Cuando cantar bingo es ilegal
La ONCE estima que diez asociaciones en Sevilla recaudan dos millones de euros anuales por la venta de cupones de lotería ilícita
Comprar un cupón en la calle, aunque sea con fines solidarios, puede ser ilegal. Su similitud con los boletos impresos de la ONCE confunde a los ciudadanos, que adquieren lotería a asociaciones como la OID (Organización Impulsora de Discapacitados). Esta entidad se aprovecha del sorteo diario de la Organización Nacional de Ciegos Españoles para ofrecer sus productos fraudulentos.
El jefe de la unidad adscrita de la Policía Nacional a la Junta en la provincia de Sevilla, Gabriel Fernández Rey, explica que la mayoría de los vendedores de la OID no están dados de alta en la Seguridad Social y que los sorteos no abonan las tasas fiscales correspondientes para la Hacienda Pública. La organización, por tanto, se aleja del fin social por el que dice que lucha. El delegado territorial de la ONCE en Andalucía, Ceuta y Melilla, Cristóbal Martínez, sostiene que el trabajar con discapacitados es sólo una excusa de la OID para operar con el juego ilícito.
Martínez estima que las asociaciones que promueven los sorteos ilegales, unas 10 en España, recaudan alrededor de dos millones de euros anuales en la provincia de Sevilla y emplean a alrededor de 100 vendedores. El representante de la ONCE, aun así, agradece la labor de la Policía Autonómica: "Aunque disolver las redes es difícil, luchan por acabar con este fraude y su actividad destaca a nivel nacional".
Los compradores son estafados. El jefe provincial de la Policía de la Junta advierte que los consumidores de la lotería ilegal no tienen ninguna garantía de que vayan a cobrar el premio. "Muchos no se atraven a denunciar, porque creen que van a recibir el dinero prometido a plazos", explica Fernández. El número premiado de las asociaciones de rifas ilegales siempre coincide con el que sortea la organización de ciegos.
Requisar los boletos a personas discapacitadas en la calle puede estar mal visto por los transeúntes. Los agentes, comenta el jefe provincial, optan por expropiarle los cupones a los altos mandos de las asociaciones que ofertan lotería ilegal para evitar que se lleguen a poner en venta.
En las peñas y asociaciones de vecinos gusta jugar. Un pasatiempo tan inocente como el bingo también puede ser estar fuera de la legalidad. El problema viene cuando los cartones cuestan lo mismo que los que se venden en un salón recreativo regulado. "Para que esté permitido, la recaudación diaria tiene que ser cinco veces menor que el salario profesional mínimo, que es de 50 euros", señala el jefe provincial de la unidad dependiente de la Consejería de Justicia. Estos clubes proliferan en zonas marginales y en lugares poco transitados, como en los polígonos. Los dos últimos que se desmantelaron se ubicaban en Los Palacios.
El juego clandestino reporta los mayores beneficios económicos en los casinos. Quienes frecuentan estos clubes ocultos suelen hacerlo para el blanqueo de dinero. Los establecimientos son denunciados principalmente por la competencia, es decir; por los locales que sí tributan. En ocasiones son los propios vecinos los que avisan a la Policía. "Ven que por la madrugada no paran de llegar coches de lujo a un chalé y se asustan", cuenta Fernández.
Así sucedió en marzo del año pasado, cuando la Policía de la Junta desmanteló el mayor casino ilegal de Andalucía, que se situaba en la exclusiva urbanización de Mairena del Aljarafe Simón Verde. Los agentes requisaron más de tres millones de euros en fichas y 15.000 en metálico. "La investigación duró tres meses. Teníamos que intervenir cuando estuviéramos seguros de que iba a haber una partida en la que se moviera mucho dinero", comenta el jefe policial.
Fernández destaca que la operación fue complicada porque la casa contaba con cinco cámaras de videovigilancia que permitían a los responsables del casino ilegal controlar toda la calle donde se ubicaba. Las fuertes medidas de seguridad, señala el agente, permitían detectar la presencia policial y evitar los atracos, "ya que éstos no los podrían denunciar". "No hemos vuelto a clausurar ninguno más, pero hay investigaciones abiertas", subraya.
Unas prácticas tan inocentes como ilegales. Que los discapacitados estén vendiendo lotería en la calle puede ser ilícito. Las reuniones de ancianos en torno a la mesa donde el bombo reparte suerte, también. Para que los juegos sigan siendo tan inofensivos como parecen, el consumidor de cupones debe cerciorarse de que su premio procederá de la ONCE. Y el que busca cantar bingo, no puede apostar más que unos céntimos si su cartón no fue comprado en Hacienda.
No hay comentarios