Una calle-laboratorio en la isla del calor

Cartuja Qnat

Tras un año de trabajos previos, arranca en Sevilla un proyecto que persigue transformar la avenida Thomas Alva Edison en un espacio totalmente sostenible con un microclima que baje la temperatura varios grados

La iniciativa está dotada con cinco millones de euros, el 80% procedentes de fondos europeos para la innovación

Otro paso será abrir un proceso de participación para que la ciudadanía y las empresas aporten sus ideas para los futuros usos de ese nuevo espacio revolucionario

Recreación de cómo se transformará el actual anfiteatro de la calle Thomas Alva Edison.
María José Guzmán

06 de diciembre 2019 - 06:00

Qanat es un invento persa, una infraestructura subterránea capaz de recoger y canalizar el agua de lluvia de los acuíferos y valles para transportarla hasta las ciudades y regadíos. Una solución milenaria que inspira el nombre de un proyecto, Cartuja Qnat, que pretende encontrar remedios frente a las amenazas del cambio climático. Una iniciativa de la que viene hablándose desde hace un año en Sevilla y que esta semana se pone en marcha oficialmente una vez concluida la primera fase de los trabajos previos.

El proyecto, en pocas palabras, consiste en la transformación de una de las avenidas de la Cartuja en una especie de laboratorio urbano de innovación donde se probarán técnicas que permitan adaptar las ciudades a los cambios del clima. La idea es conseguir un espacio completamente sostenible que se convierta en referencia en España y el resto del mundo. Un objetivo muy ambicioso que, de entrada, cuenta con colaboración público y privada, una garantía de éxito. En concreto, los actores implicados son el Ayuntamiento de Sevilla, la empresa Emasesa, el Parque Científico y Tecnológico Cartuja, la Universidad de Sevilla, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Innovarcilla. Sus aportaciones se suman a los cuatro millones de euros de fondos europeos procedentes de la convocatoria europea Urban Innnovations Actions.

Un nueva avenida sostenible entre el anfiteatro y el nuevo zoco.

Los plazos que se barajan apuntan que la obra se licitará en enero y que, en la misma fecha, se inicie un proceso de divulgación y participación para definir los usos y el modelo de gestión del espacio que resulte de dicha iniciativa. La intención es que participen no sólo las empresas localizadas en la isla, también trabajadores y estudiantes. Los trabajos se prolongarán durante 18 meses, por lo que no se espera que concluyan antes del verano de 2021.

David Guevara, delegado municipal de Transición Ecológica

"Se trata de hacer un espacio plenamente sostenible que sirva de referencia para el diseño del modelo de ciudad programado en el Plan Estratégico y que permita exportar soluciones técnicas a nivel nacional e internacional"

En total, el proyecto dispone de cinco millones de euros para recuperar espacios abandonados tras la Expo del 92 y crear otros nuevos. El objetivo final es conseguir un microclima, un sistema de bioclimatización que adapte este espacio al cambio climático. Para ello se construirá un qanat, un canal bajo tierra lleno de agua que unirá el antiguo anfiteatro existente en la Avenida Thomas Alva Edison con un nuevo espacio, un zoco. El resultado será un pasillo donde la temperatura bajará varios grados. Un efecto que se conseguirá también con el uso de materiales cerámicos, cubiertas vegetales, láminas, cortinas y cascadas de agua, chimeneas solares y pavimentos más fríos y drenantes.

Presentación del proyecto ante los empresarios del sector energético en la Cartuja. / Víctor Rodríguez

Según el proyecto presentado por Servando Álvarez, catedrático de la Universidad de Sevilla, la situación para mejorar la habitabilidad en la "isla de calor" en que se convierte la Cartuja en los meses estivales pasa limitar o suprimir el tráfico rodado, introduciendo la movilidad eléctrica; e incorporar en dicho espacio urbano "sumideros" medioambientales de calor constituidos por el agua, la vegetación y una pavimentación adaptada, entre otros aspectos. Sólo así se podía mantener la cultura de vivir la calle que impera en la ciudad.

El método consiste en extraer por las noches aguas subterráneas a baja temperatura, almacenarla en una acequia o qanat construida bajo la superficie, mezclarle el aire exterior a mayor temperatura para que éste se enfríe en contacto con el agua y, una vez enfriado, expulsarlo a la atmósfera durante el día para que refrigere el ambiente.

Nuevos pavimentos fríos.

Asimismo, el agua fría del subsuelo se vertería a la superficie a través de fuentes y de otras estructuras hidráulicas con el mismo fin: reducir la temperatura en la avenida, con lo que se revitalizaría la actividad en la calle gracias a las condiciones de mayor confort generadas en espacios abiertos. En resumen son métodos que ya se pusieron en marcha en la Expo del 92, por lo que no son del todo novedosos en la isla.

Cartuja Qnat está enfocado como un proyecto de innovación social, entendiéndose por tal, aquella iniciativa que aporta una solución novedosa a un problema social que es más eficaz, eficiente, sostenible o simplemente justa que las soluciones actuales y cuya aportación de valor se dirige a los intereses de la sociedad en su conjunto.

Recreación del anfiteatro.

Por tanto, bajo este paraguas, se persigue lograr un espacio lleno de múltiples actividades que se convierta en un laboratorio ciudadano social, medioambiental, político y tecnológico que anime a compartir experiencias, conocimientos e intercambio de productos y servicios. "Este sistema y este espacio podrá albergar múltiples actividades culturales, educativas, sociales, informativas, lúdicas, científicas, comerciales, de emprendimiento... y se desarrollará bajo una fórmula de gobernanza público-privada-ciudadana", según se explica en el proyecto, que ha sido presentado a los empresarios este jueves en unas jornadas destinadas a resaltar las oportunidades del parque. "Iniciativas como ésta demuestran que este recinto tecnológico no es solamente un agente clave para el futuro desarrollo económico y social de la ciudad y de Sevilla, con un volumen de facturación de 2.385 m illones de euros en 2018, sino también un importante catalizador de sostenibilidad", ha apuntado Luis Pérez, director general del PCT Cartuja.

A partir de enero, la intención de los promotores de este proyecto es abrir un proceso de participación para definir exactamente los usos que albergarán el anfiteatro y el zoco de Thomas Alva Edison. Ya hay varias ideas: una incubadora de proyectos orientados a la sostenibilidad y talleres de formación en tecnologías y soluciones de adaptación al cambio climático.

Otros proyectos que hablan de sostenibilidad en la Cartuja

Cartuja Qnat no es el único proyecto en marcha que habla de sostenibilidad en la Cartuja. También hay un acuerdo entre la Junta de Andalucía, Endesa y el propio Ayuntamiento de Sevilla para desarrollar el programa eCity o el proyecto Speedier. Los tres fueron presentados este jueves a una veintena de empresas localizadas en el Parque Científico y Tecnológico Cartuja, fundamentalmente del sector energético, en una jornada organizada entre el PCT y la Agencia Andaluza de la Energía. Speedier, otro de los proyectos en los que participa el parque, es una solución integral altamente innovadora que aplica un enfoque integrado a la gestión energética, proporciona información, asesoramiento, desarrollo de capacidades, auditorías energéticas, financiación, implementación de soluciones de eficiencia energética y seguimiento de los impactos. En concreto, Cartuja acogerá uno de los cuatro proyectos piloto previstos en diferentes países europeos en el marco del Speedier, que tiene un presupuesto de 2,1 millones de euros y está cofinanciado por el Programa Marco Horizonte 2020. El objetivo específico del proyecto es fomentar la realización de auditorías energéticas y la implantación de medidas de ahorro energético en pymes. Y el tercer proyecto estrella que habla de sostenibilidad en la Cartuja se denomina eCity Sevilla y cuenta con el impulso de Endesa. Se trata de una iniciativa pionera en Europa que plantea adelantar en 25 años los retos que deberán afrontar las ciudades del futuro. La idea es que la Cartuja se convierta en el primer entorno urbano europeo a la vanguardia de la innovación en energía renovable, transporte sostenible, edificación eficiente, datos abiertos e infraestructura digital. El proyecto contempla la posibilidad de generar energía 100% renovable con almacenamiento, aumentar en un 35% de la eficiencia energética de unos 50 edificios inteligentes y poder alcanzar un 20% del parque móvil totalmente eléctrico en 2025.

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