Epicentro de la música y ruta de la devoción

La calle dedicada al Gran Poder es una de las más señeras de la ciudad. Vía larga, que conecta la Plaza del Duque con la calle Calatrava, es el itinerario elegido por muchos devotos para acudir a venerar al Señor en su basílica de la Plaza de San Lorenzo. También es una calle que suena a gloria, epicentro de la música de Sevilla con hasta tres edificios dedicados al aprendizaje. El conservatorio Cristóbal de Morales ejerce de dinamizador, que diría un moderno, de la vida cotidiana de la calle. Hasta sus aulas acuden a diario centenares de alumnos y con ello se benefician los comercios que se encuentran en la zona: bares, papelerías, tiendas de instrumentos... si usted tiene suerte puede que durante algún paseo pueda escuchar algún canto o el bello sonido del piano en un ensayo.

Llamada calle de las Palmas hasta que en el año 1900 se dedicó al Señor, siendo la primera calle de la ciudad en nombrarse para una imagen de Semana Santa, la calle comienza a la sombra de la antigua iglesia de San Hermenegildo. Este templo levantado en el siglo XVI por la Compañía de Jesús ha sido sede del Parlamento Andaluz. Tras varios lustros de abandono, la imperiosa rehabilitación integral del edificio comenzó tras el verano. Una vez terminada, este gran contenedor cultural debe erigirse como otro foco de atracción de personas.

Los jesuitas han estado muy presentes en la calle Jesús del Gran Poder desde el siglo XVI, pero lamentablemente hace un par de años dejaron la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, templo que guarda la tumba del venerable padre Tarín, muy visitado. Aunque hubo hermandades que se interesaron por la iglesia tras la marcha de los jesuitas, el Arzobispado decidió que pasara a la delegación de Juventud de la Archidiócesis de Sevilla. Además del hueco dejado por los jesuitas, la calle Jesús del Gran Poder tiene un enorme vacío desde el 16 de octubre de 2000. En esa aciaga tarde, unos viles asesinos de ETA mataron en su consulta al coronel médico Antonio Muñoz Cariñanos.

La calle Jesús del Gran Poder se puede dividir en dos, incluso en tres tramos bien diferenciados. El primero se extiende desde el Hotel América, que perdió su clásica cafetería amarilla, al cruce con Conde Barajas. Es aquí donde se encuentran la mayoría de los comercios. Se echa de menos a Magdalena Mill y su tienda pionera Mundo Cofrade. Sobreviven al paso de los años la farmacia de Lourdes Delso, el Herbolario Sattva, el zapatero Alfonso o las antigüedades. También la administración de Lotería y el estanco. El local en el que en su día se encontraba El Disparate está cerrado. En el lugar en el que la calle se estrecha una placa recuerda que allí se encontraba la Farmacia Militar cuando el edificio formaba parte de la Capitanía General. Entre todo este tejido tradicional se ha colado una lavandería típica americana.

El segundo tramo de Jesús del Gran Poder arranca en la esquina de Conde de Barajas, donde se encuentra La Azotea, uno de los buenos negocios de restauración de la zona. Tras años ofreciendo una imagen muy lamentable, en estos días se culmina la reparación de la fachada del edificio principal del conservatorio. Frente por frente, permanece cerrado el Cine Alameda, que tanto nos hizo disfrutar. Las casas sevillanas notables se mezclan con las construcciones anodinas de los años 60 y 70. Tampoco faltan los apartamentos turísticos, con varios complejos.

Jesús del Gran Poder cuenta con una oficina de Correos y la discoteca Holiday. En este tramo los vecinos sufren los estragos de la movida de la próxima Alameda. Desde la Casa de las Sirenas al final, la calle tiene un marcado carácter residencial.