Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Lleva meses subida en el vagón de su particular montaña rusa: la carrera por la presidencia del PP de Sevilla. Es miércoles de Feria, el cansancio se acumula y no precisamente por las horas de jarana, sino por las tensiones de alto nivel que ha vivido en lo personal y que han sacudido a la formación de centro-derecha como nunca hasta ahora. Virginia Pérez, portavoz del Grupo Popular en la Diputación Provincial, salió victoriosa en la madrugada del sábado por 24 votos. Quizás lo más importante no sea la exigua cantidad de sufragios de ventaja, sino que le ha hecho frente en condiciones de igualdad -de tú a tú- al habitualmente todopoderoso aparato oficial del partido. Ella es la ganadora tras un año en el que han sucedido cosas nunca acontecidas antes en el PP sevillano, donde hasta ahora los presidentes se habían ido sucediendo sin mayores traumas. Virginia Pérez ha encabezado el denominado bando crítico, amparado por el vicesecretario general del PP, Javier Arenas, e impulsado desde el grupo municipal por el concejal Beltrán Pérez, con apoyos destacados en la provincia como Juan Ávila, alcalde de Carmona. Se han impuesto al bando oficialista, encabezado por Juan Bueno, todavía presidente, e impulsado por los ministros Cospedal y Zoido, con avalistas de referencia como José Luis Sanz, senador y alcalde de Tomares.
Virginia Pérez, de 37 años, es la presidenta electa del partido en virtud de un resultado electoral y de un acuerdo privado por el que el segundo en liza (Juan Bueno) se tendrá que retirar de la carrera y no comparecer como aspirante a la presidencia en el congreso provincial del 21 de mayo. El documento sí obliga a Virginia Pérez a designar a un secretario general de entre una terna que deberá presentarle el equipo de Juan Bueno, presidente saliente. El comité ejecutivo y el comité electoral se elegirán también de forma proporcional, un pacto que obliga a convivir a dos partes enfrentadas por decisión unilateral de la sede de Génova, que ha querido evitar a toda costa un congreso con dos listas.
Las primeras reflexiones de Virginia Pérez apuntan a la difícil digestión que algunos aún padecen tras el resultado de las elecciones internas y a las previsibles complicaciones que podrán derivarse del cumplimiento de las condiciones que recoge un documento impuesto por Madrid a través de la estructura regional: "Es cierto que hay quienes no aceptan los resultados. El Comité de Derechos y Garantías del partido, en Madrid, se tendrá que pronunciar sobre una denuncia que no me preocupa lo más mínimo. Aquí ha habido más de cinco mil votantes, unos resultados que hay que respetar y punto. No es la hora de las pataletas. Mis compañeros de candidatura se pondrán en contacto con los compañeros de la candidatura de Juan Bueno para aplicar cuanto antes el documento suscrito con anterioridad a las elecciones, un documento que ya dije que no era de mi agrado, pero que toca cumplir con la mejor voluntad". Pérez admite la complejidad de los tiempos que se avecinan: "Es un documento difícil de gestionar, que deja estrechos márgenes de maniobra y que para ciertos nombramientos se basa en los porcentajes de las urnas donde se votó la presidencia, que son del 49% y del 51%, respectivamente. Será tremendamente complicado hacer algo digno, pero habrá que intentar formar equipo con los compañeros de la otra candidatura con los que exista mayor afinidad, que los hay".
Basa la premura en comenzar a trabajar en una realidad palmaria del PP sevillano: "Tenemos treinta municipios sin estructura de partido en la provincia. Y veinte localidades sin concejales del PP. Nos hemos pasado un año en blanco y eso no puede ser. El PP de Sevilla debe salir cuanto antes de la situación de interinidad porque tenemos las elecciones municipales más cerca de lo que algunos se creen. Y está todo por hacer, todo. Hay que empezar a trabajar ya".
Pérez tiene claro que desea a un hombre como secretario general. Considera que hay compañeros del bando contrario con la que puede entenderse, caso de Juan de la Rosa, portavoz adjunto del Grupo Popular en la Diputación, con quien trabaja a diario en las mismas dependencias; Eloy Carmona, diputado provincial y ex secretario general del PP, con el que también coincide cada día en la Diputación, y Andrés Parrado, actual secretario general. "Esa terna podría ser buena, la cordialidad es posible con todos siempre y cuando no se hayan traspasado ciertos límites, siempre que no se hayan pasado de las cuestiones políticas a las personales, lo que ha sucedido en muy contados casos. Por eso le digo que hay muchos nombres con los que se puede trabajar". Entre esos nombres cita a prácticamente todos los que han formado parte del bando oficialista, incluido José Luis Sanz, senador y alcalde de Tomares: "Mire usted, ni estoy loca, ni soy una kamikaze, ni me tiro a piscinas sin agua. Lo que le insisto es que son difíciles de coser la situaciones en las que se han llegado a aludir a cuestiones personales, pero esos casos están muy contados, son muy pocos. Todo lo demás es reconducible, porque todos, absolutamente todos, tienen algo que aportar".
Tiene clara la lista de urgencias en el partido: "Hay que ponerse a cerrar muchos temas. Tenemos que sentarnos ya a cumplir el acuerdo firmado. Hay que trabajar ya las ponencias del congreso, como ocurre con la ponencia política, hay que activar nuestro muy necesario debate de ideas, que debe marcar la hoja de ruta del PP de Sevilla de los próximos años".
La presidenta electa no oculta que habrá reformas, cambios de caras en algunos cargos, movimientos más que previsibles. "Hay que cambiar el PP de Sevilla, lo han dejado claro las urnas. Hay que estar más presentes en la realidad social, hay que atender de otra forma los distritos y los pueblos. Hay que cerrar ya la batalla de las papeletas. El que quiera seguir con esa batallita, allá él, pero ya no es la hora de esos debates. ¿Cuánto más hay que esperar para empezar las labores de reconstrucción en este partido?. Hay que asumir los resultados, ser valientes y constructivos. Entiendo que hay gente con miedo y con incertidumbres. Sólo trabajando se convierte la incertidumbre en certidumbre".
Evita, por el momento, las referencias a puestos concretos donde los cambios están cantados: "Habrá que tomar decisiones en todos los ámbitos. Cambios tiene que haber, los cambios son irremediables. No he venido a hacer lo mismo, no he luchado lo que he luchado ni he llegado hasta aquí para que todo siga igual".
La presidenta electa del PP sevillano, Virginia Pérez, acudió ayer a la recepción de turno en la Caseta Municipal. A esa hora se conocía ya que el vicesecretario de Organización y Formación del PP andaluz, Toni Martín, estaba refrendando una vez más el resultado de las elecciones internas del viernes, en las que Pérez ganó a Juan Bueno, todavía presidente, por una diferencia de 24 votos. Martín aseguró que el comité organizador del congreso no ha apreciado ninguna incidencia como para modificar el resultado. Virginia Pérez se hizo una foto de familia en la Caseta Municipal tanto con sus leales, el sector crítico, como con los miembros del sector oficialista que también participaron en la recepción, caso del propio portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento, Alberto Díaz, o del ex secretario general del partido, Eloy Carmona, ambos en la imagen junto a Virginia Pérez y Beltrán Pérez, entre otros.
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