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Oficialmente todavía es una posibilidad, pero oficiosamente todo el mundo lo da por hecho: la Universidad de Sevilla renuncia definitivamente al proyecto de Biblioteca Central de Zaha Hadid en el Prado de San Sebastián y ubicará esta infraestructura en un solar localizado en la Avenida de Eritaña, entre el Pabellón de México y el cuartel de la Guardia Civil, el mismo terreno del que algún año salió la cabalgata de Reyes Magos y que, actualmente, es utilizado como aparcamiento de la Benemérita.
Para ello, reciclará el proyecto realizado por el mismo arquitecto de la Hispalense, Miguel González Vílchez, para la Fundación de Investigación, que ya cuenta con la licencia de obras por parte del Ayuntamiento y que se tardaría un año en construir. De este proyecto se respetará la fachada y la volumetría, pero se tendrá que rediseñar los planos de interior para que pueda cumplir con su función de Biblioteca Central. Es evidente que se pasa de un proyecto cultural estrella para la ciudad, el de Zaha Hadid, a otro más modesto tanto en lo económico como en las dimensiones. Por lo pronto, se cambian los 9.000 metros cuadrados de superficie del edificio de la arquitecta angloiraquí por los 5.000 metros cuadrados del actual proyecto, es decir, 4.000 metros cuadrados menos, lo que supondrá la desaparición del auditorio y de la sala de exposiciones con los que se quería dotar a la Biblioteca Central Universitaria. "Su construcción está contratada, por lo que podría ser iniciado de inmediato", aseguraron ayer a este periódico fuentes de la Universidad de Sevilla.
En lo económico, el ahorro será considerable, algo que seguro vendrá bien en estos momentos de crisis económica. Se pasan de los 22 millones que costaba el proyecto de Zaha Hadid (de los que 18,5 los aportaba la Junta de Andalucía y 3,5 los fondos Feder) a los 5 millones que costará la construcción del edificio de González Vílchez.
Respecto a lo ya construido en el Prado (cuya demolición han solicitado a la Justicia los vecinos que denunciaron y ganaron el pleito para paralizar las obras), el nuevo rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano, dijo este martes que "se defenderá con contundencia la inversión pública realizada, recurriendo en su caso a las instancias oportunas, dado que entendemos que todo lo construido es compatible con una zona verde adecuadamente diseñada sobre rasante, con 80 plazas de aparcamiento en el subsuelo". De hecho, según el comunicado enviado ayer por la Universidad de Sevilla, todavía se estima posible salvar el proyecto de Zaha Hadid y se aseguraba que "queda en manos del Ayuntamiento de Sevilla, que tiene siempre la potestad para modificar el PGOU, y cumpliendo la jurisprudencia sentada por el Tribunal Supremo, permitir la construcción de éste o cualquier otro edificio en los jardines". Todo el mundo es consciente de que esto no ocurrirá. Ante esta declaración, el delegado de Urbanismo y Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez, se limitó ayer a decir que el Consistorio "acatará lo que diga la Justicia".
La nueva biblioteca llevará el nombre de Rector Antonio Machado Núñez, el que fue padre del folclorista y antropólogo Demófilo y abuelo de los poetas Antonio y Manuel Machado.
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