan la oportunidad de adquirir artículos a precios económicos. Es el arte de seducir al consumidor, especialmente a jóvenes que desean vestir lo último, pese a unos bolsillos que menguan, sin freno. Bonito y barato. Es la respuesta del mercado de la moda ante la imparable pérdida del poder adquisitivo en la mayoría de los hogares.
Muchos conocen Primark, o a Jerez o a Huelva, han acudido para hacer acopio de prendas. Es la primera tienda en Sevilla; y tras varios años de idas y venidas sobre la llegada de la marca irlandesa, la expectación estaba más que asegurada. “Hemos venido pronto. A las diez estábamos en la puerta de Primark y no había nadie. Sabíamos que hoy va a venir mucha gente y hemos preferido ser los primeros para encontrar todo ordenado”, comenta una pareja que porta dos grandes bolsas de Primark.
En las inmediaciones del nuevo centro comercial transitan con normalidad vehículos, bicicletas y viandantes. Varias patrullas de la Policía Local permanecen apostadas en varios puntos de La Cartuja. Sin atascos, ni aglomeraciones excesivas. Normalidad en la primera mañana de sábado en el nuevo centro comercial.
Dos agentes de la Policía Local interponen las primeras denuncias: varias motos han sido aparcadas sobre la acera, pese a las señales de prohibido aparcar. “Tenemos que hacerlo desde el primer día para que se cumplan las normas. Justo detrás hay un gran parking de motos”, comenta uno de los agentes.
El Ayuntamiento ha reforzado la presencia policial en el entorno de Torre Sevilla. “Mucha gente, especialmente el día del estreno, pero con normalidad”, añade el agente. A pocos metros de la Torre Sevilla, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo se esperan a unos 4.000 visitantes en el Picnic Interestelar, la antesala del festival del mismo nombre que se celebrará en primavera. De entrada gratuita, y con más de 20 conciertos, talleres, zona infantil, zona de restauración, este evento musical atrae a miles jóvenes hasta La Cartuja. A las cinco de la tarde, cuando el calor aprieta, este entorno de La Cartuja no deja de recibir a visitantes. Numerosos grupos desafían al mercurio para conocer este nuevo punto neurálgico del comercio y del ocio.
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