El caso Piskozub y las altas a personas aún convalecientes
Cáritas incide en la necesidad de una mejor atención a los indigentes con trastornos mentales.
Las altas médicas a personas que no se encuentran en condiciones para abandonar un hospital son uno de los principales problemas que padecen los sin techo, según pusieron este martes de manifiesto los responsables de Cáritas en Sevilla y Andalucía. La secretaria general de la organización, Auxiliadora González Portillo, recordó el caso de Piotr Piskozub, el joven de 23 años de nacionalidad polaca que falleció en el albergue del Ayuntamiento de Sevilla después de que recibiera el alta médica en el Hospital Virgen del Rocío y pese a que pesaba sólo 30 kilos.
Para la representante de Cáritas, este caso refleja a la perfección la insensibilidad de la ciudadanía ante las personas sin hogar. "No debe volver a pasar algo así. Cuando murió el joven polaco, todos vimos y leímos que los vecinos decían que les había llamado la atención, que estaba siempre con un cartón de vino... Es necesario actuar antes de que la situación sea tan grave", apuntó González Portillo.
Los responsables de Cáritas denunciaron que es práctica frecuente en los hospitales dar de alta a estas personas sin ser atendidas con detenimiento. El presidente de Cáritas Andalucía, Anselmo Ruiz, recordó un caso ocurrido en un hospital de Málaga donde los pacientes se encontraban en camillas en los pasillos y fueron todos dados de alta.
El problema es especialmente grave cuando se trata de personas con problemas de salud mental, algo que afecta a un elevado porcentaje de quienes viven en la calle. "No hay respuesta ágil y urgente de los recursos públicos especializados para las personas con problemas de salud mental, adicciones o el conjunto de ambas", denunció este martes Cáritas, que criticó que sólo existan tres unidades hospitalarias en Andalucía, con tan sólo 24 plazas, para las personas que presenten una patología dual (salud mental más adicciones).
En cuanto a las comunicaciones terapéuticas, existe una lista de espera para el ingreso de entre seis y ocho meses, y hasta de dos años en el caso de enfermedades mentales. Para Cáritas, esta situación ha sido provocada por la paralización y no aplicación de la ley de dependencia. "La falta de atención mediante los medios adecuados a sus características y en un tiempo prudencial acaba deteriorando gravemente a la persona sin hogar", expuso la ONG católica. Aunque existen centros y plazas concertadas, pocos son adecuados para los indigentes, pues se accede a ellos en aplicación de la ley de dependencia y el tiempo de espera es de aproximadamente dos años. Esta situación se ve agravada por la falta de coordinación socio-sanitaria, al darse de altas a personas aún convalecientes.
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