Los bomberos creen que la Policía griega quería darles un escarmiento

Se prevé que lleguen a Sevilla el martes sobre las 21:00. Otro equipo de cooperantes, entre los que se encuentran cuatro bomberos sevillanos, ha llegado a Lesbos como cuarto relevo para continuar con el rescate de personas a la deriva.

Los bomberos creen que la Policía griega quería darles un escarmiento
Los bomberos creen que la Policía griega quería darles un escarmiento
N. M. · T. P.

18 de enero 2016 - 05:03

Los tres bomberos sevillanos liberados la noche del pasado sábado en Lesbos (Grecia) llegarán mañana martes, sobre las 21:00, a casa. Hoy lunes tienen previsto partir en un ferry hacia Atenas, donde tomarán un avión hasta Sevilla. Julio Latorre, José Enrique Rodríguez y Manuel Blanco permanecieron detenidos durante tres días, desde el pasado jueves hasta el sábado, acusados por tráfico de seres humanos y posesión de armas cuando se encontraban en misión humanitaria con la ONG Proem-Aid, dedicada al rescate de personas a la deriva. Tras prestar declaración ante el juez, los tres agentes sevillanos fueron puestos en libertad la noche del pasado sábado bajo una fianza de 5.000 euros cada uno, que tienen que abonar en el plazo de un mes.

Ayer domingo otro equipo de voluntarios de Proem-Aid llegó a Lesbos. Este nuevo dispositivo continuará con la misión humanitaria y entre sus miembros se encuentran cuatro bomberos sevillanos (Joaquín Marín, Francisco José García y José Amor, que forman parte del cuerpo de la Mancomunidad del Aljarafe; y Alberto Alcaide, del cuerpo del Ayuntamiento de Sevilla); un bombero onubense, Eugenio Mantero; y un voluntario de Alicante, Jorge Gómez. Se trata del cuarto relevo de Proem-Aid en Grecia y todos, salvo Amor, participan por primera vez en la misión humanitaria.

En cuanto al proceso en Grecia que afrontan Julio Latorre, José Enrique Rodríguez y Manuel Blanco, la investigación permanecerá abierta en los tribunales helenos de modo que los jueces pueden requerir de nuevo que presten declaración en Lesbos. Mientras tanto la Proem-Aid ha comenzado iniciativas en las redes sociales, concretamente ha abierto una cuenta en Facebook, para tratar de reunir los 15.000 euros que exigen los jueces helenos de fianza. El presidente de la ONG, José Antonio Reina, explicó que los tres bomberos no disponen del dinero suficiente para asumir ellos mismos este gasto, ni tampoco la asociación, pero Proem-Aid "buscará el modo de conseguirlo". La ONG también contactará con un despacho de abogados español, según explicó Reina, para que les aclare los términos de la sentencia dictada en Grecia, y actuar en consecuencia.

José Enrique Rodríguez, uno de los voluntarios liberados, afirmó ayer a través de Canal Sur Radio que la Guardia Costera griega "quería dar un escarmiento" con las detenciones. José Enrique Rodríguez recordó que, hasta la detención, habían realizado "rescates en coordinación con los guardacostas griegos, pero según como nosotros queríamos", por lo que los arrestos, en su opinión, pueden ser "un toque de atención por parte de la Guardia Costera para decir que allí mandan ellos, y que todos debemos adaptarnos y coordinarnos a su manera de funcionar". El voluntario, no obstante, ha criticado que "este posible escarmiento se les fue totalmente de las manos, porque no nos han impuesto una multa o sanción administrativa, sino que se nos ha acusado de un delito muy grave como es el tráfico de personas".

Otro de sus compañeros, Julio Latorre, apuntó, en una entrevista difundida por la Cadena Ser, que las detenciones podrían estar debidas a "que la policía costera podría estar cansada de que los voluntarios hagan el trabajo que ellos no quieren hacer"; y "estaba ya sonando mucho su poco hacer, mientras también sonaba mucho nuestro sí hacer", agregó.

Cuando fueron interceptados, Latorre explicó que "en ningún momento nos dijeron que estábamos detenidos". Los tres voluntarios se encontraban en el mar tras recibir un aviso con una ubicación en la que supuestamente había una embarcación con refugiados que se estaba hundiendo. "Al llegar al lugar preciso, no encontramos nada, nos dimos media vuelta porque estábamos cerca de la frontera con Turquía y no es un sitio seguro". Latorre precisó que fue en ese momento, de vuelta a la costa griega, cuando llegó la Policía, y les pidió que los acompañasen hasta el Puerto. "Allí nos sacaron del barco, nos tomaron las huellas y los datos. Preguntábamos si estábamos detenidos, a lo que nos respondían que no, todo en un ambiente relajado y normal". Pero, "de buenas a primeras todo cambió - añadió el bombero- nos hicieron un chequeo bastante exhaustivo, y de modo muy agresivo, nos metieron en un calabozo, de tres metros cuadrados, tras quitarnos los cordones de los zapatos, el cinturón, o incluso los cordones de la sudadera". En este lugar realizaron una primera declaración de lo ocurrido, y les comunicaron su traslado "a las Cortes, que es como una especie de juzgado", donde "ya nos enteramos de que nos acusaban de algo muy serio como es tráfico de personas".

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