En busca de la decoración perdida del Ayuntamiento de Sevilla
Solicitan que se investigue si el mural pictórico realizado para la Exposición del 1929 permanece oculto bajo las bóvedas de la Casa Consistorial para su recuperación
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Una petición para resolver un misterio de más de 90 años en el Ayuntamiento de Sevilla. Alberto Cañas Pérez ha solicitado por escrito al alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, que se realicen las pruebas necesarias para saber si la decoración pictórica que realizó su abuelo, Manuel Cañas Martínez, permanece oculta bajo las sucesivas capas de pinturas en las bóvedas de las escaleras de la casa consistorial. Alberto Cañas lleva años estudiando y sacando a la luz la importante obra de su abuelo, un artistas indispensable en la Sevilla de 1929. Fruto de este trabajo, descubrió hace unos años que las bóvedas de la escalera principal del Ayuntamiento fueron pintadas con motivo de la Exposición Iberoamericana. Ahora, a penas cuatro años del centenario de esta importantísima celebración, anima al Ayuntamiento a realizar las catas oportunas y, si se descubriera que la decoración sigue oculta, a recuperarla con motivo de la efemérides.
Por tradición oral familiar, Alberto Cañas sabía que su abuelo paterno había pintado las bóvedas de la escalera del Ayuntamiento, pero nadie sabía nada más al respecto. Así que se puso a investigar en las actas de entre 1915 y 1929. La perseverancia dio sus frutos, y en uno de los libros encontró la aceptación por parte del arquitecto municipal del presupuesto de Manuel Cañas para decorar las bóvedas. Esta labor investigadora y el afán por sacar a la luz la gran obra de su abuelo, muy visible en la ciudad, pero a la vez muy desconocida para los sevillanos, le llevó a hallar igualmente los asientos contables, los informes del arquitecto, la factura del artista y una carta del mismo reclamando al alcalde el pago de las 14.971, 59 pesetas que costaron los trabajos realizados.
Manuel Cañas Martínez fue el encargado de realizar esta decoración en el año 1929 dentro de la reformas y mejoras que se llevaron para acoger las recepciones y festejos de los diferentes congresos llevados a cabo con motivo de la Exposición Iberoamericana. Las pinturas apenas estuvieron un par de años a la vista, puesto que se ocultaron con la llegada de la Segunda República.
El arquitecto municipal, en uno de los documento hallados por Alberto Cañas, fechado el 12 de julio de 1929, describía a la perfección cómo eran las pinturas realizadas por Manuel Cañas para este espacio que debía sorprender a los visitantes: “En su centro, el escudo de España rodeado en faja circular por los diez escudos de los pueblos cabeza de partido de la provincia. En los cuatro ángulos entre dicha faja circular y otra rectangular decorada en estilo renacimiento en colores, dos escudos antiguos y dos modernos de este ciudad. Finalmente, en la comisa que sostiene el techo, decoración con inscripción dorada del lema de Sevilla. Todo pintado con colores en dorado y plateado la parte heráldica que lo requiere”.
Lamentablemente, esta fastuosa decoración realizada por Cañas estuvo muy poco tiempo visible. La llegada de la Segunda República, el 14 de abril de 1931, supuso que se taparan, aunque el nieto del artista no ha podido encontrar documento alguno que explique cómo se pudo realizar esta operación de ocultación del trabajo de su abuelo. Lo normal, que es como se actúa en estos casos, es que se taparan con cal antes de pintar de nuevo encima. Esta práctica, como se ha demostrado en otros monumentos e iglesias de la ciudad, conserva las pinturas que hay debajo, por lo que sería muy probable que la obra de Manuel Cañas permanezca bajo el actual enlucido esperando para ser rescatada del olvido. Unas simples catas arrojarían luz sobre su existencia.
Para estudiar la posible presencia de las pinturas, y su recuperación, Alberto Cañas contactó con el académico y catedrático de Conservación y Restauración de la Universidad de Sevilla Francisco Arquillo. El prestigio so profesor se ha ofrecido a intervenir y participar en la recuperación si fuera necesario.
En el escrito enviado a Sanz, Alberto Cañas concluye afirmando que “la recuperación de las pinturas significaría salvar un importante patrimonio cultural de Sevilla, en un edificio que es casa de todos los sevillanos y que sería un hito para celebrar en 2029 el primer centenario de la Exposición Iberoamericana”.
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