¿De quién es el cadáver hallado en el Alcázar? ¿Cuál es la historia de la niña? Un CSI en Palacio
Sorprendente hallazgo en el Real Alcázar de Sevilla
Las pruebas de ADN y Carbono 14 arrojarán importantes datos sobre el cadáver de la niña descubierto en la capilla del Palacio Gótico
¿Quién es este personaje y qué hace aquí? Estas son dos de las preguntas que estén en el aire tras el asombroso hallazgo de un enterramiento en la capilla del Palacio Gótico del Real Alcázar. El pasado martes el equipo de arqueólogos encabezado por el profesor Miguel Ángel Tabales destapaba un ataúd que contenía los restos de una niña de unos cinco años de edad y que, por el contexto funerario, podría datar de la Baja Edad Media. Era la primera vez que se encontraba un cadáver durante unas obras en el Real Alcázar de Sevilla, por lo que el acontecimiento ha despertado una gran expectación. Desde entonces han comenzado a realizarse toda una serie de estudios y análisis que deberán arrojar luz sobre la escena y dar una respuesta a las muchas cuestiones abiertas. La tarea es apasionante. Un auténtico CSI en Palacio.
Aunque la vida real dista mucho de lo que los guionistas escriben para una serie de televisión, la realidad siempre acaba superando a la ficción. A los responsables de la popular serie ya les gustaría haber tenido un argumento así, el histórico escenario y esta protagonista. La actividad es frenética en la capilla del Palacio Gótico o del Caracol, mandado a construir por el rey Alfonso X el Sabio tras la Reconquista, siendo la primera construcción cristiana del Alcázar. En el suelo, sobre una tela, se han depositado cuidadosamente los restos del cuerpo y los diferentes elementos que están aflorando, como restos del ataúd de madera, sedimentos de todo tipo, o telas.
En un breve paréntesis de esta apasionante y delicada tarea, el profesor Tabales atiende a este periódico para explicar la relevancia del hallazgo y contar hacia donde se dirigen las pesquisas: “Estamos ahora limpiando los restos y hay que hacerles pruebsa de ADN y Carbono 14. Lo sorprendente es que haya aparecido quitando sólo una losa. Se ha conservado bastante bien. Todo apunta, salvo rareza, que tiene que ser alguien importante. Estamos hablando de la capilla real del Palacio Gótico. Ahí no se entierra a cualquiera”.
Aunque también cabe la posibilidad de que el enterramiento pudiera estar distorsionado, los elementos aparecidos dejan poco lugar a la duda. Se trataría de un cuerpo que tendría unos 700 años de antigüedad, de poco tiempo después de la construcción de este espacio, que data, aproximadamente, de la década de los años 60 del siglo XIII. Miguel Ángel Tabales sostiene la teoría de que bajo la capilla hay una cripta, como sería usual, por lo que se muestra muy confiado en que puede haber más enterramientos. Para obtener datos concretos van a hacer un escáner del subsuelo con el georadar.
El arqueólogo, que lleva trabajando varias décadas para el Real Alcázar, advierte en cualquier caso de que el escenario puede estar muy alterado por el propio devenir histórico del palacio y la propia capilla, que ha tenido siete u ocho pavimentos distintos a lo largo de su dilatada existencia y ha sufrido obras para la instalación de los azulejos en el siglo XVI o el altar en el siglo XVIII. Además, resultó gravemente dañada por los terremotos de 1755 y 1356.
El antropólogo Juan Manuel Guijo está trabajando junto al equipo de Tabales para descubrir todo lo posible sobre la enigmática niña. La primera tarea es corroborar la cronología de los restos: “Tiene el aspecto de ser bastante antiguo, pero a veces hay aspectos que se pueden escapar. Los objetos pueden dar una cronología precisa y el contexto arqueológico es bastante rotundo, pero vamos a hacer la prueba del Carbono 14 para asegurarnos. El sujeto tiene también bastante pelo en algunas zonas del cráneo, por lo que se podría hacer un análisis de ADN en los bulbos de las raíces que nos puede permitir conocer su linaje o la procedencia geográfica”.
Tras el inventario anatómico y la datación de la cronología, que determina la manera de afrontar el hallazgo, Guijo señala la necesidad de analizar, por ejemplo, si el cuerpo fue embalsamado y conserva restos, lo que llevaría a la búsqueda de semillas, plantas y otros elementos: “En la alta sociedad era normal enterrar a los cadáveres con flores, esencias y perfumes, aceites, e incluso vino. Es interesante saber si conserva algo. Si hubo embalsamamiento sabremos que pertenecía a un estrato elevado, porque la Iglesia no lo permitía, pero con ellos hacía la vista gorda”. El antropólogo estima que si el plomo no ha alterado la química de los huesos, se podría hacer incluso un estudio de paleodieta que ofrecería unos datos muy interesantes sobre la alimentación.
Las posibilidades y los estudios que pueden llevar a cabo los investigadores son muchos, por lo que habrá que tomar decisiones, como asegura Tabales: “Tendremos que ver con el Alcázar qué hacemos con esto. Hasta dónde es preceptivo llegar o hasta dónde puede llegar el Ayuntamiento”.
En este sentido, Antonio Muñoz, delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, destacó las continuas tareas de investigación y rehabilitación que se hacen en el monumento: “Podemos estar ante una cripta por la ubicación de este sarcófago, pero serán los trabajos que vamos a desarrollar las que determinen si se trata de una enterramiento aislado o no. La investigación durará entre 4 y 8 meses y también se determinarán otros aspectos relativos al cadáver de la niña”.
Unas tareas que, sin duda, revelarán mucha información sobre el enigmático personaje.
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