El camión de Lipasam que mató a una mujer hizo una maniobra prohibida
sucesos | la investigación de la muerte de una vecina de palmete
La Justicia investiga al conductor por un delito de homicidio imprudente
El atestado de la Policía Local constata que el empleado daba marcha atrás cuando arrolló a la víctima
El camión de Lipasam que atropelló mortalmente a una mujer de 40 años el pasado 10 de abril en Palmete iba circulando marcha atrás, en lo que todo apunta a una clara maniobra antirreglamentaria. Así consta en el atestado que la Policía Local hizo del accidente, elaborado por la Oficina de Gestión de Atestados (OGA), la unidad de este cuerpo que se dedica a la investigación de siniestros de tráfico. En este documento, al que ha tenido acceso este periódico, la Policía acredita este extremo con varias pruebas, tanto por los vestigios recogidos en el lugar de los hechos como por el posicionamiento GPS del camión de Lipasam.
El caso está en manos del juzgado de Instrucción número 8 de Sevilla, que ya ha tomado declaración como investigado al conductor de Lipasam. Se le imputa un delito de homicidio imprudente. En su declaración, el trabajador de la empresa municipal de limpieza negó que estuviera realizando esta maniobra prohibida. También se han citado a varios testigos de los hechos, algunos de los cuales han corroborado que el camión iba dando marcha atrás cuando atropelló a la mujer.
La víctima es María Luisa Pleguezuelo, de 40 años. Deja marido y dos niñas pequeñas, de cinco y nueve años. Esta mujer, vecina del barrio, fue atropellada cuando cruzaba la calle Ayamonte, sobre las diez y veinte minutos de la mañana del 10 de abril. Murió en el acto. La Policía Local llega a la conclusión de que el camionero circulaba marcha atrás por varios factores. En primer lugar, el vehículo no presentaba restos biológicos algunos en el eje delantero. Sí los tenía en los dos ejes traseros, "observándose proyección de sangre en la zona exterior de la barra trasera portamatrícula y en la zona superior de la caja contenedora de la carga, proyectada de abajo hacia arriba y hacia atrás".
También había restos biológicos de la víctima, a unos 15 metros de la posición del cadáver, junto a una mancha de sangre también con proyección hacia atrás. "Desde estos restos se observa reguero de sangre e igualmente restos biológicos de órganos hasta la posición final del cadáver", apunta la Policía Local en su informe. Además, hay gotas de sangre por proyección hacia atrás sobre los coches que estaban estacionados en batería junto al lugar del atropello.
Tras la primera inspección ocular, la Policía solicitó al juzgado el histórico de movimientos del camión mediante el dispositivo GPS que los vehículos de Lipasam llevan insertados. Los investigadores realizaron un informe sobre los movimientos del camión, que indicaría una maniobra de marcha atrás "en virtud de la hora, la velocidad y la posición GPS". Dos altos cargos de Lipasam apuntaron ante la juez de Instrucción 8, Reyes Flores, que los GPS que utiliza la empresa son antiguos y han podido fallar, pero no deja de llamar la atención que el único error en toda la jornada fuera el de la calle Ayamonte. El abogado de la familia de la mujer atropellada analizó todo el recorrido del camión desde que inició el servicio a las seis de la mañana. El histórico de movimientos refleja que el camión circuló hacia delante durante todo el itinerario seguido aquella mañana, salvo en el momento del accidente.
La acusación particular, que ejerce en nombre de la familia de la víctima el abogado Javier Jaenes, del bufete Montelirio, defiende que María Luisa Pleguezuelo estaba cruzando por el paso de peatones de la calle Ayamonte, cuando fue arrastrada hacia atrás por el camión de Lipasam. Un testigo presenció cómo el camión iba marcha atrás por la calle Ayamonte en sentido hacia la calle Trigueros, aunque no pudo ver a la persona atropellada. Otra testigo manifestó que veía a la víctima cada mañana volver de dejar a las niñas en el colegio y "siempre, siempre" cruzaba por el paso de peatones.
Los vecinos del barrio aseguraron a la juez que la maniobra de marcha atrás es habitual entre los conductores de Lipasam que prestan servicio en la calle Ayamonte. En esta vía hay tres grupos de contenedores. Es habitual que se recojan primero los dos de los extremos y el que está en la mitad se deje para el final dando unos metros marcha atrás, ya que así se ahorran llegar hasta una rotonda y dar toda la vuelta a la misma para continuar el itinerario establecido. Los testigos sostuvieron que es habitual que los empleados de Lipasam desayunen en un bar que hay junto a la farmacia de la calle y que dejen el camión en doble fila junto al segundo grupo de contenedores, para así no impedir incorporarse a la circulación a los turismos estacionados en batería. Uno de los vecinos añade: "Y luego cuando han terminado de desayunar dan marcha atrás y salen por la calle Gibraleón, ya que si siguen hacia delante por la calle Ayamonte tienen que girar a la derecha por la calle Cartaya y, como hay una mediana con el parque infantil antes de la Glorieta Forja XXI, tienen que hacerla entera y tardan más en hacer su ruta".
El conductor que provocó el atropello se había reincorporado recientemente después de sufrir un accidente en el que volcó otro camión. Tenía una lesión en el hombro. El empleado de Lipasam negó en su declaración judicial que fuera dando marcha atrás en el momento del atropello, algo que le acarrearía una falta grave y probablemente la pérdida del empleo. El trabajador lleva en Lipasam desde 2001 pero no suele hacer el servicio de recogida de basura urbana. Sólo llevaba una semana en este servicio, sin que tuviera una ruta concreta asignada, sino que cada mañana se le ordenaba una zona en la que era necesario un refuerzo. La ruta de la calle Ayamonte sólo la había hecho la mañana anterior al accidente.
Al llegar a este lugar, un compañero le indicó que siguiese adelante porque él ya había recogido el primer grupo de contenedores. Al iniciar de nuevo la marcha "notó algo en las ruedas traseras pensando que era una bolsa de basura, pero luego pensó que no porque hubiese estallado con el peso, por lo que paró el camión y se bajó para ver qué es lo que había atropellado, quedándose en shock cuando vio el cuerpo de una persona en la rueda trasera". El conductor insistió varias veces en que no metió la marcha atrás en ningún momento.
En una de las respuestas, dijo que "sabe que para circular marcha atrás tiene que extremar las precauciones", pero insistió en que "por más que se le indique que los indicios muestran que circuló marcha atrás, él no lo hizo". Es más, dijo que llega a pensar que la atropelló otro camión conducido por un compañero y que él no la vio y le pasó de nuevo por encima. Por ello, la acusación particular pedirá la imputación de este otro trabajador.
La acusación particular pedirá más imputaciones
El abogado que representa a la familia de la víctima, Javier Jaenes, explicó a este periódico que María Luisa Pleguezuelo era vecina del barrio y "por tanto conocedora de todas las calles y la circulación de vehículos en la zona". El letrado calificó de "excelente, impecable y muy profesional" el informe de la Policía Local, que, junto con los dispositivos técnicos obrantes en el camión, muestra "sin ningún género de dudas que el atropello fue marcha atrás". El abogado añadió que el cadáver quedó debajo del vehículo. "Hubo arrastre del cuerpo, así lo indican tanto la autopsia como el informe de la Policía Local. Por eso nosotros defendemos que la víctima cruzaba por el paso de peatones. "También hay que decir que los vecinos ya venían denunciando la peligrosísima maniobra que hacían los camioneros de Lipasam en esta calle desde hace mucho tiempo para ahorrarse recorrido. Además, es una zona en la que ellos desayunaban y aparcaban en doble fila". El letrado de la acusación anunció que solicitará nuevas diligencias en la fase de instrucción. Entre estas pruebas están la declaración como investigados de otros trabajadores y directivos de Lipasam. El abogado recordó que el autor del atropello había sufrido recientemente un accidente y tenía una limitación funcional en el hombro izquierdo. "Desde la propia empresa apuntan que también estuvo de baja por depresión. Incomprensiblemente se le coloca en uno de los puestos más técnicos", concluyó Jaenes, que calificó de "repugnantes" algunas de las declaraciones de altos cargos de Lipasam, que apuntaron la posibilidad de que la mujer quisiera quitarse la vida.
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