Las carreras con las que los sevillanos encuentran más rápido trabajo
Universidad
Ciencias de la Salud presenta los mejores datos laborales, seguidas de las ingenierías
Las facultades de Humanidades apuestan por las enseñanzas Stem para abarcar más ámbitos profesionales
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Llega la Selectividad. Este año antes de lo habitual. A partir del próximo martes más de 12.000 jóvenes se enfrentan a las pruebas que determinarán su futuro académico. Son días, por tanto, de barajar varias opciones respecto a las carreras a estudiar a partir del próximo septiembre, decisión final que queda condicionada a la nota lograda en dichos exámenes. Para esta compleja elección, resulta fundamental conocer ciertos datos sobre los estudios de enseñanza superior.
Con tal fin, las universidades aportan -cada vez con más regularidad- información sobre la situación laboral de los titulados al año de acabar el grado. Tal es el caso de la Universidad de Sevilla (US), que dispone de una herramienta con la que analiza la empleabilidad en el mercado de trabajo de quienes han sido sus estudiantes. La información parte de los datos proporcionados por el Sistema de Prospección Permanente del Mercado de Trabajo de Andalucía (Argos), dependiente del Servicio Andaluz de Empleo de la Junta de Andalucía.
Entre los aspectos que se analizan se incluye el tiempo que tarda un egresado en encontrar trabajo al año de graduarse. La carrera más rápida, según el análisis, es el doble grado de Farmacia y Óptica y Optometría, en la que el primer contrato tarda en llegar una media de 31 días, un mes. Sin duda, uno de los aspectos que más atractiva hace esta doble titulación, que tan demandada está por los jóvenes sevillanos los últimos años. Prueba de ello es que el año pasado, en la primera fase de adjudicación, la nota de corte se quedó en un 12,74, muy cerca del grupo de excelencia que conforman los estudios para los que se requieren más de 13 puntos.
La demanda de matemáticos
La segunda carrera más rápida es también un doble grado, el de Matemáticas y Estadística. Al año de titularse, sus estudiantes esperan una media de 45 días para firmar el primer contrato. Tampoco resulta extraño este corto periodo si se tiene en cuenta la alta demanda de matemáticos que existe en plena era digital. La nota de corte de esta titulación fue de 13,107 en 2023.
En el lado opuesto se encuentra el doble grado de Geografía y Gestión del Territorio e Historia. El primer contrato llega 288 días después de un año de haber acabado los estudios. Pero esta tardanza no es exclusiva de las Ciencias Sociales. Ahí están los casos del doble grado en Física e Ingeniería de los Materiales, donde la espera hasta lograr cierta estabilidad laboral se demora 249 días; en Filosofía, con 235 días; y Medicina, que alcanza los 223. En esta última no deben olvidarse los años de formación MIR para especializarse, condición indispensable para ejercer de médico.
La sobrecualificación
Uno de los datos más importantes de este análisis es la sobrecualificación. Se entiende por tal concepto los trabajadores cuyos conocimientos y experiencias están por encima de la labor que desarrollan. En este indicador los valores más altos (por tanto, negativos) se detectan en carreras de Humanidades: el doble grado de Filología Clásica y Filología Hispánica y los grados en Estudios Árabes e Islámicos, Filosofía y Lengua y Literatura Alemana. En todos ellos la sobrecualificación es del 100%, por lo que presumiblemente los egresados desempeñan funciones laborales alejadas del ámbito del conocimiento en el que se han formado. Son estudios con un gran componente funcionarial, pues la mayoría de sus titulados acaban impartiendo clases de su especialidad como profesor, con oposiciones previas. Precisamente, en Humanidades el porcentaje más bajo de sobrecualificación lo logra el doble grado de Educación Primaria y Estudios Franceses.
En el área de Ciencias, el doble grado de Matemáticas y Estadística, con un 14%, vuelve a obtener un dato bastante positivo, por lo que una gran mayoría de sus estudiantes desempeñan funciones acorde a su nivel formativo. Muy distinto a lo que ocurre en el grado de Bioquímica que imparten de forma conjunta la Hispalense y la Universidad de Málaga (UMA), donde la sobrecualificación alcanza el 73%.
Por parte de Ciencias de la Salud, en Medicina no se produce esta situación, que queda reducida a un 1%. Sí la sufren los egresados de Podología (76%) y Psicología (74%). En Ciencias Sociales y Jurídicas, de nuevo se llega al 100% de sobrecualificación en Geografía y Gestión del Territorio. El porcentaje más bajo, del 50%, se registra en el doble grado de Derecho y Economía. Dentro de las Ingenierías, la Ingeniería Química es la que peor dato presenta, con un 78% de sobrecualificación, mientras que en la Ingeniería Aeroespacial se queda en el 18%, porcentaje bastante reducido al que contribuye especialmente el empuje de la industria aeroespacial en la provincia. Una situación que también se verá mejorada con la sede sevillana de la Agencia Aeroespacial.
La empleabilidad
Los sevillanos que se presentan a la Selectividad también han de valorar, a la hora de decantarse por uno de los grados que barajen, el porcentaje de inserción laboral que presentan las carreras. Se trata de un dato de suma importancia, pues evidencia la empleabilidad de éstas, es decir, el hueco que existe para sus estudiantes en el mercado de trabajo.
Una carrera de Ciencias y otra de Ingeniería logran el 100% de inserción laboral. La primera es el doble grado en Química e Ingeniería de los Materiales (con un 11,677 de nota de corte) y la segunda es el grado en Ingeniería Electrónica (12,539). En el caso de Humanidades, el registro más abultado lo obtiene Estudios Árabes e Islámicos, con un 36%. Esta titulación se incluirá a partir del próximo curso en el nuevo grado de Lenguas Modernas, Literaturas y Culturas que estrena la Facultad de Filología de la US.
También resulta destacable la alta inserción laboral, del 93%, que consigue Podología (pese a la alta tasa de sobrecualificación que sufre) en la rama de las Ciencias de la Salud, mientras que en Ciencias Sociales el podium lo ocupa Finanzas y Contabilidad, con un 80% de sus egresados ya trabajando al año de graduarse.
Los niveles más bajos en este indicador, según las ramas de conocimiento, los aportan Filosofía (26%), Biología (24%), Biomedicina Básica y Experimental (23%), Criminología (28%) y Fundamentos de la Arquitectura (41%).
Quienes planteen acudir a la universidad no sólo deben analizar esta inserción laboral, también han de interesarse por la calidad de los trabajos. Para ello, es de gran validez atender al grado de temporalidad de los contratos. El dato más positivo viene del grado de Ingeniería de la Energía impartido por la US y la Universidad de Málaga (UMA), sólo del 6%, algo nada extraño debido a la gran demanda de estos profesionales para las energías renovables. Todo lo contrario de lo que ocurre con Medicina, en la que la temporalidad afecta al 93% de los contratos, situación que protagoniza una de las históricas reclamaciones de estos sanitarios, que exigen una plantilla estructural más consolidada.
Por áreas del conocimiento
A nivel general y por ámbitos de conocimiento, los estudios de Ciencias de la Salud presentan los mejores datos laborales. El 75% de los estudiantes se encuentra trabajando al año de graduarse, esto es, 16 puntos por encima de la media de la Hispalense. Le siguen a poca distancia las Ingenierías, con un 72%. Ya con bastante diferencia se sitúan las Ciencias Sociales y Jurídicas, donde el número de egresados con empleo es poco más de la mitad (un 51%), en Ciencias se reduce ya al 42% y en Artes y Humanidades, al 36%.
Tres conclusiones al respecto. La primera, la importante inserción laboral en el campo de la Salud obedece a la gran demanda que existe de estos profesionales, lo que sirve de argumentación a universidades privadas como la Loyola y a la futura CEU Fernando III para impartir los títulos de Enfermería y Medicina. La tercera es el gran peso que siguen atesorando las ingenierías en la Universidad de Sevilla, donde la gran cualificación de sus estudiantes sigue estando muy valorada dentro y fuera de España.
Por último, los bajos registros laborales en Humanidades lleva ya a muchas de sus facultades a replantear su programa académico. Ejemplo de esto último es la apuesta de Filología por el nuevo grado en Lenguas Modernas, Literaturas y Culturas que, con una novedosa estructura multidisciplinar, relacionará estos conocimientos con las denominadas enseñanzas Stem, lo que ampliará las expectativas laborales de los universitarios.
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