"Vamos a 'sacar' la Academia a la calle"
Carlos Infantes Alcón | Presidente de la Real Academia de Medicina de Sevilla
La institución cumple 322 años con el cardiólogo Carlos Infantes al frente y con un claro objetivo: dar a conocer su actividad y colaborar más estrechamente con la sociedad
El cirujano cardiovascular Carlos Infantes, nuevo presidente de la Real Academia de Medicina de Sevilla
La Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla (Ramse) es la más antigua del mundo de su clase y hoy conmemora sus 322 años. Más de tres siglos de historia en los que la sabiduría de sus miembros han hecho posible el avance del conocimiento médico y que hoy se marca nuevos retos. Acercarse más a la sociedad, colaborar más estrechamente con ella, ser más integradora o intentar una mayor presencia femenina son algunas de las líneas maestras que el doctor Carlos Infantes Alcón desgrana en esta entrevista tras sus primeros cuatro meses la frente de la institución.
–Hace relativamente poco que cogió las riendas de la Real Academia de Medicina de Sevilla, pero forma parte de ella desde 2004 cuando fue nombrado miembro numerario. Conoce bien esta institución.
–Creo que sí. La he podido vivir desde dentro desde hace ya muchos años y también la he seguido otros tantos como correspondiente cuando Juan Jiménez Castellanos era presidente, hace más de 30 años. Tengo mucha relación con ella.
–Mucha gente desconoce cuál es la función de la Real Academia de Medicina...
–Esa es justamente la pregunta queme planteé cuando cogí la presidencia. La historia nos dice que las Academias eran el máximo centro de conocimiento en el siglo XVII, pero eso fue evolucionando cuando las universidades llegaron a desarrollarse y la docencia se empezó a dar en ellas y se desplazó un poco a las academias, que quedaron relegadas a otras cuestiones como estudios y o análisis. Luego, éstas también han evolucionado y han sido desplazadas por la aparición de revistas científicas de alto nivel donde se recogen los mayores avances médicos. Pero esas publicaciones también han chocado con un nuevo fenómeno, tremendamente peligroso, como es el de las redes sociales, donde todo lo que publica un influencer con millones seguidores tiene un mayor impacto en la sociedad que cualquier trabajo científico y bien documentado. En ese punto es donde yo me pregunto qué debo hacer como presidente de la Academia de Medicina. Creo que hay que aprovechar que todos sus miembros han sido referentes para la sociedad en algún momento de sus trayectorias profesionales para ponernos por delante de lo que puede pasar, analizarlo y mostrárselo a la sociedad.
–Precisamente esa es una de las líneas maestras de su mandato según ha manifestado desde su llegada a la presidencia, el hacer más abierta a la sociedad la Academia. ¿Cuáles son sus retos?
–Vamos a sacar la Academia a la calle. La Academia siempre ha tenido las puertas abiertas para que
todo el que quisiera venir. De hecho tenemos unas sesiones casi todos los jueves del mes pero que tienen un nivel científico tan alto que al público en general no le es útil. Entonces, lo que hemos pensado, es, en lugar de tener las puertas abiertas para que la gente entre, abrir nosotros las puertas, pero para salir a la calle y brindar todo ese conocimiento del que nosotros nos nutrimos también a la sociedad en general. De ahí que estemos haciendo actividades que tengan que ver con aquello que le interesa a la mayoría, como las últimas jornadas sobre lesiones deportivas que celebramos recientemente con muy buena acogida. Tenemos que ser capaces de conectar con una sociedad que entienda unos mensajes que, a su vez, sean asequibles para todos. Por ello vamos a salir a los distritos, a los colegios mayores y otras muchas localizaciones que permitan grandes aforos.
–¿Qué líneas diría que se deberían mantener una institución centenaria y cuáles necesitan cambiar para lograr esos objetivos?
–La esencia de la Academia no va a cambiar, pero sí va a sumar. Es decir, las reuniones de todos los
jueves en los que se debaten temas científicos y que es una de nuestras señas van a seguir existiendo, pero a eso le vamos a añadir todo aquello que sea más útil a la sociedad en general, y no tan útil para nosotros mismos como lo viene siendo. Aquello que nos permita hacernos más visibles.
–En el mundo de la medicina asistencial la presencia de la mujer gana cada vez más terreno, ¿cuál es el papel femenino en la institución?
–En general, y esto no es una crítica, sino un lamento, nos cuesta mucho poder incorporar mujeres. A veces, tropezamos con que la mujer, por la presión que ha sufrido durante tanto tiempo por parte de una sociedad machista, se ha echado unas obligaciones familiares que el hombre no ha querido asumir y eso ha condicionado que muchas de ellas no hayan dedicado el tiempo necesario a la vida universitaria o de formación. Y ese es uno de mis deseos, poder llegar al momento en el que contemos con un porcentaje de mujeres que, sin llegar a aquello de la paridad que me parece ya forzar la máquina, sí nos permitiera tener un volumen de mujeres importante.
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