El Blanquito, un atracador con mala suerte
El delincuente detenido por el atraco al banco de Sevilla Este ya fue reducido por un gasolinero en otro atraco en 2020
El director de la sucursal lo dejó encerrado solo dentro del local
Manuel L. S., el Blanquito, es un atracador con mala suerte. El pasado martes fue detenido por la Policía Nacional y la Policía Local de Sevilla tras irrumpir armado con un cuchillo en un banco de Sevilla Este. A pesar de ser un veterano delincuente, no tuvo la pericia necesaria para evitar quedarse encerrado solo dentro de la sucursal. El director de la misma gestionó la situación con habilidad y logró sacar del banco a clientes y trabajadores, para luego pulsar el botón de bloqueo y dejar atrapado al delincuente en el interior del local. El atracador no tuvo ninguna opción. No pudo disfrutar de los 5.000 euros que había logrado sustraer.
Los primeros en llegar al lugar de los hechos, en la avenida del Deporte, fueron dos policías locales, que comprobaron que no había más atracadores esperando fuera, que no había riesgo para ninguna persona, que no quedaba ningún trabajador o cliente dentro del banco y aseguraron la zona para una posterior entrada en el banco. Minutos después llegó una dotación de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional, que, protegidos con escudos, entraron en el banco y detuvieron al delincuente. En la intervención, como puede verse en la imagen que acompaña a esta información, participaron policías locales.
Durante el día de ayer, más de veinte horas después de los hechos, la Policía Nacional emitió un comunicado desmintiendo que los agentes municipales fueran quienes detuvieran al sospechoso. Cierto es que quienes le colocaron al sospechoso los grilletes en el interior del banco fueron policías nacionales, pero es innegable la participación de la Policía Local en este servicio, que además quedó grabada y registrada por las cámaras de seguridad del banco. Como muestra, la fotografía que ilustra esta información.
En el mismo comunicado, la Policía detalló que el robo se produjo a las 13:41, hora a la que se recibieron varias llamadas alertando de que un hombre había irrumpido armado con un arma blanca en la citada sucursal bancaria. Lo hizo amenazando a una de las empleadas al grito de "dame el dinero". Ante tales amenazas, continúa la Policía, "los clientes y trabajadores consiguieron abandonar el local, quedándose solo este varón en el interior". Una vez detenido, al delincuente se le intervino un cuchillo de 14 centímetros y 9 sacas con más de 5.000 euros en efectivo.
El detenido era un viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad. Manuel L. S., de 53 años, vecino del barrio de Torreblanca, a un paso de la sucursal bancaria en la que intentó robar. Es un veterano atracador y cuenta con un amplio historial delictivo. Y además no es la primera vez que no le acompaña la fortuna en alguno de sus golpes. El 21 de enero de 2020, fue reducido por el dueño de una gasolinera en la que irrumpió armado con una pistola. Ocurrió en un negocio familiar de la carretera Sevilla-Brenes, muy cerca de Valdezorras. El gasolinero se enfrentó al atracador y lo mantuvo en el suelo hasta que llegó la Policía Nacional, que lo detuvo y trasladó a las dependencias policiales. Eso sí, un segundo delincuente logró apropiarse del dinero que había en la caja.
El Blanquito llegó con su cómplice en una moto de color blanca. Habían atracado otra gasolinera del polígono Palillos, en Alcalá de Guadaíra, horas antes. Ambos se bajaron de la misma sin quitarse los cascos. Manuel L. S., que llevaba el arma de fuego, se quedó en la puerta, donde se encontraba en ese momento el gasolinero. El otro se dirigió al mostrador y arrancó la caja, de donde sustrajo todo el dinero que había, unos 4.000 euros. Mientras se producía el robo, el dueño del negocio trató de dialogar con la persona que la encañonaba, al tiempo que el otro ladrón ordenaba a su compañero que le disparara. "Y si yo ahora te clavo los alicates", le dijo el gasolinero al asaltante. En ese momento se produjo un forcejeo en el que el propietario de la gasolinera controló la situación, reduciendo al delincuente a pesar de que este iba armado. Lo derribó, lo colocó boca abajo y lo mantuvo así hasta que llegó la Policía Nacional. El otro atracador consiguió escapar en la moto.
"Cuando uno ve que le están quitando lo suyo, por lo que tanto ha luchado, no puede hacer otra cosa. A mí me ardió la sangre. Yo me he criado aquí, esto lo ha levantado mi padre. Es un negocio familiar del que vivimos varias personas. No hay derecho a que nos roben. Pensé que si querían robarme, me tendrían que matar", explicó entonces a este periódico el gasolinero. La pistola resultó ser simulada, pero la víctima del robo desconocía este detalle cuando intervino y el arma tenía una apariencia real.
Antes de estos dos últimos arrestos, Manuel L. S. fue detenido en Córdoba en el año 2008 por robar con una pistola y un cuchillo en una sucursal de Cajasur, de la que se apoderó de 15.000 euros. Fue arrestado tras una persecución. También tiene antecedentes por robo de vehículos. En aquella ocasión también iba con un cómplice. Era otro experto atracador de Torreblanca que tenía antecedentes por tenencia de armas de fuego y tráfico de drogas.
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