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Nueve de cada diez casos de cáncer de pulmón están relacionados con el tabaco

Semana europea del cáncer del pulmón

El Hospital Macarena promociona su prevención con una consulta para dejar de fumar y ofrece al paciente un tratamiento individualizado diseñado en una comisión multidisciplinar que decide la terapia más efectiva

De un diagnóstico tardío a una larga supervivencia

El equipo de profesionales que componen la comisión multidisciplinar de cáncer de pulmón del Hospital Macarena. / H. U. V. M.

La relación entre el cáncer de pulmón y el hábito de fumar es directa. Tanto, que nueve de cada diez casos de esta enfermedad están relacionados con el tabaco. Así lo constata el jefe de Neumología del Hospital Virgen Macarena, Agustín Valido, que apunta que el 88,9% de los 180 casos de cáncer de pulmón que se diagnosticaron el año pasado en el centro se podrían haber evitado si esos pacientes no hubieran sido fumadores.

"Es un dato muy importante porque tenemos que tener en cuenta que lo destacable de la relación del tabaco sobre el cáncer de pulmón, no es sólo que es su principal origen, sino que, además, es evitable", recalca Valido.

Eso sí, existen claras diferencias entre la incidencia en hombres y mujeres. Aunque el número de féminas que fuman cada vez es mayor y eso tiene también su reflejo en los casos de este tipo oncológico, lo cierto es que aún son muchos más los varones fumadores que desarrollan un cáncer del pulmón con una amplia mayoría de hombres diagnosticados (73,8%), en los que se encuentra una tasa de tabaquismo del 95,4% frente al 61,7% en el caso de las mujeres (26,2%).

Además, y quizás menos conocidas, advierte el neumólogo, son las "distintas ramas de influencia" que el tabaco puede llegar a tener en el cáncer de pulmón y que van mas allá de su origen, afectando de forma directa en cómo va a desarrollarse o va a ser la supervivencia del paciente una vez diagnosticada la enfermedad.

Una vez detectada la enfermedad, para proceder con el tratamiento más efectivo posible, el Hospital Virgen Macarena instrumenta una comisión multidisciplinar donde se decide para cada paciente la terapia más oportuna. Esta comisión, compuesta por profesionales procedentes de las unidades de Cirugía Torácica, Anatomía Patológica, Radiología, Medicina Interna, Oncología Médica-Radioterápica y Neumología, valora, entre otras cuestiones, si la persona debe someterse a un tratamiento oncológico o a una cirugía.

"La persistencia de la exposición a los componentes nocivos del humo del tabaco influye negativamente en las posibilidades terapéuticas para el cáncer de pulmón. En caso de la cirugía provocando un mayor número y gravedad de complicaciones operatorias y en los tratamientos quimio y radioterápicos serán menos efectivos en aquellos que mantengan el hábito tabáquico", destaca el doctor Valido.

Con estos datos, resulta innegable la importancia del abandono del hábito tabáquico para la prevención del cáncer del pulmón. Pero es igualmente trascendente que éste se produzca en el momento del diagnóstico, ya que el hecho de continuar fumando ensombrece el pronóstico de la enfermedad con una clara disminución de la supervivencia en dichos casos.

No es tarea fácil. Según destaca Valido, el 40% de los pacientes con cáncer de pulmón está fumando en el momento del diagnóstico y no todos lo dejan una vez conocen su enfermedad. Para entenderlo, avisa el doctor, hay que partir de la base de que el tabaquismo en sí está reconocido como una enfermedad crónica adictiva y es, además, la más prevalente que afecta a la humanidad. "No hay que entenderlo como un vicio porque no lo es. Los fumadores no fuman porque quieren, es que no les queda otra", manifiesta.

Afortunadamente, el cuerpo humano tiene una gran capacidad de recuperación y es posible lograr mejorías muy importantes al dejar de fumar y, tan significativas, que suponen años de vida ganados. En este sentido, algunos de los recursos que el centro sanitario pone a disposición de la ciudadanía que quiere dejar de fumar es la consulta de Deshabituación Tabáquica, que depende del servicio de Neumología. Su principal objetivo es prevenir el número de casos de cáncer de pulmón y por ella pasan cada año unos 800 pacientes nuevos desde que comenzara a funcionar en 2006 con una tasa de éxito superior la 50% a los seis meses. Los pacientes llegan a ella derivados tanto desde otras consultas de especialidades del hospital, que también afrontan enfermedades relacionadas con el tabaco, como puede ser cardiología o endocrinología, y también desde Atención Primaria.

Una mujer se enciende un cigarrillo. / Juan Carlos Vázquez

Pero, ¿cómo se deja de fumar? Agustín Valido ofrece una primera clave. "No hay una receta igual para todos los pacientes". La terapia dura tres meses y comienza con una entrevista para conocer cuál es su situación de forma personalizada, para después establecer un plan de actuación que les ayude a abandonar el consumo, para posteriormente realizarles un seguimiento. Aunque el día D, es decir, el límite para que los pacientes abandonen el tabaco, suele fijarse en ese plazo el tratamiento de cada cual concluye "cuando el paciente logra dejar de fumar", subraya Valido.

Estar inscrito en el programa de deshabituación tabáquica del Macarena es imprescindible para acceder al tratamiento farmacológico, que es "una de las patas" de la terapia. "Hacemos un perfil para determinar cual de los fármacos que tenemos disponibles, actualmente son dos los que hay financiados, con perfiles distintos, y vemos cual es el que viene mejor a cada caso", explica el doctor. Esto lleva asociado una terapia psicológica conductual es decir, orientaciones verbales para reforzar y modificar conductas saludables que lleva a cabo una psicóloga especializada en tabaquismo quien, en conjunto con el neumólogo, evalúa el procedimiento posterior a esa primera visita.

Los beneficios para la salud que tiene abandonar este hábito se empiezan a notar a las ocho horas de fumar el último cigarro, según algunos estudios. Tiempo en el que se reduce a la mitad el nivel de nicotina en sangre y se normalizan los niveles de oxígeno. En las primeras 24 horas se disminuye el riesgo de muerte súbita y se elimina el monóxido de carbono en sangre. A las 48 horas, explica Valido, los cambios son ya "clarísimos" en la frecuencia cardiaca, la temperatura, la percepción de olores, la capacidad de respirar y las sensaciones. "Es esto último lo que más satisfacción me produce y que se repite con más frecuencia en las consultas. El cambio de vida que provoca el dejar de fumar en los pacientes. Cuando lo dejan se sienten libres, no dependen del tabaco, y a eso es a lo que vienen realmente, a cambiar su forma de vivir sin depender de la nicotina", destaca.

Además, sin olvidar la importante asociación que tiene el consumo de tabaco como principal causa del cáncer de pulmón, pero también con otras enfermedades (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, Cardiopatía isquémica, Insuficiencia cardiaca, Diabetes Mellitus...) y que también complicarán y condicionarán los resultados para estos enfermos.

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