Un caso de "esclavitud moderna"

Dare Samuel Aremu denuncia que trabajaba en un hostal 74 horas semanales con un contrato de tan sólo dos. Lo contó en vídeo, fue despedido y ahora ha llevado su caso a Trabajo y a la Policía.

Dare Samuel Aremu muestra las denuncias.
Jorge Muñoz

24 de febrero 2013 - 05:03

Un vídeo de cinco minutos colgado en internet para denunciar que es víctima de un caso de "esclavitud moderna" le ha costado el puesto de trabajo y una agresión. Es la historia del nigeriano Dare Samuel Aremu, un joven de 31 años que lleva residiendo en España desde hace 12 y que a finales de noviembre comenzó a trabajar como recepcionista en el hostal Da Vinci, en pleno centro de Sevilla. Este inmigrante, que convive con una sevillana y es padre de dos hijos de 4 y 3 años, logró el trabajo gracias a un amigo suyo, que ya le explicó que tendría que trabajar muchas horas por poco dinero. Para Dare Samuel esas condiciones no suponían en principio ningún problema, puesto que necesitaba trabajar y sobre todo un contrato, porque su idea era marcharse en el futuro a buscar un empleo en Holanda o Alemania y para ello era imprescindible cotizar a la Seguridad Social. Pero lo que Dare Samuel Aremu ignoraba es que su contrato no iba a reflejar la totalidad de las horas contratadas, ni mucho menos que fuese contratado por dos horas semanales. Ocho horas al mes.

El joven asegura que trabajaba seis días a la semana, dos de los cuales hacía un turno de 17 horas seguidas -de cuatro de la tarde a las nueve de la mañana del día siguiente- y los otros cuatro días restantes entraba en la recepción a las once de la noche para salir a las nueve de la mañana. En total, 74 horas a la semana, 296 horas al mes. Y todo por un salario que no se acercaba siquiera al mileurismo. Era de 625 euros mensuales.

La primera sorpresa de Dare Samuel se produjo el día en que recibió la primera nómina y cobró su primera paga en mano. Estaba tan cansado después de 17 horas de trabajo, que cogió el dinero y la nómina, y se marchó a casa sin mirarla. Fue su mujer la que se dio cuenta de que su contrato sólo reflejaba dos horas semanales. En esa nómina aparece un salario bruto de 63,17 euros, que en neto se quedaba en 57,87. Pero él cobró lo prometido, lo que implica que le estaban pagando su sueldo en negro.

Fue entonces cuando llamó a la oficina de la empresa que gestiona el hostal y que tiene ocho establecimientos similares en la capital, para pedir explicaciones e informar de que había "irregularidades" en su nómina. La respuesta que recibió de la responsable de las nóminas fue la siguiente: "Esto es lo que hay, es lo que todos tenemos aquí, ya te lo habían dicho antes", asegura Dare Samuel.

El joven nigeriano volvió a contactar con su amigo, al que le contó lo que había sucedido y éste le comentó que si no le gustaba podría ir para que le arreglaran los papeles para el paro. "¿Pero con dos horas tengo derecho al paro?", preguntó retóricamente Dare Samuel, que a continuación intentó hablar de nuevo con la responsable de las nóminas. "Soy un padre de familia que necesito un contrato en condiciones, con la Seguridad Social en condiciones", aseguró Dare Samuel.

Después pudo hablar con uno de los hijos del propietario, quien, según el recepcionista, le dio largas y le dijo que el mes que viene le subirían el contrato, algo que Dare Samuel no creía porque su contrato finalizaba el 28 de febrero. Al día siguiente de esta conversación, indignado e "impotente" ante la situación, se decidió a grabar un vídeo relatando sus condiciones y lo colgó en Facebook y en Youtube.

Las imágenes las grabó en su lugar de trabajo, en la pequeña recepción donde pasaba tres cuartas partes del día. "Sabía que no le iba a pasar nada a la empresa aunque denunciara a la Inspección de Trabajo. Por lo menos el vídeo en internet les iba a molestar, para que la gente viese lo que está pasando allí, porque todos los trabajadores les tenían miedo", afirma Dare Samuel, que insiste en que la empresa tiene "muchas denuncias pero nunca les ha pasado nada, porque los inspectores cuando van ni siquiera hablan con los trabajadores, se limitan a subir y a bajar".

Después de colgar el vídeo, el recepcionista pasó varios días enfermo y, a su regreso, el pasado martes, fue cuando se produjeron los incidentes más graves que relata en su denuncia. Ese día llegó poco antes de las 23:00 y fue recibido por los cuatro hijos del empresario, que le esperaban tres de ellos dentro del hostal y el cuarto fuera. Cuando accedió, entró la persona que estaba fuera y cerró con llave. "Me dije: aquí va a pasar algo gordo". Y a continuación uno de los propietarios le anunció su despido: "No estás conforme con tu trabajo, estás despedido".

Dare Samuel replicó que su trabajo sí le gustaba, pero que no estaba conforme con el contrato y con lo que le pagaban, y a continuación supuestamente le coaccionaron para que borrara su vídeo-denuncia de la red. "Borra el vídeo y te pago; si no lo borras, no te pago", fueron las palabras exactas que pronunció el empresario, recuerda el trabajador. Dare Samuel se negó a destruir la grabación e intentó salir, pero entonces le "bloquearon" la salida, le quitaron el móvil con el que iba a llamar a la Policía, y comenzaron a propinarle golpes y puñetazos.

"Si espero un minuto más pensé que me iban a matar, por lo que agarré a uno de los hermanos para defenderme y con mi espalda comencé a golpear la puerta. Entonces abrieron , pero me taparon la boca con una mano. Le mordí y así pude salir a la calle". Allí fue auxiliado por una persona. "De milagro salió un chico negro y gritó: lo vais a matar, cuatro contra uno. Y ellos empezaron a llamarme ladrón y a decir que había entrado a robar". Poco después se presentó la Policía Nacional y un agente le preguntó donde había estado la noche anterior, a lo que Dare Samuel contestó que en su casa, una pregunta a la que no encontraba explicación hasta que se enteró que los propietarios le han denunciado por robo.

Tuvo que acudir aquella anoche al hospital, donde han apreciado los golpes en su cuerpo, "pero son muy profesionales, no han dejado señal alguna", advierte Dare Samuel, que se siente "impotente y defraudado por el Gobierno, porque la inspección de Trabajo no funciona", ya que no entiende cómo se permite que un hostal que está abierto 24 horas sólo tenga contratadas a tres personas durante dos horas a la semana. "Son muchas horas de trabajo, hay veces que entran y salen los huéspedes y te preguntan si vives ahí".

Ahora ha presentado una denuncia en la Inspección de Trabajo y otra ante la Policía. "Espero que se haga Justicia y que no permitan más este tipo de explotaciones. Que a mis compañeros les den un buen contrato y un buen sueldo". Lo que sí tiene claro es que trabajar tantas horas constituye una esclavitud moderna. "La esclavitud de hace un siglo era diferente: te forzaba y te llevaban a Europa a trabajar. Hoy somos nosotros los que venimos a los explotadores y les decimos usadnos".

Dare Samuel recuerda que vino a España con la ilusión "de trabajar, de ganarse la vida y formar una familia, de tener comida para poner en la mesa, pero ya están faltando cosas en mi casa y la comida no llega para los niños". Ahora mismo no puede ir al paro porque no le han entregado los papeles de su despido. En el vídeo que le ha devuelto al paro después de haber hecho prácticamente de todo -ha trabajado como mediador intercultural, en Coca-Cola, o en el Dia-, Dare Samuel concluye que actitudes como éstas sólo conducen a que los empresarios "enriquezcan su bolsillos y se empobrezca el país y sus trabajadores".

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