El cambio de la calle Baños no funciona bien
Pocos respetan el tramo final peatonal y San Vicente es una pista de aceleración
La calle Baños se ganó teóricamente para los peatones prohibiendo el paso en el tramo final y desviando hacia San Vicente el tráfico que va al parking de la Plaza de la Concordia. Sin embargo, los vecinos de la zona confirman que los peatones no disfrutan de ese tramo final porque son constantes los coches, motos y demás vehículos (los residentes acreditados y taxis sí pueden pasar) que se saltan las prohibiciones de paso.
Es llamativa esta infracción cuando hay siete señales verticales (informativas, de prohibición y hasta una luminosa) que advierten del cambio y de la máxima penetración. Eso indica que las señales sirven para poco. Los vecinos de San Vicente creen que unas señales de prohibido el paso serían más útiles que las que se han colocado de circulación prohibida (fondo blanco y borde rojo).
La Policía Local pone freno a las infracciones imenos de lo esperado, ya que acude unas pocas horas, sanciona y se va. "Aquí pasa un coche saltándose la prohibición y le siguen otros detrás. Cuando no está la Policía Local van a toda velocidad", lamenta un frutero de la calle, que recalca que la obra para cambiar la apariencia de este tramo habría evitado tanta infracción si se hubiera hecho en su momento.
La cuestión es que el Ayuntamiento no da fechas sobre el inicio de esta obra en Baños para poner aceras y calzada a la misma altura. Ni siquiera confirma que sea este verano.
Lo mismo sucede con la obra de Cardenal Spínola, que requiere una reforma urgente pero carece de fecha de inicio, aun cuando esta vía estrecha, declarada zona 20 con prioridad para peatones y ciclistas, está invadida por los coches que se cuelan por el tramo oficialmente peatonal de Baños. Los vecinos no dan crédito a lo que sucede. El problema se extiende a otras calles residenciales aledañas antes tranquilas que se han llenado de coches que buscan cómo salir de la zona.
Tras el cambio de Baños, San Vicente ha empeorado pese a ser una zona 20 con prioridad a bicis y peatones. La queja de los residentes es que esta última calle se ha convertido en una pista de aceleración para los coches por la excesiva anchura de la calzada (3 metros); el malestar por el empeoramiento de la seguridad vial es tal que van a presentar al Ayuntamiento un informe jurídico que avala la aplicación de las medidas para calmar la velocidad del tráfico que Movilidad hasta ahora ha rechazado.
Más pasos de cebra donde los bolardos se recoloquen para estrechar la calzada y dejar aceras con más espacio al peatón es una de las medidas que reclaman, así como regular el acceso de tráfico al parking desde Torneo, aprovechando la existencia de las cámaras.
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