La capital se modernizó y mejoró sus conexiones

Las estaciones de Santa Justa y Plaza de Armas, un nuevo aeropuerto y rondas urbanas y más verde.

La oferta cultural trajo un soplo de aire fresco.

El Puente de la Barqueta.
El puente de la barqueta. / C. Koblischek
A. S. Ameneiro

20 de abril 2017 - 09:14

La Expo'92 convirtió la ciudad en una verdadera capital con mejores infraestructuras de transporte que la conectaron por primera vez en un tiempo récord con Madrid gracias a la Alta Velocidad, con nuevas rondas urbanas que comunicaron los barrios entre sí y con el centro, con amplias zonas verdes que se incorporaron a la ciudad y con equipamientos culturales de los que carecía. La invención y aplicación de un microclima para mitigar las altas temperaturas de la isla fue una de las grandes aportaciones científicas y ambientales de la Expo.

En lo cultural, la celebración de este evento mundial trajo a Sevilla espectáculos de todo tipo con las mejores óperas y las grandes figuras de la música nacional e internacional. En la isla fueron memorables los conciertos de la Plaza Sony y el ambiente de los garitos como el Kangaroo Pub.

El AVE, San Pablo y nuevas estaciones

La Estación de Santa Justa.
La Estación de Santa Justa.

El refuerzo y la mejora de las infraestructuras de transporte por aire, por tren y por carretera fue otra de las grandes contribuciones de la Expo 92 a Sevilla. La estrella fue la conexión por Alta Velocidad con Madrid porque logró abrir las fronteras de la capital andaluza y conectarla con la capital española en dos horas y media, un avance histórico. La línea se inauguró el 21 de abril de 1992 y los trenes llegaron a la nueva estación de Santa Justa, que centralizaba ya todo el tráfico ferroviario de la ciudad tras la desaparición de las estaciones de Córdoba y de Cádiz. El edificio fue diseñado por los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, que recibieron en 2014 la Medalla de Oro de la Arquitectura por parte del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España. Sevilla capital estrenó también un nuevo aeropuerto con cuatro veces más capacidad de pasajeros que el inicial y, por tanto, más acorde a una capital. El nuevo aeropuerto de San Pablo fue diseñado por Rafael Moneo, el primer arquitecto español galardonado con el Premio Pritzker, equivalente al Nobel de Arquitectura. Hoy en día recibe 4,6 millones de pasajeros al año (al cierre de 2016) y Aena ha iniciado los trámites para ampliar sus instalaciones.

La nueva estación de autobuses Plaza de Armas, en una ubicación estratégica para mejorar las comunicaciones con el Aljarafe, España y destinos internacionales, completó la oferta de la estación del Prado. La estación Plaza de Armas se incorporó a la ciudad en la zona de Chapina donde se eliminó el tapón de la dársena. Se inauguró el 31 de marzo de 1992 con 43 andenes para las 20 empresas que operan allí.

Siete nuevas vías para el tráfico

El puente del V Centenario
El puente del V Centenario / D.S.

La ciudad se dotó con 75 kilómetros más de rondas de circunvalación y avenidas que mejoraron la comunicación entre los barrios y de estos a su vez con el centro. Las siete grandes rondas son las siguientes. La primera ronda de circunvalación de Sevilla, la SE-30, con más de 15 kilómetros, fue una de las nuevas vías que contribuyeron a aliviar el tráfico de la ciudad, especialmente el paso de los vehículos pesados, gracias a su enlace con las autovías de Madrid, Huelva, Cádiz, Málaga y la carretera de Utrera. Veinticinco años después la SE-30 está más que saturada pero aún no han llegado las inversiones estatales suficientes para concluir la segunda ronda de circunvalación (SE-40) con 77 kilómetros llamados a descongestionar la primera ronda.Otra ronda importante que se construyó para la Expo fue la Ronda Norte, que distribuye el tráfico hacia Torneo, el Tamarguillo y el eje San Lázaro-Camas. La tercera, con seis kilómetros, fue la ronda María Auxiliadora-Los Remedios (José Laguillo-Av. Kansas City-Luis de Morales-San Francisco Javier-Cardenal Bueno Monreal-Puente de las Delicias-Av. Juan Pablo II). La cuarta, la ronda de Pío XII con dos kilómetros y medio comunica internamente las barriadas de la zona Norte de la ciudad.

La quinta, la ronda de Triana es la prolongación de López de Gomara hasta Chapina. La sexta, la ronda del Tamarguillo ( Alcalde Manuel del Valle-Éfeso-Ada-Av. Utrera Molina- Clemente Hidalgo-Ronda del Tamarguillo, bifurcándose después entre Alfonso Lasso de la Vega y Marqués de Luca de Tena) se extiende en 10 kilómetros que conectan los barrios del sector Este desde la Palmera a San Jerónimo. La séptima ronda va desde San Lázaro a Felipe II.

Del microclima a lo verde

La capital se modernizó y mejoró sus conexiones
La capital se modernizó y mejoró sus conexiones

La gran revolución para mitigar las altas temperaturas de la ciudad fue el microclima creado por los expertos Jaime López de Asiaín (arquitecto), Valeriano Ruiz Hernández (físico) y Ramón Velázquez Vila (ingeniero), creadores y artífices del legado científico, tecnológico y ambiental más importante de la Exposición Universal de Sevilla. Los tres reciben hoy por la tarde (20:00) un premio por esta labor por parte de la Red Sevilla por el Clima. La segunda revolución ecológica que trajo la Expo fue la construcción de cuatro nuevos parques: dentro de la isla, el metropolitano del Alamillo, los Jardines del Guadalquivir y el Jardín Americano (con especies del continente americano muy valiosas), y fuera de la Cartuja, el de San Jerónimo. El Parque del Alamillo es el mejor de la ciudad: ocupa 120 hectáreas de la zona norte de la Isla de la Cartuja, entre los cauces antiguo y nuevo del río Guadalquivir, que fue recuperada para la ciudad con motivo de la celebración de la Expo'92. Simultáneamente a la construcción de la Exposición Universal, la Junta de Andalucía puso en marcha un proyecto destinado a crear un gran parque urbano, que recrease el paisaje natural del bosque mediterráneo pero que estuviese, a la vez, perfectamente equipado para garantizar la comodidad de sus usuarios.

El Parque de San Jerónimo, con 15 hectáreas, ocupa gran parte del terreno sobre el que se situó uno de los viveros creados para la producción y el cuidado de las plantas destinadas al ajardinamiento de la Cartuja con motivo de la Expo. Los jardines del Guadalquivir (8 hectáreas) y Americano (3 hectáreas) se construyeron dentro del proceso de reforestación de la isla. La Ronda Norte que se hizo para la Expo partió en dos el Parque de Miraflores.

Espectáculos y conciertos como nunca

La capital se modernizó y mejoró sus conexiones
La capital se modernizó y mejoró sus conexiones

La explosión cultural que trajo la Exposición Universal de 1992 con las mejores óperas, conciertos de artistas nacionales e internacionales, un cine espacial y todo tipo de espectáculos supuso un antes y un después para la ciudad y sus habitantes. Todo un soplo de aire fresco y de modernidad que permitió a la capital salir de su ensimismamiento provinciano. Meses antes de la inauguración un hito memorable fue Leyendas de la Guitarra que trajo a grandes artistas como B. B. King, Bod Dylan, Paco de Lucía, John McLaughlin, Vicente Amigo, Roger Waters, Les Paul, Steve Vai, Roger McGuinn y Joe Satriani. Sevilla se benefició de la construcción de equipamientos que quedaron aquí para siempre, como el Teatro de la Maestranza, el Teatro Central, el Auditorio de la Cartuja, y la recuperación del monasterio de la Cartuja que acogería luego el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). La isla fue a diario un contenedor de espectáculos creativos e imaginativos, desde las cabalgatas con carrozas que desfilaban por sus calles hasta los conciertos de los mejores artistas en la Plaza Sony. El Palenque, ya desaparecido, y el Kangaroo Pub fueron lugares habituales para el encuentro de los más marchosos. El lago central donde se ubicaban los pabellones autonómicos acogía cada noche un espectáculo audiovisual sobre el agua similar al que ofrece en la actualidad Isla Mágica, así como conciertos.

El cine espacial Omnimax, explica Legado Expo, fue una de las pantallas más impactantes y de mayor éxito en la Expo que ofrecía interesantes documentales cuyas imágenes casi se podían tocar. Se situaba en la única zona que logró salvarse del incendio del pabellón de los Descubrimientos. Se trataba de una pantalla semiesférica de gran tamaño inscrita en una cúpula de 24 metros de altura, lo que le permitía una sensación de realidad o presencia física de las imágenes.

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