Candy, el maltratador trans de Sevilla, queda en libertad y niega la agresión a la Policía

El altercado, en el que Candy asegura que no tocó a los agentes, se produjo la noche del martes en la Macarena

Se le imputan los delitos de atentado, lesiones y amenazas

Candy muestra su DNI, en el que figura como mujer, en una entrevista con este periódico.
Candy muestra su DNI, en el que figura como mujer, en una entrevista con este periódico. / Juan Carlos Vázquez

Candy, el maltratador trans, quedó en libertad con cargos este miércoles tras ser detenido la noche anterior como presunto autor de una agresión a unos policías nacionales. Los hechos ocurrieron en la avenida Doctor Fedriani sobre las nueve y veinte minutos de la noche. Se le imputan los delitos de atentado, lesiones y amenazas. Pasó a disposición del juzgado de Instrucción número 7 de Sevilla, que estaba en funciones de guardia de detenidos. Este órgano acordó su puesta en libertad provisional.

El caso de Candy se dio a conocer este verano, después de que el abogado de su ex pareja denunciara públicamente que se había cambiado de sexo para eludir su ingreso en prisión para cumplir una condena por violencia machista. El altercado con la Policía nada tiene que ver con el caso de malos tratos por el que fue condenado ni con las denuncias de su ex pareja, si bien se produjo un día después de que este letrado, José Antonio Sires, pidiera que le pusieran una pulsera telemática o su ingreso en prisión por el riesgo que entrañaba para la integridad de la víctima.

Candy negó a este periódico que agrediera a los agentes de la Policía y relató su versión de los hechos. Según ella, salía de una asociación de vecinos de la Macarena, donde habían estado jugando al bingo con una amiga, cuando vio que le estaban abriendo el coche. Se trata de un vehículo de alta gama, un BMW Serie 7. Vieron incluso al ladrón en el momento en que huía. Su amiga vio un coche de la Policía Nacional un poco más adelante y se dirigió al vehículo para contarle a los agentes lo que había ocurrido. Candy llegó instantes después con su coche, que colocó detrás del patrullero.

Allí comenzó una discusión que fue subiendo de tono, si bien Candy asegura que no tocó en ningún momento a los policías. Sin embargo, se le ha detenido por atentado, lesiones y amenazas, tres delitos. Fue trasladada a los calabozos de la Jefatura Superior de Policía, donde pasó la noche del martes al miércoles, mientras su amiga fue atendida por una herida en la cabeza en el Hospital de Valme. Según Candy, le apretaron tan fuerte las esposas que luego no se la podían quitar y tuvieron que ir los Bomberos a cortarlas. Asegura también que pidió un habeas corpus. El coche fue trasladado al depósito de la grúa municipal.

Testigos presenciales aseguran que la amiga de Candy agarró del pelo y tiró al suelo a una agente de la Policía, lo que motivó que el resto de funcionarios intervinieran para reducirla. Candy también golpeó a los policías y fue detenido pro ello, según esta versión. Luego siguieron dando golpes y voces en el patrullero cuando estaban arrestados. En varias ocasiones, los testigos sostienen que Candy se dirigió a los policías diciendo que él es una mujer.

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