Castilla y León siempre unidas en Triana

Calle Rioja

Fernando III unifica León y Castilla en 1230, siglo XIII, el siglo que nace la Velá

Calle Castilla, arteria central que va de San Jorge al Cachorro.
Calle Castilla, arteria central que va de San Jorge al Cachorro. / José Luis Montero

17 de julio 2024 - 05:59

En 1230, Fernando III, casi dos décadas antes de conquistar Sevilla, unifica los reinos de Castilla y León, una ruptura que se había producido en 1157. No se trata solamente de una reconciliación política y territorial, fundamental en el avance ante la España islámica, sino de un convenio familiar: el que sería rey santo era hijo de Alfonso IX de León y de doña Berenguela, reina de Castilla. Ha habido rumores de que León quería escindirse de Castilla casi ocho siglos después de aquella unión estratégica. Al final, el León de la Fox no rugió y fue el de la Vox el que cogió los bártulos para poner los pies en polvorosa.

Castilla y León siempre estarán juntas en Triana. Una unión que se certifica en cada Velá en honor de Santiago y la Señora Santa Ana, madre de la Virgen y titular de la catedral de Triana. La Velá, que empieza en una nueva edición el próximo sábado, data del siglo XIII, el mismo que el rey Fernando unifica Castilla y León e incorpora Sevilla a los dominios de la España cristiana.

Si Triana fuera un crucigrama, Castilla y León están unidas en las verticales por la calle San Jacinto y en las horizontales por la Ronda de Triana. La Calle Castilla es la calle Corrientes de este barrio que es también república independiente. Una prolongación de la calle Betis en esta península de sabores con el itsmo de San Jorge, como el castillo que en tiempos albergara a la Inquisición. Debe Castilla su nombre al reino de quien conquistó la ciudad. Colocan farolillos junto a la Capillita del Carmen del puente de Triana (o de Isabel II), presencia de Aníbal González en la arquitectura trianera. El mismo puente donde suenan las horas y las medias horas con los arpegios de la guitarra de Ricardo Miño. En el Altozano suenan los acordes de Entre dos aguas, de Paco de Lucía. El Puente de Barcas lo mandó construir el califa Abu Yakub Yusuf y estuvo activo desde el 9 de octubre de 1171, cuando León estaba aún separado de Castilla, hasta el 23 de febrero de 1852. La partitura debería titularse entre dos Tierras, o entre dos orillas.

Ancha es Castilla… menos por Andalucía, decía Salvador Távora en su espectáculo Alhucema. Pero esta Castilla trianera es ancha y espaciosa. Tiene una Casa de las Flores levantada en 1901 que conserva su bella impronta. Un caserío donde vivió Reichi Nagakawa, un ciudadano de la bombardeada Hiroshima que sin salir de Triana tradujo al japonés el Ulises de Joyce. La casa contigua es la Bodeguita el 24, como el año vigente, aunque se fundó en 1950, el del Mundial de Brasil en el que España venció a Inglaterra con un gol de Zarra al cancerbero inglés Williams. Inglaterra era uno de los destinos del jabón sevillano que se fabricaba en las Almonas Reales ubicadas en esta misma calle. Para que se lavaran los ingleses y también clientelas de Estados Unidos y Flandes. La Casa Ducal de Alcalá tenía dominio sobre este producto por Privilegio Real entre los siglos XVI y XIX. Calle cofrade donde las haya. En los impares, el Pasaje Capataces Ariza. En los pares, la parroquia de la O. Este año, en el cuarto centenario del nacimiento de su autor, Pedro Roldán, está de aniversario el Nazareno al que llaman el Jorobadito de Triana. Esta iglesia se abrió al culto el 2 de febrero de 1702, cuando todavía había que llegar a Triana por el Puente de Barcas. Junto a la parroquia, una calle para el párroco Pedro Ramos Lagares que llega hasta el ribereño pasaje de la O. También tiene calle el periodista Nicolás Salas, enfrente de la tienda de coleccionismo Don Cecilio de Triana, que era familiar de Carmen Sevilla.

Hay un hijo de esta calle que ya fue reconocido por la Velá que es en sí mismo un cartel de Fiestas Primaverales. Paco Lola es compositor de sevillanas y marchas procesionales, es cónsul de Huelva por rociero y de Cádiz por chirigotero. Y una placa recuerda la casa en la que nació, el Corral de los Fideos, el 9 de febrero de 1952. Año de los Juegos Olímpicos de Helsinki.

Triana también tiene dos Castillas, como las que antes eran la Nueva y la Vieja en los manuales de geografía. Dos Castillas separadas por Chapina. El nudo desde el que ya se divisa el cimborrio de la iglesia del Cachorro, donde se casó Silvio con la hija de un millonario británico. El rockero, como Zarra, también le marcó un gol a los ingleses. Termina la calle en un clásico, Sol y Sombra, las dos mitades de la ciudad, sus dos hemisferios térmicos. Está el local de la antigua Academia de Baile Matilde Coral, que ahora es vecina de Pureza. Magallanes, que se adentró en océanos sin término, tiene en Triana una calle diminuta. El auténtico Estrecho de Magallanes. A Panamá la empezaron a llamar en aquellos tiempos Castilla del Oro.

El Tardón, San Gonzalo y la barriada de León son zonas contiguas. Las dos primeras tienen como nexo el Rincón de Manuel Molina, de Algeciras a Estambul con los mares de Lole Montoya. El mercado de san Gonzalo y la calle Giralda son el límite antes de entrar en el barrio de León. No es una denominación geográfica. José León y León, propietario de tierras, consiguió permiso para construir una barriada. Empezó a hacerse realidad en 1923, el año que empieza la dictadura de Primo de Rivera. Un siglo de barrio coqueto, una cuadrícula de afectos y afinidades con un callejero donde casi todos los nombres son de familiares del fundador: José León, Enrique León, Regla León, Dolores León, José León Sanz, Regla Sanz, plaza de Anita (por Ana Sanz), incluido un rincón para el padre Maruri, confesor de la familia.

Una de las vecinas más populares de la barriada de León, aunque sea hija del Tardón, es Susana Díaz. En la Velá de este año va a ser proclamada hija predilecta de Triana. Es la única mujer que en cuatro décadas de autonomía ha presidido la Junta de Andalucía. Su nombramiento desató una pequeña tormenta política a uno y otro lado del puente de barcas del socialismo hispalense. Las aguas se calmaron. Ahora se han cumplido 25 años de la llegada a la Alcaldía de Sevilla de Alfredo Sánchez Monteseirín. No se le puede negar ojo clínico. En su lista, en el número 10, iba una jovencísima Susana Díaz. Por delante había otras tres mujeres, empezando por la catedrática de Literatura Piedad Bolaños, que iba de número 2. Habrá que brindar por la vecina de Triana en Casa Moreno, donde Emilio Vara conoció su nombramiento como trianero adoptivo.

El hito arquitectónico más visible de la barriada de León es la Torrecilla, que daba nombre a un antiguo cortijo. El barrio termina donde acaba la ciudad, un the end con varios nombres: Ronda de Tejares, Charco de la Pava, Muro de Defensa. La Avenida de Coria envuelve esas calles de Leones que no son del Bierzo ni de la Maragatería. Ahí está Casa Casimiro, gallegos que se asentaron en Triana en 1945, el año que nació Silvio, que era más de Los Remedios, que es la Transcastilla de Triana. En el siglo XIII se unieron Castilla y León, dos potencias de aquel tiempo. Dos siglos después, con el tanto monta / monta tanto se unen la Castilla de Isabel con el Aragón de Fernando. Los Reyes Católicos, que con la ayuda de Colón en paseo se asoman al puente de Triana.

Un león en el castillo (sin inquisidores). Una buena heráldica para Triana, que vuelve a abrir un año más su puente de Barcas y en año olímpico las competiciones de su simpar cucaña.

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