"Mi hija pasó de ser una niña sana a fallecer por un linfoma en 48 días"
cáncer infantil
Setefilla y Darío perdieron a su hija de tres años a causa de un linfoma hace diez y con motivo de este aniversario han organizado la iniciativa 'El sueño de Eugenia' en forma de cena de gala benéfica
Las entradas están agotadas, pero la familia pide "un empujón más" a través de donaciones a la Fila 0
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El cáncer infantil cambió la vida de los Gómez-Urribarri Jiménez hace diez años. La segunda hija de esta familia sevillana fue diagnosticada cuando tenía tres años de un linfoma en el abdomen y falleció en sólo 48 días. Ahora su objetivo es llegar a alcanzar el sueño de que ningún niño, ni ninguna familia, tuviera que pasar por la situación que ellos vivieron.
Esto le ha llevado a crear la iniciativa El sueño de Eugenia en forma de cena de gala benéfica para recaudar fondos a beneficio de Andex, la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Andalucía, para que se siga investigando.
La cita, este viernes en la Hacienda Torre Doña María (Dos Hermanas), llega con todas las entradas vendidas desde hace aproximadamente un mes. Pero Setefilla y Darío, padres de la pequeña Eugenia, creen que aún se puede hacer mucho más y se han lanzado a la promoción de la Fila 0 a través de redes sociales para que "engordar al máximo" la recaudación.
"El sueño de Eugenia simboliza el sueño de que ningún niño, ni ninguna familia, tuviera que pasar por lo que nosotros pasamos. Es un mundo donde los niños sigan jugando, riendo y creciendo sin preocupaciones, donde puedan alcanzar sus propios sueños y vivir una vida plena", explica Setefilla.
"Queremos que el legado de Eugenia se convierta en una promesa de vida, y que gracias a su sueño, podamos ayudar a que otros niños tengan la oportunidad de crecer sanos y felices. Pero, sobre todo, queremos visibilizar el cáncer infantil y cómo hay que apoyar a la investigación y a las familias que pasan por esto y necesitan mucho apoyo, en todos los sentidos", añade.
Para colaborar con la Fila 0, los interesados pueden hacer sus aportaciones a través de la plataforma Vivetix, que es donde se han comercializado las entradas, con diferentes opciones desde los 10 euros a los 200, o mediante una transferencia bancaria a la cuenta ES52 2100 3916 9202 0000 5878, indicando en el concento 'El sueño de Eugenia'.
La iniciativa, la primera que organiza la familia, contará con una cena tipo cocketl, actuaciones musicales o subastas benéficas, con la ayuda altruista de empresas locales y amigos de la familia. Nace de las "vueltas y vueltas" que da la cabeza de Setefilla, siempre con su hija en el recuerdo.
"En verano, en una de esas vueltas que le doy a la cabeza, se me ocurrió que, como este año hace diez que se nos fue, podríamos hacer algo especial, siempre para recordarla, y agradecer a todas aquellas personas que nos acompañaron durante todo ese proceso, y no nos han soltado todavía de la mano, y aparte recaudar fondos para ayudar a otras familias que lamentablemente pasan cada día por esta circunstancia. Cuando es un niño el que enferma se necesita muchísimo apoyo, tanto de logística, como económico y creemos que si de algo tan negativo se puede sacar algo positivo, compensará a pesar de toda la carga emocional que para nosotros supone", indica Setefilla.
Cuando la palabra cáncer demontó la vida de esta familia, Setefilla y Darío tenían otro hijo mayor, de cinco años. Hoy tienen una tercera, Sofía, que llegó tras la pérdida de Eugenia como "un regalo a su hermano". La mujer incide en que Eugenia "fue una niña sana hasta los tres años". Cuenta que la llevó al pediatra porque le salió una "mijita" en la piel, que parecía una varicela, pero lo descartaron. La volvió a llevar días después para ver cómo había evolucionado. Hasta aquí todo normal. "Mi hija estaba aparentemente sana hasta el punto de que la recogí del comedor del colegio a las tres de la tarde tan normal para llevarla a su pediatra de nuevo. Pero allí, no le gustó nada lo que vio y ya me remitió a la realización de una ecografía y otras pruebas", relata Setefilla.
"De ahí pasamos directamente al Hospital Virgen del Rocío con un linfoma diagnosticado. Estaba llena de líquido linfático y no le había dado nada la cara. Allí se nos desmayó y la llevaron directa a la UCI, donde estuvieron 48 días intentando salvarle la vida, sin que finalmente se pudiera. Fue todo muy rápido. Hoy recuerdo mucho más duro aquel 10 de octubre cuando empezó todo que el 27 de noviembre que es cuando falleció. Recogerla del colegio como una niña sana a las tres de la tarde y que a las ocho te digan que se está muriendo es como si te atropellara un coche", concluye emocionada.
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