Beltrán Pérez: "No me he cansado nunca de la vida municipal"
Política
Lleva dieciocho años como concejal, asegura que deja la portavocía del PP “sin rencores ni reproches” y emprende su particular aventura en la privada
Sevilla/Cubana blanca. Puntualidad sorprendente. Tiene el día ya cargado de citas relacionadas con su futuro inminente en la empresa privada, donde navegará por varios sectores sin dejar de ser concejal. Beltrán Pérez, que lleva desde 2003 en el Ayuntamiento, lo tiene claro: “Tengo que cumplir mi compromiso con los ciudadanos. No me parecía honroso irme a otro destino político. Mi plan es abandonar la política definitivamente, dejar la primera línea. Al servicio del Partido Popular estaré siempre”.
Cuando mataron a Alberto y Ascen en enero de 1998, fecha que marca un antes y un después en la ciudad y en el PP, Beltrán era un cachorro de Nuevas Generaciones que pronto empezaría a brillar en tertulias locales de televisión. “Nos quedamos conmocionados con el atentado. Sí, después me fogueé en debates con gente como Lolo Silva”, que fue concejal de gobierno con IU”.
En 2003 fue el último concejal en entrar por el PP: el numero doce. “Aquellos años la política municipal tenía más nivel. Habías más medios de comunicación pendientes del Ayuntamiento. Ahora la opinión pública ha dejado de mirar a la Plaza Nueva y su Ayuntamiento ha dejado de mirar los verdaderos problemas de la ciudad. Hay menos medios, barridos muchos por la crisis, sólo han resistido los mejores. Y la política, en general, se ha degradado y desprestigiado. Antes la política era una actividad de prestigio”.
Reconoce que el tercer mandato de Monteseirín se crispó mucho la vida municipal. Beltrán fue un ariete contra aquel gobierno. “Había políticos fuertes que buscaban siempre el enfrentamiento y la confrontación. La confrontación no es mala si genera un beneficio para la sociedad, igual podríamos decir de la crispación que genera el debate político”. Dieciocho años son muchos en un Ayuntamiento: “Nunca me he cansado de la vida municipal, jamás. De la política te pueden cansar otras cosas y ciertas actitudes, pero no la vida municipal. Y lo digo como municipalista puro y convencido”.
Con Monteseirín, alcalde de 1999 a 2011, polemizó en muchas ocasiones hasta el punto de llegar algunos asuntos hasta el juzgado. “Alfredo ha sido el último alcalde que ha transformado la ciudad a costa de crispar mucho el ambiente. Tuvimos muchos desencuentros. Hemos tenido posteriormente encuentros encantadores. La ciudad acaba haciendo justicia con lo bueno que han hecho sus alcaldes. Y la memoria ya se encarga de eliminar lo malo”.
Se esperaba que hubiera tenido un peso político mayor en el gobierno de los 20 concejales de Zoido, pero no fue así.
-¿Con Zoido pagó usted el precio de decirle la verdad?
-Sí.
-¿Se arrepiente?
-No, pero pude haber dicho la verdad de una forma más dulce.
Se queda con ganas de hablar más de Zoido: “Fue el alcalde que le tocó lidiar con la época más complicada desde el principio de la democracia. Se hizo un gran trabajo para poner al día la ciudad. No tuvimos un segundo mandato para disfrutar de aquellos logros imperceptibles para el ciudadano. Hubo una gestión muy buena, quizás se descuidó la parte política. Espadas, en cambio, ha hecho muy buena gestión política y de comunicación sobre su persona, pero la gestión es bastante mala. Espadas es el alcalde que ha conseguido que las buenas formas cuenten más ante el electorado que el fondo, que una gestión inexistente”.
Deja la portavocía tras perder el congreso provincial: “Dicho así puede parecer escandaloso para el lector. Que un proyecto político cuajado, con buen tono en las encuestas sea derribado... es injusto. Yo dejo de ser portavoz porque se me cierra la posibilidad de ser candidato a la Alcaldía”.
Tantos años dan para recuerdos ingratos, como las pintadas en en el coche o los insultos recibidos en las manifestaciones que se organizaban en la Plaza Nueva. “Y también que alguien no sea candidato a la Alcaldía por un posicionamiento en un congreso provincial. Lo digo sin reproche, sin rencor y con pleno agradecimiento al partido por la oportunidad que me ha dado”.
¿Se pueden hacer amigos en la política? “Es casi imposible poder hacerlos. Pero algunos salen. En la política confluyen tres factores, al margen del servicio público, que son la capacidad de mover dinero, el poder y la notoriedad, factores capaces de corromper al ser humano. Por estos tres motivos se han hecho el 99%de las guerras. Es difícil que haya gente que se resista a todo eso para mantener una amistad o una lealtad. Aun así hay excepciones agradables dentro de la política”.
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