"El cáncer está dejando de ser una enfermedad mortal"
Miguel Ángel de la Rosa
El catedrático de la Hispalense cree que la cita científica en Fibes servirá de escaparate para los importantes avances de la investigación bioquímica española.
-¿Es exagerado decir que habrá un antes y un después en la historia científica de Sevilla tras este congreso?
-Yo no me atrevería a tanto. Más que de un antes y un después de lo que podemos hablar es de la culminación de un esfuerzo importante de investigación en España. Si el Congreso Internacional de Bioquímica y Biología Molecular se celebra en Sevilla y España es porque realmente hay un trabajo continuado de miles de científicos. Es un reconocimiento internacional a nuestro esfuerzo en el campo de la bioquímica.
-¿Por qué España tiene tan buenos bioquímicos pero no destaca en otros campos del saber?
-Hay muchas ramas en las que España tiene una gran trayectoria. Pero es cierto que tiene muy buenos bioquímicos, entre otros factores, porque entre los fundadores de la especialidad había muchos españoles: por supuesto el gran patriarca, Severo Ochoa, pero también nombres de la categoría de Alberto Sols, Julio Rodríguez Villanueva, Manuel Losada Villasante, Santiago Grisolía...
-¿Las administraciones han facilitado la celebración de este Congreso?
-Cuando presentamos la candidatura y ganamos, en 2006, estábamos en una situación económica muy distinta. Entonces todo eran apoyos y palmadas en la espalda. La situación cambió radicalmente con la crisis. Es cierto que hemos contado con el apoyo total de parte de la Administración, tanto del Estado como de la Junta. Es por parte de la ciudad de Sevilla donde hemos encontrado menos apoyo económico, quizás porque es donde las circunstancias son más difíciles. Por ejemplo, teníamos previsto inaugurar la ampliación de Fibes y no fue posible por los retrasos. No hemos querido forzar la situación.
-Las cifras del Congreso son, cuanto menos, impresionantes: seis premios Nobel, 2.500 investigadores. ¿De qué se siente especialmente orgulloso?
-Como presidente de la Sociedad Española de Bioquímica me siento satisfecho de enseñar lo mejor que tenemos en la casa. En ese sentido, tenemos unos 30 conferenciantes españoles, una manera de enseñarle al mundo lo que se hace en nuestro país. Nos estamos mostrando al mundo en todo nuestro esplendor.
-Este congreso hace mucho hincapié en abordar las investigaciones de forma multidisciplinar. Como catedrático de Hispalense, ¿cree que la universidad española está a la altura de esta nueva cultura científica?
-La universidad española todavía tiene mucho camino por recorrer en este sentido. La ciencia es una cuestión de equipo. Se ha hecho un esfuerzo muy importante, pero todavía el sistema sigue basándose en el voluntarismo. Entre los profesores, investigar es una opción personal y la tiene que desarrollar haciendo un esfuerzo extra, robándole tiempo a la familia, porque la obligación se sigue limitando a la actividad docente.
-En este congreso se van a poner sobre la mesa avances importantes en la lucha contra el cáncer, el párkinson o el alzhéimer. ¿Destacaría alguno?
-En este sentido, animo a los lectores a que acudan a la mesa redonda que se va a celebrar en la Maestranza el viernes por la tarde (20:00 horas), donde estarán dos científicos españoles de primer nivel, como son Carlos López Otín y Joan Massagué Solé, que están realizando un trabajo excelente en el avance contra el cáncer.
-¿Estamos cerca de la curación del cáncer?
-Lo mejor que podemos decir en este sentido es que el cáncer está dejando de ser una enfermedad mortal de necesidad para, en el peor de los casos, convertirse en una enfermedad crónica. Hoy en día tenemos métodos más que suficientes para poder controlar el cáncer.
-Durante la inauguración del congreso estuvo muy presente la inquietud por los recortes en investigación. Dicen que pueden acabar con toda una joven generación de investigadores. ¿Comparte esta preocupación?
-Sí. Llevamos ya cinco años de recortes continuados. Los primeros años pudimos vivir un poco de las reservas que teníamos, pero estos fondos ya se han agotado, lo cual es muy peligroso. El problema no es tanto los cerebros que se puedan ir como los cerebros que se están formando en el extranjero y que no vamos a poder recuperar. En época de crisis se puede recortar y dejar un puente o una carretera a medias, y luego, cuando la situación mejore, retomar las obras. Sin embargo, en el caso de los laboratorios, de la ciencia, no funciona así. Si un grupo de investigación se queda sin financiación durante uno, dos o tres años, evidentemente muere y volverlo a poner en marcha significa partir de cero.
-En España no hay cultura científica, algo directamente relacionado con la carencia de una divulgación de calidad. Este congreso, sin embargo, se ha decidido a sacar la ciencia a la calle.
-Creo que ha sido un esfuerzo bastante importante para que la ciudad se beneficie también de lo que se está haciendo aquí en Fibes. Queremos explicarle a la gente el trabajo de estos científicos en sus laboratorios, porque, al fin y al cabo, son los ciudadanos, con sus impuestos, los que pagan la mayoría de las investigaciones.
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