Las Carmelitas abonan 1,3 millones al Ayuntamiento de Sevilla para cerrar el convenio urbanístico

Urbanismo

El colegio Vedruna consigue dos décadas después modificar el PGOU para concentrar usos hotelero o comercial en la esquina de San Francisco Javier a cambio de esa suma y una parcela

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Vista del colegio Santa Joaquina de Vedruna desde la avenida de San Francisco Javier.
Vista del colegio Santa Joaquina de Vedruna desde la avenida de San Francisco Javier. / José Ángel García

Convenio urbanístico cerrado después de veinte años. La Gerencia de Urbanismo dio el visto bueno la semana pasada a un acuerdo por el que el colegio de Las Carmelitas de Nervión concentra en la esquina de su parcela que linda con la avenida de San Francisco Javier usos de hospedaje, oficias o comercio a cambio de ceder gratuitamente al Ayuntamiento de Sevilla una parcela de equipamientos para el barrio junto al abono de 1,3 millones, precio estimado para construir un edificio de 1.000 metros cuadrados con 20 plazas de aparcamiento.

Con los últimos cambios realizados en el convenio con fecha del 10 de diciembre de 2024, ese suelo pasa ahora a la Delegación de Patrimonio y Edificios Municipales para su inclusión en el inventario general de bienes municipales y, mientras no se destine a equipamiento o servicio público, será ocupada por el colegio como espacio libre, no albergando en la actualidad ninguna construcción.

Hace más de dos décadas que la Fundación Vedruna suscribió un convenio urbanístico de colaboración con el gobierno del socialista Alfredo Sánchez Monteseirín para facilitar la ejecución del nuevo Plan General de la ciudad, estableciéndose en el mismo los criterios para la ordenación de la parcela situada en el número 49 de la calle Espinosa y Cárcel. Esa ordenación se resumía en un terreno con una superficie de 13.468 metros cuadrados para equipamiento privado; una parcela con una superficie de 2.358 metros cuadrados con calificación de servicios terciarios en la que se distinguen dos zonas: la primera con una altura de tres plantas, una superficie de 536 metros cuadrados y una edificabilidad máxima de 1.125,6 metros cuadrados, y la segunda con una altura de cinco plantas, una superficie de 1.822 metros cuadrados, y una edificabilidad de 6.377 metros cuadrados. Además, bajo rasante se posibilitaba la construcción de un aparcamiento subterráneo de cuatro plantas.

Redistribución de los usos asignados por el Plan General
Redistribución de los usos asignados por el Plan General / Dpto. de Infografía

El colegio asumía la obligación de ceder, de forma gratuita y libre de cargas, a favor de la Gerencia un local de 1.000 metros cuadrados de superficie construido para destinarlo a usos de interés público que estaría ubicado en la zona en la que se posibilitan los usos terciarios y 20 plazas de aparcamiento. El Plan General aprobado el 19 de julio de 2006 incluyó este convenio urbanístico.

El PGOU establecía antes de la modificación dos calificaciones urbanísticas para la parcela situada en el barrio de Nervión: dotacional Educativo Privado y servicios terciarios en edificación compacta con tres plantas mirando a la calle Espinosa y Cárcel, y cinco plantas a la calle Fernández de Ribera y la avenida de San Francisco Javier. El resto de la manzana contaba con una calificación de SIPS (Servicios de Interés Público y Social) en la categoría socio-cultural, siendo este equipamiento igualmente de carácter privado. De esta manera, se conformaba una gran manzana para usos dotacionales a excepción de la franja que bordea su lindero este-sur-oeste.

La finalidad de la modificación puntual del Plan General era mejorar la funcionalidad de un centro educativo que fue construido por los arquitectos Luis Marín de Terán y Rafael Arévalo Camacho en 1966. La redistribución aprobada en la parcela ha logrado concentrar la superficie destinada a servicios terciarios en una única parcela en la confluencia de la avenida de San Francisco Javier y la calle Santa Joaquina de Vedruna. Los técnicos entienden que “la ubicación del uso terciario en esta zona resulta coherente con la distribución de usos terciarios en el entorno, desarrollados mayoritariamente en la avenida de San Francisco Javier”.

Concentrar en una parcela los usos terciarios

Con los cambios en la parcela de Las Carmelitas se asigna una mayor altura a la zona terciaria con nueve plantas “acorde a las existentes en el entorno inmediato, propiciando de esta manera una menor ocupación de la parcela que redundará en una mayor superficie de espacios libres”. El colegio cede un terreno de 1.000 metros cuadrados con catalogación SIPS que contará con tres plantas situado frente a la calle Fernández de Ribera para no afectar a las actuales pistas deportivas y graderío, instaladas en paralelo a la calle Espinosa y Cárcel, así como a las edificaciones existentes en la calle Fernández de Ribera. Por último, en la documentación se apunta que la modificación reduce la afección al arbolado que existe en las zonas libres del colegio (en concreto a esa misma calle), y mantiene unas condiciones óptimas de soleamiento de los espacios libres del centro educativo. En la valoración del impacto en la salud de esta modificación del Plan General se sostiene que tiene efectos positivos en la salud, ya que supone la mejora de la funcionalidad del colegio en lo referente a las condiciones de soleamiento de los espacios de recreo (más horas al día).

Hace unos años que hubo un empresario interesado en la posibilidad de levantar un hotel siempre y cuando se pudiese levantar el inmueble en esa esquina de una avenida de ubicación estratégica por varios factores: su conexión directa y habitualmente rápida con la estación de Santa Justa, el aeropuerto de San Pablo, y el centro histórico.

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